Azpilicueta, marca emblemática de Rioja, lanza Azpilicueta Origen, un vino con el que la bodega rinde homenaje a sus raíces. A la venta desde el 15 de octubre, Azpilicueta Origen refuerza la personalidad de una marca ligada en esencia a los valores de la D.O. Ca. Rioja y con una estrecha relación, desde 1881 y hasta hoy, con las gentes del vino: viticultores, toneleros y todos los que participan en una actividad que crece y evoluciona pero que se mantiene fiel a los principios: a su origen.

 

Azpilicueta Origen es un tempranillo elaborado con uva procedente de los emblemáticos parajes de San Cristóbal, La Tahola y Los Cabezos -todos ellos en el municipio de Fuenmayor, elegido por D. Félix Azpilicueta para instalar su bodega en 1881-. Las condiciones de estos terrenos permiten obtener un vino de gran expresividad y estructura, con una potente frutalidad y una acidez muy equilibrada. Ha sido criado en barricas de roble 100% francés, elaboradas con mimo por toneleros artesanos con maderas de bosques seleccionados directamente por la enóloga Elena Adell.

La tempranillo es la variedad tinta por excelencia en la D.O. Ca. Rioja, una uva que en La Rioja alcanza su mejor expresión gracias a unas condiciones ambientales que le permiten realizar una maduración lenta sin exponerse a temperaturas demasiado altas. El respeto máximo a esta variedad ha sido la seña de identidad de Azpilicueta, que ahora le rinde un merecido homenaje con Origen.

De un vibrante color rojo cereza, Azpilicueta Origen nos ofrece una nariz deliciosamente afrutada. Es la fruta lo primero que vamos a captar en este vino: cereza, ciruela, mora, arándano o una leve nota de fresa. Al profundizar notaremos un lado floral, un poco de regaliz. Las especias cedidas por la madera durante su crianza aparecen después: clavo, pimienta, nuez moscada, un toque de vainilla, otro de cacao. La crianza está tratada con sutileza, con elegancia, de forma que es un componente más de este vino, sin destacar. Para terminar su boca, deliciosa, perfumada, suave, larguísima. El vino nos abandona finalmente con un recuerdo de frutas y especias.

Según Elena Adell, enóloga de Azpilicueta, “Con este vino, queremos acercar a quien lo prueba a nuestro origen: nuestras raíces, nuestra tierra y la personalidad de nuestra marca, forjada desde el respeto a la esencia de la D.O.Ca. Rioja, sus variedades y su gente. Y también homenajear a todos los que con su trabajo han contribuido a que Azpilicueta sea hoy una marca de referencia dentro de Rioja”.