TEXTO: Javier Pascual / director de La Prensa del Rioja

Los resultados positivos que alcanzaron las ventas de Rioja en 2021 (un +8%) han sido tan bienvenidos como necesarios en un año salpicado de incertidumbres y marcado por la imprevista prolongación de la pandemia. Unas circunstancias que, si se contempla la trayectoria de los tres últimos años, justifican la optimista interpretación de los portavoces del Consejo Regulador de la DOCa Rioja a la hora de hacer públicos los datos e incluso hacen entendible una cierta euforia. Cabe pensar, por tanto, que 2021 pasará a la historia de la comercialización de vinos de Rioja como un año memorable si el análisis no va más allá de los datos estadísticos puntuales.

Claro que en un sector proclive al relato de la copa medio vacía -sentimiento diametralmente opuesto a la esencia misma del vino-, siempre acecha la sombra de la duda, que en el caso de los datos de ventas del 21 viene motivada porque no solo arrojan luces, sino también alguna sombra. Aunque dedicaremos el próximo artículo a ver más en detalle lo ocurrido en este período último marcado por la pandemia, citaré un par de motivos para la reflexión. En primer lugar, constatar que el incremento de las ventas de Rioja ha sido seis puntos porcentuales inferior al del aumento del consumo de vino en España. Y en segundo lugar, que el incremento de ventas de un par de regiones vinícolas españolas de referencia ha sido de tres a cuatro veces superior al de Rioja.

El gráfico con la serie histórica de las ventas anuales de Rioja dibuja una línea quebrada, similar al horizonte de una cordillera, que aquí se denominó durante muchos años ‘los dientes de sierra’. Los factores que influían en ese comportamiento inestable eran varios y en su mayor parte relacionados con la dinámica internos de la propia Denominación y sus particularidades, más que con lo que acontecía en los mercados. La creación de la Interprofesional en 2003 tenía como uno de sus propósitos prioritarios erradicar este concepto, del que apenas se ha vuelto a hablar, y convertir la imagen quebrada de la gráfica en una línea continua ascendente, fijada por el Plan Estratégico de Rioja 2005-2020 en un crecimiento anual del 3%.

Vistas desde la perspectiva del tiempo, las cifras que han ido ocupando esa gráfica histórica de las ventas de Rioja ofrecen nuevas y sorprendentes lecturas de lo ocurrido en periodos críticos. Así que, estadísticas en mano y con la vista puesta en el contexto socioeconómico de cada momento, iniciamos con este artículo una serie dedicada al análisis de esos periodos especialmente significativos para la evolución de la DOCa Rioja a los que hemos dado en llamar ‘hitos memorables’ y ‘fiascos históricos’.

Desde aquí invitamos a participar en este análisis a quienes son los auténticos expertos, es decir, los vendedores de Rioja que día a día ‘patean’ los mercados, comenzando por el presente, al que dedicaremos el próximo artículo. Va para ellos la primera pregunta: ¿Cómo describiría la situación que actualmente atraviesan los mercados del vino en general y cómo valora la evolución que ha tenido el vino de Rioja el último año en ese contexto? ¿Cómo cree que pasará a la historia este periodo, como memorable o como fiasco? Esperamos sus comentarios en jpascual@laprensadelrioja.com.

 

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