“¿Quién decía que en tonelería estaba todo inventado? Se equivocaba”. La búsqueda constante de la excelencia, siempre respaldada por una materia prima de calidad, ha sido el motor del trabajo de la cenicerense Tonelería Gangutia. “Desde nuestros comienzos en 1870, son ya casi 150 años al servicio de las bodegas y destilerías más prestigiosas. Durante estos años la mirada la hemos puesto en el futuro, pero sin perder de vista todo lo bueno de la experiencia”, explica Fernando Gangutia, quinta generación de esta familia de toneleros.
Fruto de sus trabajos I+D en colaboración con aserraderos y enólogos de diferentes denominaciones nace la barrica 1588 que debe su nombre a la “efeméride de la Armada Invencible, porque de los mismos bosques burgaleses que se utilizaron para la construcción de esta mítica flota ideada por Felipe II para destronar a Isabel de Inglaterra es de donde nace esta nueva barrica”.
En su fabricación se utiliza una selección de los mejores ejemplares de Quercus Pyrenaica “que durante más de tres años ha estado secándose de forma natural bajo un estricto seguimiento. Rico en lactonas, aporta balsámicos y mentolados que encajan perfectamente con los vinos complejos que demanda el mercado. La combinación perfecta se completa con una parte de roble francés (Quercus Petrae), que ofrece sutileza, y una pizca de roble americano (Quercus Alba) que con su marcada golosidad es la guinda que corona el pastel”, explica Gangutia.
1588 se suma así al resto de barricas de la empresa: ‘Sweet’, ‘Original’, ‘Bianca’ y ‘Amèthyste’, donde se combinan los mejores robles franceses, americano o europeos con una amplia gama de alternativas para la enología moderna: staves, chips, granulados, cubos o insertos.
Toda una cartera de productos “que ahora ya no sólo se encuentran en La Rioja o el resto de denominaciones españolas”. La empresa exporta actualmente a países como Chile, Argentina, EEUU, China, Australia o Alemania, concluye Fernando Gangutia.
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