En bicicleta, a caballo, en segway, en quad, e incluso en globo puede recorrer los variados y atractivos caminos para hacer turismo en La Rioja.
Texto: Antonio Egido
La Rioja es una Comunidad Autónoma que abarca parte del valle del Ebro en su zona septentrional y del sistema Ibérico en el sur. Geográficamente está dividida por siete ríos que descienden desde la montaña hacia el Ebro –un gran río de vino– que vertebra la región y al mismo tiempo sugiere el nombre de “La de los siete valles”.
Antigua tierra de las tribus romanas de los berones, los pelendones y los vascones, en la Edad Media se convirtió en tierra de fronteras, riñas, disputas y batallas territoriales, conquistada y reconquistada por diferentes reinos, entre ellos el cristiano y el musulmán. Tuvo una fuerte vinculación a la Diócesis de Calahorra en lo religioso y al Reino de Nájera en lo político, teniendo que esperar hasta el año 1982 en que el Estatuto de Autonomía -que lleva el nombre de San Millán al ser firmado en este lugar antes de tomar camino de Madrid-, cuando se dotó de autogobierno.
Comunidad uniprovincial, consta de 174 municipios, siendo Logroño su capital y ciudad con mayor número de habitantes.
Un verano para disfrutar
El verano es una de las estaciones en que mejor se puede disfrutar de la diversidad natural de una tierra que tiene nombre de vino. A pie, en bicicleta, a caballo, en segway, en quad, e incluso en globo se pueden recorrer caminos repletos de viñedos, huellas de dinosaurios, monasterios y castillos milenarios, paisajes sencillamente bellos. Además, el verano riojano se come y se bebe en cada rincón de su geografía, con una gastronomía volcada en lo tradicional pero redescubierta en las nuevas tendencias de los Estrella Michelín o los Soles de Repsol. La Rioja es para disfrutarla con los cinco sentidos: con el oído para escucharla; con los ojos para admirarla; con la nariz para olerla; con la lengua para degustarla y con el tacto para sentirla.
Una de dinosaurios
Enciso es la puerta riojana hacia el Cretácico. Al otro lado, asoman vidas de dinosaurios impresas en la naturaleza. Son huellas de un mundo perdido que ahora es Reserva Mundial de la Biosfera por su valor ambiental.
Alrededor de este lugar, que hace más de 120 millones de años fue el Mar de Tethys, proliferan rutas, yacimientos a cielo abierto y reproducciones a escala natural.
El itinerario más familiar alcanza El Barranco Perdido, un parque de multiaventura tematizado con los antiguos habitantes de este territorio. Allí el turismo familiar encuentra piscinas de paleontología submarina y la Colina de los Saurios, donde se encuentran las pozas y cascadas que cuentan con una pista de agua que simula un río, en la que los niños buscan fósiles entre los guijarros, y los géiseres, unos surtidores de agua en donde los niños pueden refrescarse.
Junto a ello no faltan las actividades de dinamización y teatralización, que se pueden disfrutar en el anfiteatro, donde se combinan la comedia infantil con el género musical. En ambos casos, la trama y las canciones versan en torno al paso de los dinosaurios por esta Comunidad.
Historias y leyendas por recorrer
La Rioja es paso obligado del Camino de Santiago, que encierra muchas historias y algunas leyendas. En Logroño confluyen la Ruta Jacobea francesa, que proviene de los Pirineos por Navarra y Aragón; el Camino del Norte y el Camino del Ebro, que conecta Tarragona y Astorga. Por varias de sus localidades pasa parte del Camino de Santiago, perfectamente descrito por José María Lacarra, Luis Vázquez de Parga y Juan Uría Riu, en lo que es el mejor libro que se ha publicado sobre esta ruta. Desde Logroño, el peregrino se adentra en localidades como Navarrete, Azofra, Cirueña o Santo Domingo de la Calzada, abandonando la Comunidad por Grañón, pero descubriendo paisajes de campos y puentes, iglesias y puertas, hospitales y monasterios, castillos y cementerios… quedando a juicio del caminante desviarse para visitar los Monasterios de Suso y Yuso, en San Millán de la Cogolla, Patrimonio de la Humanidad.
Otros prefieren buscar poblados celtíberos, que los encuentran en la Contrebia Leucade en Aguilar del Río Alhama; practicar deportes acuáticos en plácidos pantanos, como el Club Náutico de El Rasillo; relajarse en lujosos balnearios como los de Arnedillo y Grávalos; recorrer cuevas fascinantes como las de Ortigosa de Cameros; refrescarse bajo hermosas cascadas, como las de Villoslada de Cameros o recordar la viejas cañadas de la Mesta: Norte, Sur, Este y Oeste.
La gastronomía
Pero el verano a lo riojano se completa disfrutando de la gastronomía regada con el vino de calidad de Rioja, en insignes calles de pincho, como La Laurel de Logroño o la Herradura de Haro; con restaurantes con estrellas Michelín o Soles de Repsol; bodegas diseminadas por el paisaje; fiestas en torno al vino como la Batalla del Vino de Haro o la Batalla del Clarete en San Asensio; romerías; festivales gastronómicos; la visita a museos únicos o representaciones teatrales recuperando la historia de distintas poblaciones como en Nájera.
Música y estrellas
Sin que falten, por supuesto, el sonido de la música a través de festivales como el Muwi, de Bodegas Franco-Españolas en Logroño; los Festivales de Música Clásica en Arnedillo y Casalarreina; el Fárdelej en Arnedo; el Ezcaray Fest; las veladas culturales ‘Ven a la Bene’ en Logroño o la iniciativa ‘De noche, el museo suena’ en el Museo Würth La Rioja.
Pero no todas las estrellas aparecen sobre un escenario. La Reserva de la Biosfera de La Rioja es un privilegio natural (más de 120.000 hectáreas y cuarenta municipios) para recorrer y contemplar sin prisas. La zona está reconocida como Destino Turístico Starlight por las excelentes cualidades de sus cielos para la observación astronómica, como también ocurre en las Noches de San Lorenzo que se celebran en Briones y San Vicente de la Sonsierra.
Y no nos olvidamos. Entre una y otra actividad, seguro que también disfrutarán de los muy variados y excelentes actividades de enoturismo que en La Rioja alcanzan su máxima expresión por ser “la tierra con nombre de vino”. Aquí puede visitar el viñedo, la bodega, participar en las catas, maridándolo con la gastronomía o disfrutándolo con sus tapas. La Rioja sabe a vino.
Por todo ello y algo más, le invitamos a que descubra un verano a lo riojano.
Reportaje publicado en el nº 224 de La Prensa del Rioja