El mundo del vino a sorbos
Texto: Antonio Egido
Mal ha comenzado el año. Por un lado, seguimos todavía pendientes de saber los millones de litros que ha vendido la Denominación de Origen Calificada Rioja, es decir, conocer cómo ha terminado la comercialización del año 2022, si bien las expectativas no eran nada positivas, con la advertencia previa de que las bodegas no estaban ni contentas ni satisfechas de las ventas cara a una Navidad que normalmente sirve para recuperar la venta de vinos anual.
Pero tampoco debemos estar contentos porque sabemos positivamente, que hay mucho vino guardado en las bodegas, y aunque los de la vendimia del 2022 empiezan sus años de guarda pero los recogidos en vendimias anteriores no están saliendo como correspondería. Y además en invierno se vuelve a poner a 0, el inicio del nuevo ciclo que comienza con la poda en el campo, es decir la preparación de las viñas para que comience su ciclo vegetativo.
Si a esto unimos la información que pudimos leer de Alberto Gil que bodegas como Campo Viejo y Bodegas AGE que pertenecen a la empresa Pernod Ricard Winemakers Spain, están advirtiendo a sus proveedores que no admitirán más uvas tintas que el 85 % por hectárea, al tiempo que no se comprometen a garantizar la recepción de uvas salvo de los viticultores con los que mantiene relaciones contractuales en vigor a través de contratos plurianuales… podemos concluir nuevamente que este 2023 pinta mal, en principio, para el mundo del vino.
Pero además esta semana las asociaciones agrarias también denominadas sindicatos, vuelven a la carga reflejando las quejas de dos organizaciones agrarias como son ARAG-Asaja y la Unión de Agricultores y Ganaderos de La Rioja (UAGR), que quieren seguir recordando a los políticos temas pendientes del año pasado. De esta forma, el presidente de ARAG-Asaja, Eduardo Pérez Hoces, se sigue lamentando que “después de la histórica y multitudinaria manifestación del campo celebrada en Logroño, las reivindicaciones del sector agrario han caído en el olvido”. Pero más aún, porque siguió reivindicando, nuevamente, las peticiones dirigidas a garantizar el cumplimiento de la Ley de la Cadena Alimentaria, una PAC con mayor presupuesto, un plan de choque ante el incremento de costes de producción o el control de fauna silvestre”.
Por su parte la UAGR denuncia que la ayuda al gasóleo agrario se olvida de otra parte del sector, aportando que “el Gobierno debería de haber modificado los plazos en la devolución del IVA soportado durante los meses de vigencia de esta medida, es decir, hasta julio de 2023, y no soportar esta medida en la castigada espalda de muchos agricultores”, señala Óscar Salazar, presidente de la UAGR-COAG.
Esperemos y pongamos toda nuestra confianza en nuestros políticos que, en un año electoral, no les gusta decepcionar mucho a sus posibles votantes o dicho de otra forma, les gusta dar esperanza al pueblo y adivinar cómo se pueden solucionar todos los problemas del mundo-mundial. Pero debemos estar muy atentos porque todo lo que figuran en sus programas electorales deberían cumplirlo. Este es un país, desgraciadamente, muy olvidadizo y en nuestras mentes sigue figurando aquella frase que se le atribuye al entonces alcalde de Madrid, Tierno Galván, de “que las promesas electorales son para no cumplirlas”. Porque contrariamente, los programas, es decir aquello que reflejan en papel o vía digital, son para hacer un seguimiento y de manera especial para cumplirlos en los próximos 4 años tras la elección ya sea de Ayuntamientos, Comunidades o Gobierno nacional. Son, de alguna forma, sus contratos con sus electores. Será un buen remate a este escrito recordar las palabras del gurú de la publicidad, Luis Bassat, que inicia ‘El libro rojo de la vida’ con estas palabras: “No te engañes nunca a ti mismo. Ni intentes engañar a los demás”.