Miguel Ángel Llano Irusta, profesor del Área de Dirección de Producción, Tecnología y Operaciones en San Telmo Business School (foto UNIR)

Expertos en el sector del vino participaron en un foro organizado en Logroño por UNIR y San Telmo Business School con el objetivo de compartir y trabajar casos prácticos de la industria del vino

La sostenibilidad y la excelencia ya son factores que determinan la elección en los consumidores de vino, según las opiniones de los expertos reunidos en el ‘Foro de sostenibilidad y excelencia en el sector del vino. Nuevas oportunidades y experiencias’, organizado por la Universidad Internacional de La Rioja (UNIR) el pasado 16 de marzo. El encuentro reunió a expertos de los sectores agroalimentario y vitivinícola con el objetivo de compartir y trabajar casos prácticos de la industria del vino.

La sesión matinal se centró en la excelencia en el sector vitivinícola, donde la creación de nuevas experiencias en torno al vino se ha convertido en un pilar básico para diferenciarse y adaptarse a las nuevas necesidades demandadas por el consumidor. El sector del vino tiene ante sí clientes cada vez más formados y exigentes. Por esto, los principales productores de vino se esfuerzan en crear experiencias únicas e inolvidables que los consumidores puedan disfrutar con sus familiares y amigos. Miguel Ángel Llano Irusta, profesor del Área de Dirección de Producción, Tecnología y Operaciones en San Telmo Business School, en la que se profundizó en la excelencia y lujo en el sector del vino a través del caso práctico de Tempos Vega Sicilia.

Según el profesor, el reto de Tempos Vega Sicilia es seguir creciendo ordenadamente para un cupo limitado de 3.500 clientes que consumen el vino. “Vende lujo y para eso tiene que ser excelente, exclusivo y escaso”. Además, señaló rasgos distintivos culturales, de arraigo y generación de riqueza local, asimismo de calidad, que permiten a este vino estar clasificado entre los diez mejores del mundo. No obstante, en la esencia de Tempos Vega Sicilia existe la idea de que “el buen vino está por hacer y el mejor vino es el que le gusta a la gente”, concluyó.

Pedro Ruiz Aragoneses. CEO de Alma de Carraovejas habló de cómo crear experiencias inolvidables en torno al vino, apostando por proyectos singulares. Realizó una ponencia sobre la evolución del negocio familiar que dirige. Para Ruiz Aragoneses “en el mundo del vino es fundamental tener visión a largo plazo y debe trascender”. Por eso en el proyecto Alma, reseña, es importante todo lo que supone el origen y la finalización de cualquier proceso de producción -hasta 800.000 botellas anuales-, “desde los parámetros de uva, la plantación, la orografía y, sin olvidar el cambio climático”, subraya.

Por la tarde, llegó el turno de la sostenibilidad, donde se presentaron ejemplos de prácticas sostenibles que están reduciendo la huella ambiental. Durante esta parte de la jornada los diferentes equipos trabajaron el caso práctico del Grupo Caviro con la orientación de Rocío Reina Paniagua, directora y profesora del área de Política de Empresa, Dirección de Asistentes, Dirección Edición de Casos en San Telmo Business School.

Explicó el gran desarrollo de la cooperativa italiana constituida por más de 12.ooo agricultores, había experimentado hacia la sostenibilidad, con resultados contrastados para la comunidad y generando riqueza para la misma. “El ser sostenible no solo aporta cosas intangibles, también aporta dinero”, afirmó. “Los factores estratégicos que conduzcan a la venta del vino y rentabilizarlo deben estar en armonía con los propósitos. Y estos deben permitir que la actividad de la comunidad perdure en el tiempo y los agricultores vivan mejor”, declaró.

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