En la actualidad, el Grupo Viticultura y Enología Aplicadas (VIENAP), del que es responsable Teresa Garde Cerdán, tiene como línea fundamental de trabajo el estudio de la aplicación foliar en el viñedo de bioestimulantes como herramienta para mejorar la calidad y propiedades saludables de la uva y del vino.

Analiza los factores agronómicos, enológicos y tecnológicos que pueden afectar a su composición aromática, nitrogenada y fenólica y es una de los 5 investigadores del ICVV que forman parte del ‘Ranking of World Scientists’, elaborado por la Universidad de Stanford de Estados Unidos.

Texto: Antonio Egido

Teresa Garde Cerdán es una de las investigadoras que trabaja en el Instituto de Ciencias de la Vid y del Vino y que forma parte del ‘Ranking of World Scientists’, elaborado por la Universidad de Stanford de Estados Unidos y publicado en la prestigiosa revista ‘Plos Biology’. Es decir, forma parte del ranking elaborado a partir de un exhaustivo análisis que ha tenido en cuenta más de 40 factores diferentes, y del que tan solo el 2 % de los científicos de todo el mundo, son calificados como los que tienen la mayor influencia a nivel internacional porque sus publicaciones son las más referenciadas hasta mediados del año 2020.

Licenciada en Ciencias Químicas por la Universidad de Zaragoza y doctora en Ciencias Químicas por la Universidad Pública de Navarra (UPNA), Teresa Garde Cerdán ha disfrutado de 2 becas predoctorales del Gobierno de Navarra y de 2 becas postdoctorales de la UPNA. Entre 2007 y 2009 el Ministerio de Educación y Ciencia le concedió un contrato Juan de la Cierva comenzando una nueva etapa en la Universidad de Castilla-La Mancha (UCLM), y posteriormente continuó trabajando mediante un contrato con cargo a proyecto. En 2010 se incorpora al Instituto de Ciencias de la Vid y del Vino (ICVV) con un contrato JAE-Doc (CSIC), en 2011 obtuvo un contrato de Doctor-INIA, para trabajar en el Gobierno de La Rioja, en 2016 consiguió un contrato Ramón y Cajal (Ministerio de Economía y Competitividad) y en 2020 pasó a ser funcionaria, estabilizando su situación laboral como Científica Titular del CSIC.

Durante estos años ha participado en 55 proyectos de investigación y 19 proyectos con empresas, a lo que debemos sumar estancias en centros de investigación y universidades de Italia, Grecia, Portugal, Argentina y Chile, sin olvidar su presencia en publicaciones en revistas especializadas y divulgativas, congresos o libros, junto a la formación de becarios y doctorandos.

Las investigaciones de Teresa Garde Cerdán se han centrado en el estudio de diferentes factores agronómicos, enológicos y tecnológicos que pueden afectar a la composición aromática, nitrogenada y fenólica de la uva y del vino, que determinan su calidad y propiedades saludables. “Y como dice la canción, 20 años no es nada, pero son los que yo llevo dedicada a la investigación vitivinícola, primero en la UPNA, estudiando la composición volátil de vinos tintos envejecidos en diferentes tipos de barricas de roble, y la aplicación en el mosto de pulsos eléctricos de alta intensidad para reducir o eliminar el uso de SO2, comprobando su incidencia en el contenido de compuestos nitrogenados y aromáticos en los vinos; después en la UCLM, profundizando en la caracterización de los vinos de crianza, y acercándome a la uva y al estudio de su composición, tarea analíticamente complicada; y por último, ya en el ICVV, iniciando la línea de aplicaciones foliares en el viñedo. Este bagaje, adquirido en los tres centros en los que he trabajado, ha permitido que sea una gran conocedora del análisis cromatográfico aplicado al estudio de la composición nitrogenada, aromática y fenólica de la uva y del vino, permitiendo abordar el estudio de la incidencia de diferentes factores agronómicos, enológicos y tecnológicos en su calidad”, indica la investigadora.

