Ana Fabiano, estadounidense experta en vino de Rioja, destaca el potencial de la Denominación en enoturismo y recomienda a las bodegas que se mantengan firmes en su identidad y difundan un relato que ponga en valor el arraigo y la cultura vitivinícola
Texto: Mirian Terroba
redaccion@laprensadelrioja.com
Es una enamorada del vino de Rioja, que considera la Denominación su tierra, a pesar de que nació al otro lado del charco, a más de 5.000 kilómetros. Ana Fabiano es una experta en vino de Rioja desde hace 30 años, cuando fue la primera americana contratada por la Oficina Comercial de la Embajada de España y participó en la fundación de Wines from Spain. En 2009 fue nombrada Embajadora de Rioja y en 2010 asumió la dirección comercial de RiojaTrade, programa fundamental para duplicar los envíos a los EE. UU. En 2013 se alcanzaron hitos históricos como “superar los 1,1 millones de cajas de vino, aumentos de valor, programación activa en más de 40 mercados y más de 170 bodegas en los canales de distribución de EE. UU” explica a La Prensa del Rioja. Desde hace 3 años trabaja por su cuenta con bodegas, profesionales y consumidores en EEUU y Canadá.
Recientemente ha hecho un viaje a Rioja, distinto de aquellos de investigación que le permitieron escribir su libro ‘The wine region of Rioja’ en 2012, el primero que una editorial estadounidense publicaba dedicado exclusivamente al vino de Rioja. Esta vez ha sido un viaje culinario de alto nivel para consumidores-aficionados de The Palatum, un colectivo viajero ‘gourmet’ que se reúne para disfrutar de expediciones gastronómicas y vinícolas. Viajan junto a creadores de tendencias para saborear las distintas regiones. En esta ocasión el grupo sumó a Ana Fabiano por su experiencia en la zona que, junto a su guía, les acompañó durante una semana en su exploración por Rioja, por sus bodegas y por su oferta culinaria. Viña Real, Marqués de Riscal, Casa Primicia, Conde de los Andes, Vivanco, Marques de Murrieta, Roda, Bilbainas, Venta Moncalvillo, Calle Laurel o el Hotel Santa María Briones han sido algunas de las paradas del viaje.
Ha sido un grupo de consumidores de alto perfil económico, con un poder adquisitivo alto, “personas que ya conocían otras zonas muy importantes a nivel mundial, y Rioja tiene un enorme potencial, también en enoturismo”. De las bodegas visitadas destaca que han conseguido una oferta diferenciada, “de tal manera que la visita que ofrece una bodega no se parece a la que ofrece el de al lado, porque cada una tiene algo que ofrecer. Estamos en una zona en la que hay más bodegas centenarias que en el resto del mundo. El grupo se ha ido encantado de lo que han podido ver, les ha gustado ver el valor que tiene aquí el vino, conocer la historia de distintas generaciones de una bodega, el cariño que se le tiene a la tierra, al viñedo, y a todo el patrimonio cultural que le rodea. En las opiniones del grupo destacan palabras como autenticidad, tipicidad, creatividad y diversión”.
Además, señala que “en este viaje nos ha impactado también la oferta gastronómica. Es muy importante que en Rioja sean conscientes de o que significa tener tanta oferta de alta cocina y estrellas Michelín”.
Tipicidad frente a las modas
Ana Fabiano recuerda que estamos hablando de un momento en el que “al consumidor estadounidense le importa mucho la calidad del vino, el valor que se le puede dar a un territorio, esa historia y esa cultura que tienen detrás. En un momento en el que el consumo está bajando, esto es muy importante de cara a posicionarse en el mercado americano”. Para el consumidor de Estados Unidos, «la variedad de uva ha sido prioritaria al elegir un vino, pero ahora empiezan a darle más valor a la marca».
La situación actual del mercado “es un poco difícil. Hasta cierto punto va a significar un poco de la reestructuración de Rioja. Va a haber más bodegas de cierto nivel de calidad, cierto nivel de legado”.
La experta anima a las bodegas a mantener esa tipicidad, no dejarse llevarse por las modas que harían perder autenticidad. Por ejemplo, en lo que se refiere a las tendencias de bajar la graduación “podría hacer que fuese muy difícil reconocer la tipicidad de Rioja en esos vinos”. En este sentido muestra su confianza en que “un vino con calidad, tipicidad y autenticidad de Rioja siempre tendrá un nicho en EE.UU. y su lugar en el mundo. Con dinero y con tecnología se puede hacer vino hasta en el desierto del Sáhara, pero no se puede fabricar cultura a su alrededor”. En una región vitivinícola “el vino debe tener relevancia económica, ser una forma de vida y tiene que ser sostenible y estable. Estos elementos definen una verdadera cultura de vino, equivalen a lo que es autenticidad”.
De este modo, una bodega que quiera estar presente en el mercado estadounidense, “debe apostar por la máxima calidad, potenciar la tipicidad y difundir el valor, la tradición y el arraigo del vino en la región para captar el interés del consumidor americano”. Según Fabiano, es un mercado que pide siempre más calidad por lo que es importante apoyarse es eso y mantener el relato. En este punto considera fundamental la comunicación y el marketing. “En el mercado norteamericano hay tantísimas referencias que, aunque tengas un distribuidor muy fuerte, en portfolio tiene otras muchas referencias que posicionar”. Como Denominación, “es importante ir juntos para tener fuerza, por separado es fácil caerse y perder visibilidad. Hay un dicho en inglés: united we stand, divided we fall”.
Apuesta por hablar al consumidor de la diversidad de Rioja, “pero sin abrumar. Con los profesionales se puede profundizar en las explicaciones, en las diferencias, haciendo hincapié en las nuevas categorías, pero para el consumidor final, hablarles de vinos de pueblo, de crianzas en cemento o fermentaciones especiales puede ser complicarles demasiado”.
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