Foto: S KLEIN

Su compromiso con la excelencia en cada etapa del proceso de transformación del corcho asegura la conservación del aroma y las características de cada vino

Gracias a su dominio integral, tecnología avanzada y compromiso con la innovación, Bourrassé no solo produce tapones de corcho de alta calidad, sino que también aporta confianza y seguridad al sector vitivinícola, preservando la esencia de cada vino y fortaleciendo la excelencia de la industria a nivel global. La empresa “domina de manera completa todo el ciclo de transformación del corcho, desde la cosecha directa en el árbol hasta la comercialización final, ofreciendo así soluciones de taponado de la más alta calidad y posicionándose como un referente en la industria vitivinícola” explica Marc Schelcher, Managing Director de Bourrassé.

Control y tecnología en todas las etapas

Bourrassé actúa en todas las etapas del proceso de encorchado, comenzando como comprador directo en los bosques sobre árbol, lo que le permite asegurar la calidad desde la materia prima. Posteriormente, se desempeña como preparador y productor de corchos, aplicando procesos estrictamente controlados. Además, se consolida como creador de la gama más amplia de soluciones de taponado, adaptadas a cada tipo de vino. “De este modo, cada etapa se ejecuta cumpliendo los más exigentes estándares técnicos, garantizando consistencia y excelencia en el producto final” destaca Schelcher.

La compañía ha logrado controlar el riesgo de TCA (2,4,6-tricloroanisol), principal responsable del “gusto a corcho”, mediante un plan de seguridad del sabor que combina su experiencia, tecnología de punta y rigurosidad. “Este enfoque se centra en el control microbiológico, evitando que la microflora transforme el 2,4,6-triclorofenol (TCP) en 2,4,6-TCA y previniendo la aparición de moléculas aromáticas indeseadas”.

Control del perfil aromático

Con un compromiso permanente con la excelencia organoléptica, Bourrassé asegura que sus tapones no solo sean neutros a nivel aromático, respetando plenamente las características del vino, “sino que también ofrezcan un acompañamiento armonioso y respetuoso del producto. Además, presentan una permeabilidad y un desempeño adaptados, los cuales se mantienen controlados y constantes a lo largo de todo el proceso de producción”. Estas prácticas se aplican de manera uniforme tanto en la producción de corchos naturales como técnicos, “garantizando un perfil aromático seguro y de calidad constante en cada botella”, concluye Marc Schelcher.

 

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