El descorche de La Prensa del Rioja
Texto: Javier Pascual / Director de La Prensa del Rioja
Creer que el conocimiento compartido puede ser una realidad en el negocio del vino solo podía venir de la mano de una nueva generación desprovista de actitudes atávicas y algunas convicciones ancestrales que consideraban el ‘secretismo’ parte consustancial del oficio. Es más, este cambio de mentalidad podría representar para el mundo del vino una importante palanca de desarrollo si definitivamente sus actores -viticultores y bodegueros- se abren a la incorporación de las nuevas tecnologías y asumen, como asegura Leticia Pérez, que “tenemos el deber de compartir conocimiento porque es una obligación social, una deuda que tenemos con las siguientes generaciones e incluso con nosotros mismos”. Para apoyar la tesis de Leticia, Ignacio Pascual parafrasea a Newton (“si he visto más lejos es poniéndome a hombros de gigantes”), pues también está convencido de que “la suma de conocimientos es lo que nos permite alcanzar un desarrollo más rápido y efectivo”.
Este nuevo concepto del “conocimiento compartido” jugará un papel importante en el desarrollo futuro de sector vitivinícola, potenciado por la incorporación de la inteligencia artificial. Así nos lo desvelaba el reciente encuentro mantenido en Quel por Leticia Pérez, responsable de viticultura en Queirón, e Ignacio Pascual, investigador en Ericsson, para dialogar sobre la tecnología y el mundo del vino. Un diálogo entre dos jóvenes ingenieros de telecomunicaciones para los que ese futuro del sector del vino estará marcado por “la obligación social de compartir conocimiento” y por “una nueva estrategia basada en el conocimiento entendido como inteligencia colectiva”.
Leticia pone el dedo en la llaga cuando asegura que “las bodegas acumulamos una gran colección de datos, llenamos cuadernos con la evolución de acidez, azúcares, antocianos, polifenoles… Pero ¿qué podemos hacer luego con ellos? Nada”. Las numerosas iniciativas que han promovido instituciones, bodegas y empresas del sector tecnológico en los últimos años evidencian la inquietud existente en el sector vitivinícola sobre la necesidad de ponerse al día en la aplicación de las nuevas tecnologías. Pero hay un abismo entre las intenciones y los hechos, entre los proyectos y la realidad.
Apenas concluido el encuentro con Leticia en la bodega del Grupo Ontañón en Quel, Ignacio Pascual bautizaba con el nombre de ‘Open Data Rioja’ una idea surgida del diálogo: “abrir las puertas de las bodegas a la inteligencia artificial” a través de un nuevo proyecto con vocación de ‘servicio público’, cuya gestión debería estar al cargo de una institución de prestigio como el Instituto de las Ciencias de la Vid y el Vino. Consciente de las dificultades de hablar de tecnología de vanguardia en un sector tradicionalmente reacio al cambio, Ignacio imagina el proyecto ‘Open Data Rioja’ como un espacio, por supuesto virtual, en el que compartir voluntariamente los conocimientos, “una plataforma de datos sobre la vitivinicultura riojana que sea integral, que abarque desde el cultivo y producción de uva, a la elaboración y comercialización del vino, y que esté a libre disposición del sector del vino”. Un instrumento que en su opinión situaría a la DOCa Rioja en la vanguardia de la innovación como referente internacional en la aplicación de la Inteligencia Artificial y la ciencia de datos.