Es uno de los 5 investigadores del ICVV que forman parte del ‘Ranking of World Scientists’, elaborado por la Universidad de Stanford de Estados Unidos
Texto: Antonio Egido
Con el doctorado en Biología (Genética Vegetal) en la Universidad Autónoma de Madrid en 1983, José Miguel Martínez Zapater, se incorpora un año después, con una beca del Programa Fulbright de colaboración entre España y Estados Unidos, al MSU-DOE Plant Research Laboratory, en East Lansing (Michigan). Su interés era “encontrar una especie modelo vegetal que facilitase la identificación de los determinantes genéticos responsables de caracteres complejos en especies de cultivo. En ese momento, en varios laboratorios americanos se estaba estudiando y desarrollando con este fin, la especie ‘Arabidopsis thaliana’, una crucífera (de la familia de la col) que se convertiría en el ratón blanco de la investigación en plantas”.
De vuelta a España, en 1988, se incorpora como investigador al INIA (Instituto Nacional de Investigación Agraria y Alimentaria) en Madrid. Su objetivo se centra en “utilizar el sistema de ‘Arabidopsis’ en el estudio de la regulación del tiempo de floración en plantas y de su respuesta a la helada, dos caracteres relevantes para la producción”. Para ello desarrolla colaboraciones con grupos de investigación de Almería, Valencia, Madrid, Murcia y La Rioja, trabajando con cultivos como el tomate, los cítricos o la vid. A partir de 1998 su grupo de investigación del INIA se traslada al Centro Nacional de Biotecnología (CNB) en Madrid, gestionado por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), que quería captar y apoyar grupos de otras instituciones. “El cambio de dinámica en la gestión de la investigación propició que los años del CNB fueran una etapa muy productiva en resultados de investigación, tanto en Arabidopsis como en otras especies como la vid”, afirma Zapater. En 2004 obtuvo una plaza de Profesor de Investigación del CSIC y se integra en la plantilla de este organismo en el CNB.
En 2006, a instancias de la Universidad de La Rioja (UR) y del Gobierno de La Rioja, la presidencia del CSIC encargó a varios investigadores proyectos en viticultura y enología que, junto con investigadores de la UR y del CIDA, elaborasen un proyecto científico para la creación del Instituto de Ciencias de la Vid y del Vino. El convenio de creación se firmó en febrero de 2008. Ramón González y José Miguel Martínez Zapater, por parte del CSIC, se comprometieron a trasladarse a Logroño con sus grupos para contribuir al desarrollo del Instituto, primero en unas instalaciones provisionales en la Universidad de La Rioja, y a partir de 2015 en las nuevas instalaciones del ICVV en la Finca de La Grajera.