La hostelería concentra dos tercios del valor de las ventas de las bodegas españolas, concentración que para algunas regiones como Rioja es particularmente significativa, lo que hace imposible compensar su pérdida con el incremento que se está produciendo de las ventas en Alimentación y en Internet para atender el mayor consumo de vino en el hogar. Así valora la Federación Española del Vino (FEV) el impacto que está teniendo la crisis provocada por el coronavirus sobre las bodegas españolas. Para hacer frente a la situación, ha solicitado al Ministerio de Agricultura apoyo para la reactivación del sector Horeca y trabaja junto a otras asociaciones sectoriales en un plan que permita la rápida apertura y recuperación de este canal, ya que la prolongación en el tiempo de esta coyuntura podría abocar a muchas bodegas españolas a una situación crítica. También plantea la FEV flexibilizar las medidas de apoyo al sector del vino en el marco de la OCM, implementando algunas nuevas como la cosecha en verde, así como impulsar campañas de comunicación para recuperar la confianza y la seguridad a la hora de regresar a los bares y restaurantes.
“Si nos referimos al mercado español, aunque por volumen el canal de alimentación y el de Horeca están casi igualados, este último representa casi dos tercios del valor del vino vendido en España, ya que habitualmente corresponde a referencias de mayor valor”, explica el director general de la FEV, José Luis Benítez, quien añade que “aunque el crecimiento de las ventas on-line es muy significativo, éstas tan sólo representan el 1% para las bodegas españolas”. También las exportaciones se han visto afectadas por la paralización de pedidos, especialmente, aquellos dedicados al canal Horeca, debido al cierre temporal de este sector en diversos países. “La situación es muy desigual en función del país y, aunque afortunadamente algunos países, como China o Japón, están empezando a retomar sus importaciones de vinos españoles; las ventas a nuestros principales mercados están casi paralizadas”, detalla José Luis Benítez.
La gran mayoría de las bodegas mantienen su actividad productiva, aunque muy por debajo de su capacidad habitual, ya que el 96% de ellas considera que la situación actual les afecta “bastante”, “gravemente” o “muy gravemente”. Las empresas grandes, que cuentan con canales de venta más diversificados, se ven algo menos afectadas, pero todas las empresas anticipan graves daños a sus negocios y esperan que su facturación caiga durante el primer cuatrimestre del año casi un 35%, pese a los incrementos de ventas en los canales de alimentación y online. También apuntan los asociados de la FEV su preocupación por la repercusión que podrá tener el fuerte descenso de ventas sobre la demanda de uva y vino en esta próxima vendimia.