EXCLUSIVA. (Publicado en el nº232 de La Prensa del Rioja)
Ericsson plantea una nueva frontera tecnológica, pasando del ‘Internet de las Cosas’ al ‘Internet de los Sentidos’
El enoturismo ha permitido descubrir el mundo de “sensaciones” que, junto a otros conceptos como “lo experiencial” y “la emotividad”, hacen furor en la comunicación vitivinícola desde hace una década. En la próxima, el futuro de la vitivinicultura estará marcado por la nueva frontera tecnológica que representa el ‘Internet de los Sentidos’, un concepto innovador planteado por Ericsson en un reciente informe sobre tecnologías candentes. El ingeniero de Telecomunicaciones riojano Ignacio Pascual Pelayo, Cloud DevOps en la compañía sueca, nos da a conocer en exclusiva para La Prensa del Rioja este nuevo concepto, que da un paso más respecto al ‘Internet de las Cosas’, la tecnología con mayor auge en la actualidad, y “propone una extensión progresiva de la conectividad ubicua, con el fin de abarcar todos nuestros sentidos”.
Texto: Ignacio Pascual Pelayo / Ingeniero Eléctrico y de Telecomunicaciones / Cloud DevOps en Ericsson.
El inicio de esta década no ha dejado indiferente a nadie. La magnitud y celeridad de los cambios sucedidos han provocado una transformación sin precedentes, con la tecnología como pieza angular de nuestra forma de vivir y entender la realidad. Forzosamente comenzamos a asimilar que la vuelta a lo anterior no va a ser posible y debemos buscar nuevas oportunidades en la nueva situación. Si nos lo hubieran contado entre las uvas y el cava de Nochevieja, seguramente hubiéramos recomendado a nuestro interlocutor cambiar el vino por un vaso de agua.
Pese a la incertidumbre, el progreso tecnológico continúa a un ritmo exponencial. La nueva normalidad ha puesto de relieve la importancia de una transformación digital planeada para mantener la productividad de forma remota. Desafortunadamente, la precipitación ha sido el común denominador en muchos sectores durante la pandemia y la capacitación del personal para el aprovechamiento de las nuevas herramientas ha sido compleja y acelerada. Con el fin de prepararnos para los cambios venideros, usaremos la imaginación para vislumbrar cómo un nuevo concepto innovador de Ericsson marcará el futuro de la industria vitivinícola y de nuestra región en la próxima década.
En este marco de cambio constante, en su nuevo informe sobre tecnologías candentes, Ericsson plantea una nueva frontera tecnológica: el ‘Internet de los Sentidos’. Probablemente, el ‘Internet de las Cosas’ es la tecnología con mayor auge en la actualidad y se basa en la conexión de objetos cotidianos como televisiones, microondas o neveras a la red. Este nuevo concepto propone una extensión progresiva de la conectividad ubicua con el fin de abarcar todos nuestros sentidos.
El análisis recopila las percepciones a nivel mundial de los llamados usuarios vanguardistas (early adopters en inglés), quienes se apresuran a probar las últimas novedades tecnológicas e interaccionan con las compañías en la creación de productos. El estudio concluye que el creciente uso intensivo de las tecnologías digitales está difuminando de manera incremental la línea entre lo real y lo digital. Por ejemplo, una gran cantidad de contratos se firman en formato digital desde distintas partes del mundo con la misma validez que uno físico. Si bien numerosas cuestiones éticas habrán de resolverse primero, Ericsson estima que para la década de 2030 será posible la digitalización progresiva de todos nuestros sentidos siendo el 5G la piedra angular del cambio.
¿Realidad o ciencia ficción?
Actualmente, nuestras interacciones con las máquinas utilizan principalmente sonido e imágenes por lo que están limitadas al sentido de la vista y el oído. Esto abre un abanico de posibilidades para empresas innovadoras que decidan explotar los sentidos todavía no digitalizados. De hecho, los últimos experimentos de Samsung, Apple y otras compañías, pretenden introducir en los próximos años el sentido del tacto en nuestros smartphones, algo fundamental para la promoción de la venta online. Por ejemplo, el año pasado se presentó un prototipo de pantalla que permite sentir la textura de una alfombra antes de comprarla.
Por otra parte, queda un largo camino para que sensaciones como el olfato y principalmente el gusto puedan ser totalmente digitalizadas ya que requieren de grandes avances en biotecnología. Sin embargo, lejos de ser ciencia ficción, será posible en un futuro no muy lejano. No olvidemos que hace diez años era difícil de creer que el smartphone se pudiera convertir en un producto de masas. La realidad es que hoy en día difícilmente podemos entender la vida sin ellos.
El potencial de negocio
El Internet de los Sentidos abrirá progresivamente nuevas líneas de mercado para explotar productos experienciales como el vino. Estos se han visto especialmente limitados en el boom de la compra online por la incapacidad de expresar todos sus matices a través de una pantalla. Poder disfrutar de una muestra de su olor y sabor desde la comodidad de nuestras casas se convertirá en un factor de decisión significativo para los consumidores, más allá de anuncios, recomendaciones en redes sociales o plataformas de rating. El público objetivo estará compuesto principalmente por las generaciones nativas digitales que, como los milenials, prefieren mayoritariamente gastar su dinero en experiencias y emociones que en posesiones materiales.
La estimulación de los diferentes sentidos en su relación con el vino no es algo ajeno a la DOCA Rioja. Iniciativas pioneras como la Sala de Sensaciones de Bodegas Riojanas invitan al visitante a explorar los límites de sus sensaciones. Sin embargo, estas experiencias físicas están limitadas por el aforo, actualmente mucho más restringido, y la localización de las instalaciones. La tecnología permitirá hacerlas escalables a un público mundial con un coste asumible eliminando las barreras geográficas. Se podrá establecer un vínculo emocional estrecho que transmita al consumidor la pasión de las bodegas por la elaboración de un producto de calidad como es el vino de Rioja, posicionado en el segmento ‘premium’ del mercado.
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