Según una tesis de la Universidad de La Rioja, las de Pensilvania y Misuri son idóneas para la crianza de vinos durante 6 meses, mientras que las de Kentucky son recomendables a partir de 12 meses
La tesis doctoral de Zhao Feng, doctor por la Universidad de La Rioja, revela que el origen geográfico del roble americano (Quercus alba) influye de manera significativa en la calidad sensorial y química de los vinos envejecidos. Este hallazgo destaca las diferencias entre las barricas de bosques de Pensilvania, Misuri y Kentucky, señalando su idoneidad para diferentes tiempos de crianza.
Aunque el roble americano es ampliamente utilizado en la crianza de vinos, los estudios previos se han centrado en el tiempo de envejecimiento, secado y tostado, ignorando el impacto del origen geográfico. Este estudio pionero de la Universidad de La Rioja subraya la importancia de elegir cuidadosamente el origen de las barricas para maximizar las cualidades de los vinos. El origen geográfico de las distintas barricas da lugar a vinos con una composición química y un perfil sensorial muy diferente, afectando en mayor medida a la composición aromática respecto a la polifenólica. El efecto de las barricas de los distintos orígenes sobre las sustancias fenólicas y volátiles del vino varió en función del tiempo de envejecimiento.
Según la investigación, las barricas de Pensilvania y Misuri son ideales para crianzas de 6 meses, produciendo vinos más aromáticos y complejos. Según Feng, estas barricas generan vinos con los valores más altos de actividad olfativa (OAV) total. Las de Pensilvania destacan por aportar altos niveles de fenoles volátiles, guayacol y vainillina, mientras que las de Misuri potencian compuestos furánicos, β-metil-γ-octalactonas y aromas relacionados con la madera.
Para crianzas de 12 meses, las barricas de Kentucky y Misuri ofrecen vinos con excelente equilibrio aromático y gustativo. En particular, las barricas de Misuri sobresalen por su alto contenido en cis-metil-γ-octalactona y eugenol, mientras que las de Kentucky alcanzan el mayor valor de elagitaninos y antocianos. Ambos tipos de barricas aportan vinos intensamente frutales, con marcadas notas de madera, preferidos por los catadores.
Las barricas de los bosques de Kentucky son las más adecuadas para envejecimientos prolongados de hasta 24 meses. En este tiempo, los vinos muestran altas concentraciones de compuestos furánicos, β-metil-γ-octalactonas, estilbenos y aromas relacionados con la madera, alcanzando una valoración sensorial excepcional.
Desarrollada en el Departamento de Agricultura y Alimentación de la Universidad de La Rioja –en el marco del programa de Doctorado 783D Enología, Viticultura y Sostenibilidad (Real Decreto 99/2011)– esta tesis ha sido dirigida por Zenaida Guadalupe Mínguez y Leticia Martínez Lapuente y ha sido calificada con sobresaliente ‘cum laude. Se ha desarrollado en colaboración de Tonelería Murúa en el marco de un proyecto de la Agencia de Desarrollo Económico de La Rioja (ADER) con la Universidad de La Rioja.
1,3 millones de barricas en Rioja
La crianza en barrica es una práctica habitual en la elaboración de vinos tintos, ya que suele mejorar el aroma, el color, el sabor y su estabilidad. España y, en concreto, la Denominación de Origen Calificada Rioja (DOCa Rioja) cuenta con el mayor número de barricas del mundo (1.331.203 barricas en 2022).
De hecho, el 70% de las bodegas inscritas en la DOCa Rioja, es decir, 488 bodegas, se dedican a la crianza de vinos en barrica (Consejo Regulador de la DOCa Rioja 2022). Estas cifras reflejan no sólo el tamaño de la industria vitivinícola de la DOCa Rioja, sino también la importancia que la región concede al proceso de envejecimiento.
Aunque el roble americano (Quercus alba) es una madera tradicionalmente empleada en la crianza de grandes vinos y su uso está muy extendido en el proceso de envejecimiento, hasta ahora los estudios científicos sobre las características que aporta según su origen geográfico en Estados Unidos son escasos.
Por el contrario, existen numerosas investigaciones sobre los robles franceses y otros robles europeos, que han demostrado que los compuestos extraíbles varían considerablemente según el origen del bosque, incluso en robles de la misma especie.
En el caso del roble americano, la investigación se ha centrado principalmente en aspectos como el tiempo de envejecimiento, el secado y el tostado de las barricas, ignorando en gran medida el impacto de los factores relacionados con su procedencia geográfica.
Suscríbete gratis a nuestro boletín.¡Pincha aquí!