La mitad de los encuestados (50%) afirman que consumieron vino como acompañamiento de una comida, el 38% en su tiempo de ocio y el 24% durante una celebración especial.
Una comida familiar, reuniones con amigos para terminar el fin de semana o simplemente una copa de vino mientras hacemos la cena son algunos de los momentos preferidos por los españoles para consumir vino. En concreto, los fines de semana y festivos es cuando se concentra su consumo, especialmente el domingo, ya que se producen el 26% de los actos de consumo de esta bebida, frente al 19% de la cerveza. Estas son algunas de las cifras que refleja el “Mapa Motivacional del Consumidor de Vino en España» promovido por la Organización Interprofesional del Vino de España, en colaboración con la empresa BMC Strategic Innovation y en el que han participado más de 1.800 personas.
El estudio, basado en el análisis de más de 3.500 ocasiones de consumo, pone de relieve el rol del vino como facilitador de experiencias de disfrute en compañía. En este mapa, el sentido de pertenencia sería uno de los principales espacios motivacionales para el consumidor de vino con un 17% junto al de liberarse, que ocuparía un 18%. “Tomar un vino como excusa para compartir más tiempo con tus amigos es una de las principales razones que señalan los encuestados, dato que evidencia el carácter social y de nexo cultural que se le otorga al vino”, señala Coro Ramos, directora de Marketing de la Interprofesional del Vino de España.
Otra de las conclusiones que arroja este estudio es que el vino se perfila como un ensalzador de momentos cotidianos, en el que esta bebida sirve como acompañamiento de las actividades del día a día. Muestra de ello es que la mitad de los encuestados (50%) afirman que consumieron vino como acompañamiento de una comida, el 38% en su tiempo de ocio y el 24% durante una celebración especial.
Más planificadores y exigentes
El estudio también analiza los lugares en los que los españoles consumen vino. El 54% de las ocasiones de consumo se producen en casa, frente al 43% que tienen lugar fuera del hogar. En este aspecto, los establecimientos tradicionales (36%) y las terrazas al aire libre (24%) son las ubicaciones preferidas para el disfrute de esta bebida, seguidas de los lugares elegantes y sofisticados (12%) y los íntimos y acogedores (8%).
Según el estudio, el tipo de consumidor de vino tiene un perfil más exigente y se plantea su consumo con una mayor planificación, frente al de la cerveza que es más espontáneo. Además, el tipo de comida o los invitados son algunos de los factores que los consumidores tienen en cuenta para decantarse por un vino u otro.
El mapa también destaca dos barreras principales con las que se encontraban hasta ahora los potenciales consumidores de vino: la falta de carácter refrescante, en lo que entraría la temperatura correcta de servicio del vino, y su presentación en formato tradicional (75 cl) que puede dificultar consumirlo de forma individual. A este respecto, habría que destacar la cada vez más extendida oferta de vinos por copas en los locales de restauración. En el plano doméstico, por otro lado, también existen varias formas de conservar el vino una vez abierto como los tapones de vacío, que permite mantener las propiedades del vino.
Muy presente en la gastronomía española
Las comidas o las cenas concentran la mayor parte de los momentos de consumo de vino. De hecho, la comida se encuentra presente en más de un 86% de los actos de consumo, posicionándose como un valor muy presente en la gastronomía y tradición culinaria en España. En cuanto al tipo de comidas, el vino se distingue por un mayor consumo cuando tenemos delante un plato de carne (26%), de pescado (16%) o paella (14%), mientras que las cervezas destacan en los aperitivos y tapas.