La validación abarca el 60% de su portafolio de acuerdo con la norma ISO 14067, refrendada externamente por APCER

Corticeira Amorim, líder mundial en la transformación de corcho, ha anunciado que una parte significativa de su gama de tapones de corcho presenta una huella de carbono negativa, conforme a la norma internacional ISO 14067, y con la validación externa de APCER – Associação Portuguesa de Certificação.

Los estudios, que abarcan el 60% del portafolio de tapones de Amorim Cork, indican valores de huella de carbono negativos que oscilan entre -28,72 g CO₂eq por tapón y -56,4 g CO₂eq por tapón, incluyendo tanto los tapones naturales como técnicos para vinos tranquilos, así como el modelo Spark® Top II, destinado al mercado de vinos espumosos. Estas cifras reflejan no solo la capacidad del corcho para fijar carbono durante su ciclo de vida, sino también la eficacia del enfoque productivo “cradle-to-gate”, que considera todas las emisiones y absorciones desde la extracción de la materia prima hasta la salida del producto de fábrica.

António Rios de Amorim, presidente y CEO de Corticeira Amorim, declara que “estos resultados atestiguan que los tapones de corcho siguen siendo un aliado estratégico para los productores de vino, no solo por sus cualidades técnicas y organolépticas, sino por su clara contribución a la descarbonización del embalaje vinícola, en contraste con soluciones alternativas”.

Asimismo, Rios de Amorim ha subrayado el compromiso de la compañía con la sostenibilidad y la adaptación a las futuras exigencias normativas europeas, “Nos adelantamos al marco jurídico que regirá las declaraciones medioambientales a partir de 2026, y trabajamos para que nuestras soluciones en corcho natural sigan mitigando las emisiones de gases de efecto invernadero en toda la cadena de valor del vino”.

La metodología adoptada en los estudios tiene en cuenta los principales gases de efecto invernadero –como CO₂, CH₄ y N₂O– y aporta una evaluación sólida y comparable del impacto ambiental, independientemente de las variables logísticas o del destino final del producto.

Con más de 150 años de historia y bajo la dirección de la cuarta generación de la familia Amorim, Corticeira Amorim se consolida no solo como proveedor global de soluciones para sectores estratégicos como la aeronáutica, la automoción o la arquitectura, sino también como actor clave en la transición ecológica del mundo del vino. En 2024, la compañía alcanzó unas ventas consolidadas de 939,1 millones de euros, con 5.300 millones de tapones vendidos, que representan el 76,4% de su facturación.