BODEGA DEL MES

Con más de 130 años y cinco generaciones al frente, la bodega apuesta por la sostenibilidad, la innovación enológica y expande su legado con Valdemar Estates en USA

Texto: Mirian Terroba
redaccion@laprensadelrioja.com

No son muchas las bodegas que pueden presumir de un equilibrio tan sólido entre legado, vanguardia y proyección internacional como Bodegas Valdemar. Fundada en 1889 y dirigida actualmente por la quinta generación de la familia Martínez Bujanda, esta histórica casa, con sede en Oyón (Rioja Alavesa), ha construido una reputación impecable que trasciende fronteras, consolidándose como un referente en España y dando el salto a Estados Unidos con una bodega.

Dicen que son “una familia de pioneros que nunca deja de aprender e innovar para llevar el arte de hacer vino más allá”. Este espíritu, profundamente arraigado en la tradición pero con la mirada puesta en el futuro, es lo que ha motivado su elección como Bodega del Mes.

Con más de 130 años de trayectoria, Bodegas Valdemar es sinónimo de Rioja clásica, pero también de Rioja renovada. La familia Martínez Bujanda ha sabido honrar su herencia sin quedar anclada en ella, apostando por la excelencia desde la viña hasta la copa. El control de calidad es una prioridad en todo el proceso, algo posible gracias a sus 275 hectáreas de viñedo propio distribuidas en parcelas estratégicas de Rioja Alavesa. Esta amplitud permite una vinificación precisa, cuidada y profundamente conectada al terruño.

Los dos hermanos Ana y Jesús Martínez Bujanda comparten el espíritu pionero heredado de los conocimientos de las anteriores generaciones, en especial, de su padre Jesús Martínez Bujanda, y han seguido avanzando para sorprender y enamorar con nuevas apuestas, ofreciendo vinos personales y diferentes a ambos lados del atlántico.

Innovación con sello propio

El enfoque de Valdemar siempre ha sido sumar tecnología y sostenibilidad a la excelencia enológica. Sus prácticas respetuosas con el medio ambiente y su compromiso con una agricultura cada vez más sostenible confirman una visión integral y de largo plazo.

Bodegas Valdemar fue la primera bodega europea en implementar el control informatizado de temperatura durante la fermentación, un hito revolucionario en su época. También fue pionera en elaborar el primer reserva 100% Garnacha de Rioja y el primer blanco español fermentado en barrica. Estos logros han marcado su identidad como referente innovador dentro de la D.O.Ca. Rioja.

Los reconocimientos internacionales avalan su trayectoria: Conde Valdemar Finca Alto Cantabria ha sido nombrado en varias ocasiones como el mejor blanco de Rioja por críticos como Tim Atkin y publicaciones como Wine Enthusiast.

La revolución blanca continúa

En junio de 2025, Bodegas Valdemar presentó La Gargantilla Garnacha Blanca 2024, el primer vino de la bodega elaborado exclusivamente con esta variedad minoritaria. Una edición limitada de tan solo 4.253 botellas, que refleja el compromiso de la familia con las variedades autóctonas de Rioja y con la creación de blancos con alma y personalidad.

“Este vino representa un paso más en nuestra filosofía de apostar por los blancos con alma y origen. La Garnacha Blanca es una variedad con un enorme potencial, y en esta parcela hemos encontrado su máxima expresión”, afirma Ana Martínez Bujanda, quinta generación de la familia.

Una gama que cuenta historias

La diversidad es una de las fortalezas más destacadas de Bodegas Valdemar. Su portafolio de vinos ofrece un viaje sensorial que recorre la Rioja desde sus raíces más tradicionales hasta sus expresiones más creativas y de autor. Cada etiqueta reafirma el carácter innovador de la bodega y su vocación por crear vinos con identidad propia y proyección internacional.

Viñedo Singular: Finca Alto Cantabria Blanco y Finca Alto Cantabria Espumoso proceden de un viñedo clasificado como “Viñedo Singular”, una distinción oficial que reconoce parajes excepcionales dentro de la D.O.Ca. Rioja. Reflejan con precisión el carácter del terruño y cumplen con exigentes estándares de calidad, trazabilidad y envejecimiento.

Conde Valdemar: Es la gama más emblemática de la casa. Elabora vinos elegantes, equilibrados y fieles al estilo clásico de Rioja, pero con un enfoque contemporáneo. Se basa en variedades autóctonas como Tempranillo, Garnacha, Mazuelo y Graciano, y ofrece crianzas, reservas, grandes reservas, blancos y rosados.

Vinos de Finca: Proceden de parcelas concretas con características únicas, y expresan con nitidez el paisaje de origen. Entre los más representativos destacan Finca Alto Cantabria Blanco, La Recaja, Balcón de Pilatos, Las Seis Alhajas y La Gargantilla, todos con producciones limitadas y marcada personalidad.

Finca del Marquesado: Un proyecto que nace de la exploración parcelaria y la riqueza en biodiversidad de Rioja Alavesa. Con microvinificaciones y un fuerte enfoque en sostenibilidad, esta línea refleja la filosofía de “el sueño de tres generaciones” y encarna el vínculo de la familia con su tierra.

Inspiración Valdemar: Gama de autor que fusiona el saber hacer riojano con una mirada internacional, fruto de la experiencia adquirida en Estados Unidos. Cada vino es el resultado de un trabajo técnico y creativo que busca transmitir innovación, diferenciación y autenticidad.

El salto a Estados Unidos

El espíritu pionero de la familia Valdemar los llevó a cruzar fronteras. En un movimiento sin precedentes, se convirtieron en la primera bodega española en establecerse en el estado de Washington (EE. UU.), una de las regiones vinícolas emergentes más prometedoras del mundo.

El proyecto, Valdemar Estates, representa la fusión entre la tradición riojana y la expresión vibrante del viñedo norteamericano. Una apuesta estratégica que refuerza su presencia internacional y confirma su vocación de abrir camino donde otros aún no se atreven.

Enoturismo para todos

Bodegas Valdemar ha redefinido el concepto de enoturismo con una propuesta accesible e inclusiva. Desde visitas a las salas de barricas hasta catas maridadas, experiencias familiares y su wine bar con terraza entre viñedos, todo está pensado para que el visitante explore el vino desde el disfrute, el conocimiento y la cercanía.

Cada rincón de la bodega está diseñado para que el visitante se sienta parte de la historia, del viñedo y del futuro de Valdemar. Una propuesta que trasciende el simple turismo para convertirse en una auténtica vivencia cultural y sensorial.