Desde las épocas más antiguas, el lugar donde se produce la transformación de la uva en vino es un edificio destinado y diseñado exclusivamente para este uso: la bodega. Dicho edificio está singularizado y tiene una tipología particular en función del tipo de vino producido en cada zona.
Texto: Mercedes Díaz del Río. Dra. Ingeniero Agrónomo. Universidad de La Rioja
El gran motor de la tecnología enológica ha sido lograr que los vinos obtenidos fueran vinos estables, tanto desde el punto de vista biológico como físico-químico, para facilitar su comercialización, particularmente en los mercados de exportación, fuera de las áreas de producción. Otro factor que ha influido ha sido la mecanización de las operaciones de bodega, lo que ha llevado a la utilización de tornillos sin-fin, bombas de diversos tipos, utilización de prensas de eje vertical (mecánicas e hidráulicas), intento de consecución de la prensa continua ideal y la utilización de prensas de eje horizontal (mecánicas y neumáticas).
En Rioja, el gran impulsor para la evolución del sector vitivinícola fue el desarrollo comercial en el momento de la crisis de la filoxera en Francia. Se adoptaron nuevas técnicas en la elaboración de los vinos (envejecimiento de vinos en barricas o expedición de vinos embotellados), lo que supuso el requerimiento de nuevos espacios en la bodega. En muchos casos, las bodegas se situaron cerca de las vías de comunicación, principalmente el ferrocarril.
Para la construcción de las bodegas se han empleado todo tipo de materiales: mampostería de piedra, obras de fábrica, estructuras de madera, estructuras metálicas, cerchas, pórticos, hormigón armado, cúpulas, ladrillos, etc.
El reportaje competo puede verse en el nº 217 de La Prensa del Rioja