Enartis investiga soluciones basadas en bioprotección y quitosano para mejorar la calidad enológica y responder a la creciente demanda de vinos más saludables

En la actualidad, los vinos con poco o nada de dióxido de azufre añadido se han convertido en una demanda creciente por parte de los consumidores. En la industria vitivinícola, el dióxido de azufre es uno de los aditivos más importantes debido a sus propiedades antioxidantes y antimicrobianas. A pesar de sus numerosos efectos beneficiosos, se considera un alérgeno y un número creciente de consumidores de vino son sensibles a él. “La bioprotección, que utiliza microorganismos o sus derivados como agentes bioprotectores, puede desempeñar un papel importante para lograr el objetivo de reducir su uso en vinificación”, explica Sara Callejon, responsable de I+ D microbiología de Enartis, firma que proporciona innovación y experiencia para mejorar la eficiencia de las bodegas y la calidad del vino a través de productos enológicos.

El quitosano como agente Bioprotector

Los quitosanos son agentes bioprotectores extraídos del Aspergillus niger y desempeñan un papel cada vez más destacado entre las nuevas tecnologías destinadas a reducir la adición de SO2Aprobado para su uso en la vinificación en la Unión Europea el 1 de julio de 2014, el quitosano obtenido del hongo Aspergillus niger es un polímero de -1,4-N-acetilglucosamina, un componente natural de la pared celular de los hongos resultante de la desacetilación de la quitina” destaca Callejón. Enartis ha desarrollado un quitosano específico “mediante un proceso de producción único (activación con ácidos orgánicos), diseñado para aumentar su carga positiva y su superficie de contacto. Prueba de ello son los resultados obtenidos con los productos para estabilización microbiológica incluidos en nuestra gama EnartisStab MICRO”, concluye su responsable de I+ D microbiología.