SPICA es un novedoso sistema analítico diseñado junto a usuarios de todo el mundo para adecuarlo a las necesidades de la industria vinícola
El éxito o fracaso en un proyecto como SPICA, “reside en una correcta y exhaustiva observación de los usuarios y sus necesidades, una vez tienes clara la propuesta de valor que deseas entregar, es cuando tienes que innovar”, explica Francesc Almirall Roca, Business Development Manager de Biosystems. Para poder ofrecer productos realmente innovadores partiendo de una línea de productos ya consolidada, como el caso de Biosystems, “era necesario cuestionar las premisas con las que se habían hecho las cosas anteriormente y definir un nuevo producto retando constantemente las ideas preconcebidas e incluso cuestionar la propia arquitectura del modelo de negocio actual en el que te sustentas” señala.
Ha sido esta forma de pensar, la que ha llevado a SPICA “a ser el primer equipo automático que puede leer plástico a 280 nm, que puede diagnosticar cubetas y rechazarlas en el mismo momento que las lee, que no trabaja con ciclos cerrados y mucho más”.
SPICA como analizador automático, es un robot preparado para ejecutar protocolos, las programaciones de dichos protocolos de ejecución “se han flexibilizado, permitiendo añadir tantos reactivos como sea necesario, leer diversas veces cada cubeta y gestionar pretratamientos e incubaciones a voluntad del usuario”.
Incorpora un ordenador interno al que se puede acceder en todo momento desde cualquier dispositivo, ya sea desde un ordenador, tableta o móvil.
Según Francesc Almirall Roca, la monitorización y automatización de los procesos “afecta a todos los ámbitos en bodega y fuera de ella, nos encontramos novedosos sistemas que monitorizan CO2 desprendido para determinar la fase en la que se encuentra la fermentación y son capaces de inyectar oxígeno o remontar automáticamente”.