Ha creado depósitos de vino sensorizados para un control exhaustivo de la calidad en todo momento
Sigena Bodegas, tras más de 50 años dedicados a la instalación y automatización de todos los procesos productivos en bodega, ha presentado un nuevo avance para la industria del vino: la creación de depósitos de vino sensorizados. “Cuentan con tecnología de última generación que permite un control exhaustivo de la calidad del vino en todo momento, lo que se traduce en una mejora de la producción y una mayor satisfacción del consumidor final”, explica Mauricio Laorga, director de Sigena Bodegas.
El sistema desarrollado por Sigena Bodegas consta de una serie de sensores que se colocan en el interior de los depósitos. Estos sensores “son capaces de medir en tiempo real la temperatura, el nivel de oxígeno, el flujo de CO2 y otros parámetros relevantes para la calidad del vino. Los datos recogidos por los sensores se transmiten a un sistema de procesamiento y análisis de datos en la nube (WineCloud), que permite a los enólogos de la empresa supervisar y controlar el estado de los depósitos desde cualquier lugar del mundo” destaca Mauricio Laorga.
La tecnología que ha desarrollado la empresa ofrece numerosas ventajas para los productores. En primer lugar, permite una monitorización precisa y constante de los depósitos de vino, lo que garantiza una calidad óptima del producto final. Además, el sistema de monitorización en tiempo real permite anticiparse a posibles problemas de forma temprana y garantiza una gestión más eficiente de los recursos. “Al conocer en tiempo real el estado de los depósitos, se pueden hacer ajustes de parámetros para optimizar el proceso de producción, la calidad del producto final, así como la reducción del consumo de energía y agua”.
Es decir, “con las mediciones tomadas, el técnico puede intervenir según la velocidad de la cinética fermentativa, de la evolución de la densidad en el tiempo, del O2 disuelto, de la conductividad o del potencial, entre otras, a efectos de corregir futuros defectos o potenciar bondades, según las características del producto inicial” señala Laorga.
Además, en función del desarrollo de la velocidad de la cinética fermentativa, “podemos alimentar a las levaduras para que logren una perfecta fermentación. La intervención en los nutrientes y en las temperaturas de fermentación son cruciales para este cometido”, concluye.
Con distintos elementos de medición, se capturan diferentes datos:
• Densidad: podemos contrastar evolución de la densidad medida con distintos métodos: Radar capacitivo + células de cargar, densímetro, presión diferencial,…
• El radar nos permite además conocer la capacidad del depósito o realizar un trasiego de forma automática interviniendo sobre el caudalímetro de la bomba registrando los litros enviados, depósito origen, depósito destino, analizar mermas,…
• Caudal de CO2: variación del caudal en las distintas fases de la fermentación para determinar la velocidad de la cinética fermentativa
• Temperatura y válvulas de control: sondas de Tª para forzar la refrigeración o calefacción de camisas mediante servoválvula de paso de agua de refrigeración
• Medición del potencial RedOx: sonda combinada RedOx/ p micrOxigenación en función de la medición del potencial O2 disuelto
• Inertización en automático en función de la disolución del O2 en el seno del líquido
• Conductividad para determinar el carácter reductivo del vino final.