Es una de los 5 investigadores del ICVV que forman parte del ‘Ranking of World Scientists’, elaborado por la Universidad de Stanford de Estados Unidos
Texto: Antonio Egido
A María José Motilva, licenciada en Farmacia por la Universidad de Navarra, donde inició su carrera investigadora en el campo de la Nutrición y la Alimentación y realizó su Tesis Doctoral en el Instituto de Agroquímica y Tecnología de Alimentos (IATA) del Consejo Superior de Investigaciones Científicas en Valencia, donde centró su investigación en los componentes en los lípidos y los aspectos saludables del jamón curado, seguramente nunca se le pasó por la cabeza la certeza de formar parte del ‘Ranking of World Scientists’, elaborado por la Universidad de Stanford de Estados Unidos, y publicado en la prestigiosa revista ‘Plos Biology’. Los autores de la publicación elaboraron un ranking a partir de un exhaustivo análisis que ha tenido en cuenta más de 40 factores diferentes, en el que incluyen a un grupo formado por tan solo el 2 % de los científicos de todo el mundo, que tienen la mayor influencia a nivel internacional porque sus publicaciones son las más referenciadas hasta mediados del año 2020. Entre ellos se encuentra María José Motilva.
Una investigadora que el año 1994 se trasladó a la Universidad de Lleida, concretamente al Departamento de Tecnología de Alimentos ubicado en la Escuela Técnica Superior de Ingeniería Agraria, donde desarrolló su carrera docente e investigadora como Profesora Titular y posteriormente como Catedrática del Área de Tecnología de Alimentos. A partir de su incorporación a la Universidad de Lleida, puso en marcha “una línea de investigación centrada en el estudio del aceite de oliva virgen, con especial interés en sus componentes minoritarios relacionados con su calidad sensorial y nutricional”. En el año 2005, este grupo de investigación inició proyectos de colaboración de carácter multidisciplinar con grupos nacionales e internacionales del ámbito clínico y biomédico, que continúan en la actualidad. Estos proyectos han estado focalizados en el estudio del metabolismo biológico de los polifenoles de la dieta y en la comprensión de los mecanismos de control de marcadores de riesgo, fundamentalmente relacionados con procesos de inflamación.
Desde su incorporación al Instituto de Ciencias de la Vid y del Vino (ICVV) en julio de 2018, como Investigadora Científica CSIC, su trabajo se ha centrado en “el desarrollo de métodos de análisis de compuestos fenólicos en uva, vino y otras matrices alimentarias, mediante técnicas de cromatografía líquida avanzada”. A partir de la puesta en marcha en el ICVV de una plataforma de cromatografía líquida de alta resolución, adquirida en la convocatoria de Infraestructuras Científicas 2019 y financiada por el Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades, uno de los objetivos de María José Motilva es “profundizar en el estudio del metaboloma de la uva y el vino, además del estudio de las rutas del metabolismo biológico de los fenoles de la dieta, para avanzar en el conocimiento del papel de éstos en la prevención de enfermedades crónicas de alta incidencia”.
En la actualidad está trabajando en un proyecto financiado por el Ministerio de Ciencia e Innovación, centrado en el estudio de la relación entre el consumo de vino, la dieta, la modulación del microbioma intestinal y la enfermedad de Alzheimer. Este estudio se está realizando en colaboración con el CIBIR (Fundación Rioja Salud) y el Servicio de Neurología del Hospital San Pedro de Logroño. Hay que destacar que el proyecto no tiene un carácter exclusivamente regional, sino que pretende ser un “modelo de estudio”, extensible a la población general. En este sentido, forma parte de un proyecto coordinado con el Instituto de Investigación en Ciencias de la Alimentación-CIAL (CSIC, Universidad Autónoma de Madrid) que estudiará de forma paralela una cohorte de Madrid diagnosticada de enfermedad de Alzheimer, lo que permitirá comparar poblaciones con diferentes estilos de vida.
Además, la investigadora, en el contexto de la economía circular está también trabajando en el proyecto “Aprovechamiento de subproductos y desarrollo de la Economía Circular de la Industria Agroalimentaria” (plusPRODUCT), financiado por la Unión Europea (Fondo Agrícola de Desarrollo Rural); Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medioambiente y Gobierno de La Rioja. El proyecto se está llevando a cabo en coordinación con el Centro Tecnológico Alimentario Ctic Cita de La Rioja.
La aportación de la nueva línea de investigación iniciada en el ICVV para el sector del vino, tiene para María José Motilva dos vertientes: “una más aplicada y relacionada con el aprovechamiento y valorización de subproductos, y otra con un marcado carácter de investigación básica, pero no por eso más necesaria”. De esta forma, el especial interés del aprovechamiento de subproductos del proceso de vinificación, radica en que, principalmente, hollejos y raspones, tienen un elevado contenido en compuestos fenólicos de diversa naturaleza. Por tanto, desarrollar métodos de conservación de estos subproductos orientados a preservar estos compuestos bioactivos, permitirá obtener ingredientes de interés para la formulación de alimentos funcionales y de nuevos alimentos. Además de otras aplicaciones futuras en los sectores de la alimentación animal y de los biofertilizantes. Estos trabajos pretenden abrir nuevas vías de valorización y desarrollo socio económico en la comunidad de La Rioja.
“En el contexto de la línea de trabajo centrada en el binomio polifenoles y salud -recuerda María José Motilva- no hay que olvidar que el vino es uno de los componentes más característicos e identitarios de la dieta mediterránea, por lo que avanzar en el estudio de los mecanismos de las propiedades saludables del consumo moderado de vino, dentro del concepto de dieta y estilo de vida de los países del área Mediterránea, es necesario para defender este producto. El vino es una bebida alcohólica, y esto genera controversia, pero hay que defender que el vino es mucho más que alcohol y que hay evidencias científicas más que suficientes del efecto protector de un consumo moderado de vino en la prevención de enfermedades crónicas de alta incidencia. Aquí juegan un papel fundamental estudios de carácter observacional, como el proyecto Alzheimer, en el que no se va a hacer una intervención con vino, sino que se pretende comparar las dietas y estilo de vida de personas diagnosticadas de Alzheimer preclínico en relación con un grupo control sano. Los resultados de estos proyectos no tienen un impacto inmediato, pero son fundamentales para defender un producto como el vino con unas peculiaridades muy diferenciadas del resto de bebidas alcohólicas, basadas en sus componentes minoritarios, como son los polifenoles y en su papel social y económico”.
Para la investigadora su nominación como ‘influencer’ supone “un reconocimiento a toda una vida de esfuerzo y dedicación a la investigación. Desde la finalización de mi licenciatura en Farmacia, tuve claro que la investigación era mi vida y he tenido la gran suerte de poder dedicar mi vida profesional a ella en diferentes Instituciones y colaborando con grupos de investigación de disciplinas muy diversas. Y por supuesto es todo un privilegio el haber tenido la oportunidad de incorporarme al ICVV en donde espero aportar lo mejor de mis conocimientos en el mundo de los polifenoles, al sector del vino”. Al tiempo sostiene que “en general la investigación no está muy valorada, de forma especial en España, pero se ha mostrado fundamental para poder salir de una terrible pandemia a través casi exclusivamente de las vacunas. Esto demuestra que los resultados del trabajo de investigación constante y sobre todo perseverante, pueden ser decisivos en momentos de crisis. Creo que esto es totalmente aplicable al mundo del vino en particular y al sector agroalimentario en general”.