La innovación se abre paso en la viticultura con soluciones sostenibles que buscan garantizar la calidad del vino mientras se reducen los impactos ambientales. Desde el desarrollo de variedades de vid resistentes hasta el uso de biofungicidas revolucionarios, la industria se enfrenta al reto de producir uvas más sanas con menos fitosanitarios.
El cambio climático, las regulaciones más estrictas y las exigencias del consumidor han impulsado la búsqueda de alternativas más ecológicas y eficientes. La biotecnología y el biocontrol emergen como herramientas clave para el futuro del viñedo.
Uvas más sanas
Por ejemplo, BELVINE®, desarrollado por Veganic, activa las defensas naturales de la planta contra enfermedades fúngicas, reduciendo la necesidad de tratamientos convencionales y apostando por una viticultura más limpia.
Es un revolucionario biofungicida diseñado para combatir el mildiu y el oídio en la vid. Su principio activo, ABE-IT 56, basado en moléculas bioactivas derivadas de la levadura Saccharomyces cerevisiae, marca un hito en la protección fitosanitaria al activar las defensas naturales de la planta de manera eficaz y sostenible. (Ver más)
Variedades más resistentes
Paralelamente, proyectos liderados por Agromillora y centros de investigación españoles trabajan en la creación de variedades resistentes a enfermedades, reduciendo el uso de productos químicos sin comprometer la calidad sensorial del vino.
Agromillora lidera la investigación en este ámbito desde 2018 con el apoyo de centros españoles y la Universidad de Udine. Ensayos en España han mostrado buenos resultados en variedades como ‘Soreli’ y ‘Merlot Khorus’, aunque la autorización de estas variedades en España requiere un estudio comparativo con referencias tradicionales como ‘Tempranillo’ y ‘Verdejo’.
En Europa, regiones como Champagne ya han empezado a incluir variedades resistentes en sus planes estratégicos. En España, su desarrollo a partir de variedades autóctonas ofrece oportunidades para zonas de clima adverso. Las variedades resistentes reducen el uso de fitosanitarios y mantienen la calidad del vino y lo expertos destacan su potencial para equilibrar sostenibilidad y calidad, atrayendo a consumidores que valoran prácticas ecológicas. (Ver más)