El vino y su autor

Aradon Garnacha Vendimia Seleccionada 2010, es un vino monovarietal de cepas antiguas que  tienen más de 45 años, de las que se recogen prácticamente un kilo por cepa y un total de algo menos de 2.000 kilos por hectárea. Así nos lo contó su autora, Cristina Alesanco, para el número 202 de La Prensa del Rioja.

Texto: Antonio Egido

El vino

“Hacemos la selección de las uvas recogidas de quince hectáreas y una vez despalilladas, las encubamos, hacemos una premaceración en frío y posteriormente una fermentación a temperaturas suaves. Las dejamos macerar 30 días, para realizar seguidamente una nueva fermentación, esta vez maloláctica suave, en depósitos de acero inoxidable y finalmente el vino lo pasamos a barricas francesas de segundo uso donde el vino permanece durante seis meses, para que la garnacha no pierda su frescura. En botella este vino ha estado un año”. La enóloga recomienda que antes de consumir se deje oxigenar el vino para que vaya apareciendo su complejidad aromática. De color rojo cereza picota nos trae en nariz recuerdos de sotobosque, frutos rojos, balsámicos, mentolados… es un vino fresco, potente, muy goloso. Largo pero muy elegante con un tanino muy redondo que ofrece muchos matices. Las cuatro mil botellas de Aradón se disfrutarán más al maridarlo con carnes rojas, quesos, patés o verduras a la parrilla. 

 

Su autora

Cristina Alesanco Benito (Logroño, 1976) es una ingeniera agrícola que hizo la licenciatura en Enología. Estudió un año en Montpellier aunque terminó en La Rioja. “Hice prácticas en 1999 en Francia, en Dom Brial, cerca de Perpignan y desde 2001 he estado en diferentes bodegas, en Rioja Vega, (2002 -2006), Ribera de Duero (2006-2009) y desde 2009 estoy en la cooperativa Vinícola Riojana de Alcanadre. Yo soy una gran apasionada de la viña. De Francia he aprendido su gran hacer, por la experiencia que atesoran además de su preocupación por el marketing, como los italianos. De Rioja Vega donde estuve 4 años, el cuidado de  la viña y el estudio del crecimiento de la viña día a día. Allí hacíamos diferentes vinos, pero notaba que les faltaba algo. En Ribera me encontré una climatología muy extrema, pero ves la capacidad de la viña para la recuperación. En Rioja, en la bodega actual, me encontré con un montón de hectáreas -tenemos 510 hectáreas- y muchas familias detrás y estamos trabajando con teledetección es decir, a través de infrarrojos poder controlar el gran volumen de parcelas”. Defensora de la viña, a esta enóloga le gusta saber en cada momento cómo se encuentra cada parcela y el momento de la vendimia adecuado para elaborar un tipo de vino diferente.

 

Entrevista

  • Usted quiso dedicarse al mundo del vino por…

  – Por mi pasión por el vino, que además la descubrí cuando estaba estudiado Agricultura.

  • ¿Ha pecado alguna vez contra el vino?

  – Si se llama pecar a mezclar, pues sí. En mi época adolescente algún calimocho bebí, aunque pienso que es bueno consumir vino y hay un vino para cada momento, incluso los hay para mezclar.

  • En materia de vino, ¿es de gustos clásicos o modernos?

  – Soy de buenos vinos, buenos vinos clásicos y buenos vinos modernos.

  • ¿De qué vinos guarda mejores recuerdos?

  – De un Chateau Lafit, un vino de Burdeos que degusté en 2005 en la propia bodega, tras conocer la historia que había detrás de él.

  • ¿Cuál es el mejor vino que ha descorchado?

  – Aradón Garnacha porque es un vino muy cambiante y porque no podemos perder el potencial vinícola que tiene la garnacha en esta zona.

  • ¿El vino siempre y en todo lugar?

  – Sí porque hay un vino siempre para cada momento.

   • En esto del vino, ¿se la han dado alguna vez con queso?

    –  Alguna vez sí, desgraciadamente, Me he encontrado, aunque cada vez menos, con que ves unas uvas impresionantes en el campo y luego tratan de traerte otras, o cuando vas a catar te dan un vino de muestra y luego cuando vas a comprarlo, te das cuenta que no es el vino catado.

     • ¿Por quién brindaría con una copa de vino?

–       Por mi familia.

   • ¿Con quién, dónde y con qué vino pasaría una noche especial?

   – Con mi marido, en París y con un vino mío o uno de él, pues también es enólogo.

   • Una frase sobre el mundo del vino…

   –  Que no te la den con queso.

   •  Ha tenido que defender su vino…

   –  Continuamente lo tengo que defender porque la competencia es tremenda y hay que llegar al consumidor y demostrarle que tu vino tiene un valor añadido con respecto al de la competencia. Y los míos deben beberlos porque son vinos para disfrutar no para masticar.

   • ¿Con qué vino se iría a una isla desierta?

   –  Más que con un vino me iría con alguien porque lo que a mí más me gusta es compartir el vino y lo que genera en torno a una mesa: la tertulia, la alegría de las conversaciones…

   • ¿Ha escuchado muchas barbaridades sobre el mundo del vino?

 – Sí, como que las mujeres no sabemos hacer vino, que lo hacemos de polvos o que lleva química.

   • ¿Dónde hay vino hay amor?

   –  Sí, porque hay pasión, hay sentimiento.

   • Lo más bonito que han dicho de un vino suyo…

   –  Que son vinos que tienen alma.

 • Defíname el mundo del vino pero con pocas palabras…

   –  Romanticismo y sensibilidad y por otro lado, mercado y competencia.

  • ¿En qué ha perdido el tiempo la Rioja si es que lo ha perdido en algún momento?

   –  Yo creo que en el vino blanco, en las variedades blancas. Nos hemos dejado comer un terreno y ahora se está demostrando que no hacemos blancos tan malos y además ahora se están vendiendo más volumen de blanco, cuando no hay. Yo creo que hemos llegado tarde con las nuevas plantaciones.

  • ¿Cómo acercamos a los jóvenes al mundo del vino?

   –  A través de las nuevas tecnologías, acercándoles vinos que ellos puedan disfrutar, como los afrutados.

  • ¿Todo lo que llega a la copa está en el campo?

   –  Sí. El vino se hace en los viñedos.

    • ¿Por qué cambiaría un buen vino?

    –  Por nada, pero si tengo que elegir, por salud. Porque hay que tener salud para disfrutarlo todo.