FIVIN desmiente los resultados de un reciente estudio muy divulgado por los medios de comunicación que relaciona el consumo de vino con la prevención del contagio
Ante la cantidad de medios de comunicación que se están haciendo eco de un nuevo estudio que relaciona el consumo de vino y su protección frente a la COVID-19, la Fundación para la Investigación del Vino y la Nutrición (FIVIN) afirma que no hay evidencia científica que sustente esta afirmación.
Según la plataforma La Ciencia del Vino, iniciativa de FIVIN para analizar la veracidad de los estudios que relacionan vino y salud, en la investigación “COVID-19 Risk Appears to Vary Across Different Alcoholic Beverages” del Centro de Salud Mental del Hospital Shenzhen Kangning y del Departamento de Neurocirugía del Hospital Southwest de la Universidad Médica Militar del Ejército, ambos en China se utilizaron:
- datos de 473.957 personas (de la cohorte UK Biobank)
- información sobre su nivel y patrón de consumo en 2006-2010.
- información sobre los casos de contagio por COVID-19 y muertes relacionadas con la COVID-19 hasta julio de 2021.
Sus resultados apuntan a que respecto a los casos de contagio por SARS-CoV-2 el virus causante de la COVID-19, la probabilidad de los participantes del estudio que no consumían bebidas alcohólicas de haberse contagiado de SARS-CoV-2 parecía ser un 9% superior que la de los participantes bebedores y un 10% superior que la de los participantes que tomaban más de tres bebidas a la semana. En cuanto al tipo de bebida consumida, la probabilidad de haberse contagiado de COVID-19 parecía ser más alta en el grupo de participantes que no bebían o bebían ocasionalmente, eran exbebedores, o que no consumían específicamente vino tinto, vino blanco, vino espumoso o vino fortificado. Finalmente, respecto a la mortalidad, la probabilidad de los participantes del estudio de haber muerto por COVID-19 parecía ser independiente del nivel, cantidad y tipo de bebida consumida.
Respecto a la metodología utilizada, la plataforma Ciencia del Vino explica que este estudio no dispone de información sobre el nivel o patrón de consumo en 2021. Todos los análisis relacionan los datos en 2006-2010 con los contagios/mortalidad relacionada con COVID-19 en 2021. La población estudiada es ‘adultos mayores’, con más de 50 años, por lo que los resultados de este estudio no se pueden extrapolar a toda la población. Además, señala que no se sabe si los consumidores de vino en este estudio tienen un estilo de vida global más saludable que el resto de los participantes. En un estudio de estas características es imposible controlar todas las variables de confusión.
En conclusión, afirma que “en ningún caso se puede interpretar que los resultados de este estudio indiquen que el consumo de vino protege de la COVID-19. No hay evidencia científica que sustente esta afirmación”. Al ser un estudio observacional “no se puede inferir causalidad. No es correcto concluir o interpretar que un consumo moderado de vino reduzca los casos de COVID-19”. Además, una vez obtenidos los resultados los autores plantean hipótesis, “ideas que podrían explicar estos datos, pero que tan sólo son especulaciones que se sirven de resultados obtenidos por otros investigadores, y que por lo tanto no han sido contrastadas”.
La plataforma Ciencia del Vino cuenta con el apoyo del sector vitivinícola, representado en la Organización Interprofesional del Vino de España, y de la comunidad científica a través del comité científico de FIVIN que está al servicio de la fundación para la validación de las diferentes investigaciones en torno al vino y sus posibles beneficios sobre la salud.