En la actualidad, el Grupo Viticultura y Enología Aplicadas (VIENAP), del que es responsable, tiene como línea fundamental de trabajo el estudio de la aplicación foliar en el viñedo de bioestimulantes como herramienta para mejorar la calidad y propiedades saludables de la uva y del vino. “En el escenario agrícola actual -señala Teresa Garde Cerdán- con el cambio climático de trasfondo, surge la necesidad de desarrollar prácticas agrícolas innovadoras y eficientes para adaptarse a las nuevas condiciones climáticas. El sector vitivinícola no es ajeno a los retos que supone el cambio climático en la agricultura. En este sentido, en los últimos años se viene observando un desajuste entre la madurez tecnológica y la fenólica de la uva. Las condiciones de mayor estrés hídrico y mayores temperaturas debidas al cambio climático repercuten en el contenido de compuestos fenólicos, favoreciendo dicho desajuste, y comprometiendo así la calidad de la uva y del vino”. Por todo ello y para hacer frente a esta situación VIENAP plantea el empleo, por primera vez en agricultura, de nanopartículas de jasmonato de metilo (MeJ) como elicitores. Los elicitores son compuestos que al ser aplicados exógenamente en las plantas desencadenan mecanismos defensivos en las mismas, incrementando la síntesis de metabolitos secundarios, principalmente compuestos fenólicos. “Hasta la fecha se han aplicado de manera convencional disoluciones acuosas del compuesto puro, pero la dimensión nano de las partículas podría permitir su mejor penetración dentro de la planta, liberando lentamente el elicitor, lo que podría permitir disminuir la dosis, reduciendo así los costes, ya que el MeJ es un producto caro. Este proyecto se ha desarrollado en las añadas 2019 y 2020, y en estos momentos estamos trabajando en el estudio de los resultados obtenidos sobre la influencia en la composición fenólica, aromática, nitrogenada y polisacárida de la uva y del vino tras la aplicación de MeJ con la tecnología nano, respecto a la aplicación convencional del elicitor”, sostiene la investigadora.

El estudio de la incidencia de las diferentes etapas de elaboración del vino, desde la viña hasta la bodega, en la composición de la uva y del vino, que determinan su calidad, y por lo tanto su aceptación en el mercado, tiene gran repercusión para el sector vitivinícola. Pero, además, Teresa Garde Cerdán remarca que “hemos trabajado en la búsqueda de soluciones a diferentes retos del sector, como la reducción del SO2 o la mitigación de los efectos adversos del cambio climático en la composición de la uva”.

Investigaciones que van unidas a publicaciones y que tienen como resultado inmediato el ser considerada como una de las ‘influencer’ a nivel internacional que para Teresa Garde Cerdán supone “un reconocimiento al esfuerzo, porque no hay que olvidar que la investigación en este país es una carrera de fondo, con mucho trabajo y pocos medios económicos, además del escaso reconocimiento social. De cualquier forma, lo importante es desarrollar proyectos de investigación aplicados al sector que ayuden a avanzar en el conocimiento y éste nos permita tomar decisiones basadas en resultados científicos. Del estudio de la Universidad de Standford se desprende que vamos por buen camino en nuestras investigaciones, lo que nos anima a continuar”. Una recompensa más para esta investigadora que “desde que empecé con mi Tesis Doctoral hasta hoy, me he dedicado a la investigación de manera entusiasta, aunque como sucede en todos los ámbitos de la vida, ha habido momentos duros y difíciles”.

Como el que sigue viviendo la investigación en España que “cuenta con recursos insuficientes, tanto a nivel material como humano; señalar que es especialmente doloroso ver el enorme talento que tenemos y las grandes dificultades existentes para desarrollar la carrera investigadora en nuestro país. El futuro pasa claramente por aumentar la inversión en investigación, tanto pública como privada, y divulgar la ciencia para acercarla a la sociedad, permitiendo que se conozca nuestro trabajo y se valore, y los ciudadanos vean con buenos ojos el gasto en investigación”, concluye Teresa Garde Cerdán.

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