Texto: Javier Pascual, director de La Prensa del Rioja

Asegura el profesor Mondher Bouzayen que lo que más le ha llamado la atención de su visita a Rioja ha sido el trabajo de investigación vitícola que están impulsando los viticultores “con el objetivo valorizar la diversidad y la especificidad de las variedades de uva autóctonas, algunas de las cuales han sido olvidadas durante mucho tiempo o se han perdido. El descubrimiento de estas variedades de uva inusuales da un interés adicional a la visita a Rioja y proporciona al conocedor un placer único que no puede encontrar en ningún otro lugar y que se suma a la indiscutible pero esperada calidad de los vinos de esta denominación”.

Así sintetizaba Mondher Bouzayen, profesor de la Universidad Politécnica de Toulouse, investigador del INRA y director del laboratorio de Genómica y Biotecnología de Frutos, sus impresiones de las visitas organizadas por La Prensa del Rioja para un grupo de cuatro científicos expertos en genética molecular de plantas con el objetivo de mantener encuentros con los responsables de varios proyectos innovadores en viticultura como Juan Carlos Sancha y Rubén Jiménez. “Comparto lo que indica Mondher”, afirma Antonio Granell, profesor de Investigación del CSIC y director del departamento de Mejora y Biotecnología de Especies Cultivadas del IBMCP en Valencia. “En la visita pudimos ver cómo el ser humano se integra en un proceso ancestral y cómo ahora más que nunca hace falta echar mano de todos los recursos para continuar explotando esa diversidad en proporcionar sustento y disfrute. Hemos visto gente muy profesional y muy entusiasta, capaz de sacar lo mejor de esa diversidad y estar preparado para seguir haciéndolo a pesar de las situaciones medioambientales y sociopolíticas cambiantes y amenazantes”.

Un escaso manto de nieve perfilaba las cumbres de la sierra de la Demanda que, a través de un viento gélido, nos hacían llegar en esa mañana de domingo del 3 de marzo los ligeros recuerdos de un invierno inexistente y ponían un fondo épico al relato apasionado de Juan Carlos Sancha desde lo alto de su emblemático -y ahora ‘Singular’- viñedo ‘Cerro La Isa’ sobre las garnachas ancestrales del Alto Najerilla, su cultivo en laderas y bancales, los efectos del cambio climático, la erosión genética y los nuevos vinos de maturana blanca y tinta, así como un torrente de cuestiones técnicas que Mondher no cesaba de plantearle.

Rubén Jiménez, de Bodegas Luis Cañas, expuso el proyecto de recuperación de variedades como la Benedicto, madre del Tempranillo.

No hace falta recordar las cualidades que han hecho famosos a los vinos de Rioja desde hace tiempo en España y en todo el mundo”, comenta Mondher, un gran conocedor del mundo del vino que imparte cursos de cata en Toulouse. “Pero resulta gratificante comprobar que los diferentes actores de esta DO combinan la tradición con la innovación científica y tecnológica, haciendo camino en la dirección que lleva al escalón más alto de los vinos del mundo”. “El viaje nos ha proporcionado refrescantes descubrimientos en la búsqueda de soluciones al cambio climático a través de la exploración de la rica diversidad del patrimonio vitivinícola de Rioja”. Lo fue, por ejemplo, la entusiasta exposición de Rubén Jiménez del trabajo realizado por Bodegas Luis Cañas para la creación de un campo de germoplasma para el que ya cuentan con más de 40 variedades de uva recuperadas de las más de 600 hectáreas de viñedo que controlan en el entorno de Villabuena de Álava para el abastecimiento de la bodega. Entre ellas la variedad ‘Benedicto’, considerada ‘madre’ del Tempranillo hace 500 años y de la que ya han conseguido elaborar algunas botellas con interesantes resultados. La bodega colabora en esta investigación con el Instituto de Ciencias de la Vid y el Vino, cuyo director José Miguel Martínez Zapater, investigador del CSIC y experto en genética y genómica de la vid, forma parte del cuarteto de científicos de la visita, completado por el griego Angelos Kanellis, profesor de Farmacología y Farmacognosia de la Universidad de Thesaloniki.

Los cuatro científicos especialistas en genómica protagonistas del viaje (Angelos Kanellis, Mondher Bouzayen, José Miguel M. Zapater y Antonio Granell) en la bodega FyA creada por Carlos Bujanda en Navarrete.

Antonio Granell aporta su visión didáctica sobre la diversidad genética, “que ha permitido a las plantas adaptarse a condiciones medioambientales muy diversas y a nosotros a aprovecharnos de ello”. “Aunque la acumulación de antocianos, de antioxidantes de compuestos fenólicos, etc., son parte de la estrategia de la planta para adaptarse al medio y no solo para nuestro eventual disfrute, a menudo resulta que el producto de la planta estresada tiene unas propiedades mejores o más valorados por los consumidores”. Estas estrategias de adaptación de las plantas que comenta Granell me sugieren una especie de inteligencia genética, que no se limita exclusivamente a conseguir la supervivencia de la planta, sino también en muchos casos a ofrecer el mejor fruto posible. Como hemos oído decir a enólogos muy experimentados, el comportamiento del viñedo en situaciones adversas nunca deja de sorprenderles vendimia tras vendimia. Concluye Antonio Granell mencionando “la estructura administrativa, de investigación y de innovación” que ha percibido en Rioja. “Estar organizados para enfrentarse a los desafíos ha sido fundamental para el buen trabajo que se está haciendo en Rioja, pero hacerlo muy bien no basta y hay que decirlo bien y alto”.

El programa del intenso fin de semana comenzó con la visita a la histórica bodega R. López de Heredia Viña Tondonia, un emblema de Rioja que ese mismo día era noticia por encabezar la última lista Parker con 100 puntos a dos de sus vinos. Angel Villar, un auténtico romántico del vino, viticultor de Camprovín, nos obsequió con un impresionante blanco Viña Sole del 45 y una de sus 100 botellas de un irrepetible tinto de la variedad ‘monastel’. Juan Jesus Valdelana nos transportó a su fantástico relato sobre la historia, cultura, arte, antropología y espiritualidad del vino, que conjuga de manera tan magistral y cautivadora. Javier Gutiérrez nos mostró en su Mayor de Migueloa de Laguardia no solo las buenas artes culinarias de la casa, sino la profunda huella que ha dejado en su vocación vinatera el gran maestro que fue su padre Jaime. También resultó muy acogedor y seductor proyecto desarrollado por Carlos Bujanda en Navarrete, localidad especializada en la alfarería. La Bodega FyA combina hotel, restaurante, museo de botijos del vino y una especial dedicación a la elaboración del vino en tinajas de barro. En definitiva, el viaje concentraba una panorámica rica y diversa de Rioja que, en palabras del profesor Mondher, “guiados por la erudición de José Miguel Mtnez. Zapater del CSIC y la pasión del que suscribe esta crónica, contribuye a que Rioja siga siendo un motivo de deleite tanto por sus vinos, como por las mujeres y hombres que regentan este viñedo”.

Suscríbete gratis a nuestro boletín.¡Pincha aquí!