Raül Vigas y Raquel de Nadal, director General y directora de Sostenibilidad e Innovación de la corchera J·Vigas hacen balance de sus 137 años y reflexionan sobre el presente y el futuro de su empresa y del sector corchero
“Cuando vamos a las bodegas y explicamos lo que estamos haciendo en I+D+i se sorprenden porque realmente estamos en el máximo nivel de desarrollo. Pese a ser una empresa familiar priorizamos la innovación, y eso es algo que no suelen ver en empresas de nuestro tamaño”. Raquel de Nadal, directora de Sostenibilidad e Innovación de la empresa corchera J·Vigas tiene muy claro qué es lo que les ha permitido mantenerse durante 137 años la capacidad de competir con empresas más grandes, “con el añadido que nosotros podemos ofrecer un servicio más personalizado”.
Raül Vigas, director General de J·Vigas, define la empresa en cinco palabras: conocimiento, sostenibidad, calidad, confianza, innovación. “Tenemos un producto que está al máximo nivel en desarrollo tecnológico, y por otro lado, lo que nos diferencia de los grandes grupos es la confianza de los clientes. Mimar al cliente, escucharle, asesorarle, ofreciendo un trato cercano, transparente y honesto nos permite mantener a los clientes de toda la vida. Por eso también nos centramos en mercados cercanos, con España, Francia, Suiza e Italia como principales mercados. De esta manera, podemos tener esta relación de confianza, podemos responder rápidamente si nos necesitan, visitar periódicamente… Se genera una relación casi de amistad que cuesta mucho lograr y es muy fácil perder si el producto o el servicio no están a la altura”.
A la hora de desarrollar un nuevo proyecto de innovación, destaca Raquel de Nadal “el trato cercano que tenemos con las bodegas nos permite conocer sus intereses y sus inquietudes, que para nosotros es estratégico. Desde JVigas muchas veces surge una necesidad de conocimiento sobre una característica del corcho y entonces preguntamos a las bodegas si es relevante para ellas. En el caso de que sea así, les proponemos un proyecto de colaboración”.
Hay otros casos donde una propiedad a estudiar interesa a más de una empresa del sector, “como por ejemplo ha pasado recientemente con la transferencia de oxígeno, por lo que se pone en marcha un grupo operativo. En el último caso, no se trató sólo de una propiedad, sino de adquirir conocimiento sobre varias de las propiedades lo que nos llevó al proyecto Cork2wine. En todos los casos no sólo se involucran corcheras sino también bodegas” recuerda directora de Sostenibilidad e Innovación.
La importancia del embotellado
El mayor reto para los tapones de corcho para Raül Vigas es “que trabajamos con un producto natural: no es sencillo obtener valores estándares o crear procesos más industriales y, además, interacciona con otro producto natural, que es el vino. Como en nuestro caso realizamos tapones de calidad alta para vinos de guarda, son vinos que se abrirán al cabo de años, con la implicación que tiene la buena conservación por parte de todos los implicados: bodega, distribuidoras, transporte, restaurantes… Cuando hay un error es muy difícil saber dónde ha habido el problema porque hay muchos actores implicados que no trabajan de manera conjunta».
Estos actores no siempre son conscientes de su responsabilidad a la hora de conservar un vino y del uso del corcho que “es un producto natural que se debe utilizar de una manera concreta para que ofrezca óptimos resultados”, puntualiza de Nadal. “La concienciación de bodegas a nivel de cómo tratar el tapón ha mejorado en los últimos años, pero es verdad que faltan muchos controles en el momento del embotellado, que es un momento crítico a nivel de transferencia de oxígeno. Si no se realiza correctamente, puede que el vino no evolucione de la manera óptima que requiere el enólogo. El tapón de corcho natural es el que ofrece más beneficios al vino, como la microoxigenación que ningún otro cierre puede ofrecer, pero es importante que las bodegas sigan las indicaciones de conservación y utilicen de forma correcta los tapones durante el embotellado”.
“Nosotros debemos fabricar un producto que cumpla con todas las necesidades del cliente, pero creo que algunas bodegas no son totalmente conscientes de la importancia del proceso de embotellado. No es el caso de todas las bodegas, sin duda, pero deberíamos ser proactivos y hacer más pedagogía sobre este proceso para ser el partner perfecto para las bodegas”, concluye Raül Vigas.
Fuente: J. Vigas Magazine