Las ventas suponen respecto al año anterior un descenso del 7,4% en volumen y del 5,3% en valor.
La D.O. Ca. Rioja ha cerrado el balance de 2018 con un total de 263.338.705 litros comercializados, lo que ha supuesto una caída del volumen de ventas del 7,35% respecto al año 2017. En el mercado español se vendieron 166.887.988 litros, un 5,12% menos que el año anterior, mientras que en los mercados de exportación, donde las ventas fueron de 96.450.717 litros, la caída ha sido de un 10,98%, capitalizada fundamentalmente por Reino Unido y Alemania.
El presidente del Consejo Regulador, Fernando Salamero, expuso estos datos en rueda de prensa asegurando que “en el mercado español nos permiten mantener el liderazgo con un amplio margen sobre las demás Denominaciones de Origen, ya que Rioja sigue teniendo una gran fidelidad de consumo”. No obstante, reconoció que “la tendencia es preocupante y nos obliga a replantear nuestras estrategias, buscando en especial atraer al público más joven”.
El análisis del comportamiento de las ventas en los mercados exteriores evidencia que han sido fundamentalmente los vinos jóvenes (-13,38%) los que han arrastrado hacia abajo las ventas de Rioja, mientras que han resistido algo mejor los vinos de más valor añadido, aunque también con caídas: un -3,31% los crianzas, un -10,34% los reservas y un -8,85% los grandes reservas. La buena noticia es que en el mercado nacional se incrementaron las ventas de la categoría reserva en un 20,83%, lo que da un crecimiento global del 1,38% para esta categoría, que se ha convertido en punta de lanza de la imagen de calidad y prestigio de los vinos de Rioja.
El negocio de Rioja en los mercados estratégicos clave se ha visto menguado durante este pasado ejercicio principalmente por la caída en los dos principales importadores de Rioja: Reino Unido (-16 %) y Alemania (-15,51 %). Además, Estados Unidos, Suiza, Holanda, China y México también han consumido menos Rioja respecto al ejercicio anterior, mientras que destacan los resultados positivos con que han cerrado el año Canadá, Rusia y Bélgica.
Aunque han perdido el ritmo continuado de crecimiento a dos dígitos de los últimos años (-3,84% en 2018), los vinos blancos de Rioja han resistido mejor la caída general de ventas. En valoración de Fernando Salamero, “son vinos que siguen demostrando contar con una gran acogida y cuyo ligero retroceso se debe principalmente a la escasez de materia prima durante el pasado ejercicio”.
Un argumento que explica igualmente la caída de ventas de los tintos jóvenes, pues hay que recordar que la helada del 28 de abril de 2017 afectó a una tercera parte del viñedo riojano y tuvo como principal consecuencia una cosecha escasa (252 m de l), muy por debajo del volumen anual de comercialización en aquel momento (282 m de l). Esto ha supuesto, en palabras de Salamero, una política generalizada de subida de precios (un 6,43% de incremento en el precio medio ponderado) lo que “ha permitido atenuar la caída del valor total de las ventas (un -5,28%) respecto a la caída en volumen (-7,35%)”.
A pesar de estos datos negativos para el Rioja, el presidente del Consejo se ha mostrado optimista al valorar esta ‘amortiguación’ que representa el incremento de precios, “pues ha permitido a la Denominación cerrar el año alejándose de las importantes pérdidas económicas vividas en otras regiones”, cuyos nombres no ha concretado. “Rioja continúa siendo una marca vibrante, dinámica, que este año ha dado un paso más al ser pionera en liderar avances en cuanto a garantías de calidad, con medidas como el stock cualitativo voluntario y las nuevas indicaciones creadas en 2017 (Viñedos Singulares, Espumosos de Calidad, etc.), todo lo cual constituye la mejor base para preservar el éxito que Rioja ha alcanzado en las últimas décadas y cimentar el futuro sobre dicho éxito”.