Es fruto de una selección de tempranillo que ha permanecido 12 meses en barrica de roble americano. Es un vino todavía afrutado, pero con un suave y fino matiz a roble. Bien preparado para la guarda, pero mejor preparado para disfrutar ya, aconseja la bodega. Fino y sofisticado, presenta un color granate, brillante y limpio. Aromas de frutas rojas y vainilla, con suaves notas balsámicas. En el paladar es delicioso, redondo y equilibrado.

Es uno de los vinos que completan la gama de esta bodega que es el proyecto de sucesión generacional en los viñedos y la bodega familiar de José Antonio Berrueco.