Texto: Irene Cortés, sumiller de Restaurante Kabanova y miembro de la Junta Directiva de la Asociación de Sumilleres de La Rioja
Voy a hablar de mi experiencia personal. Para ello he de remarcar una frase que leí hace años y siempre tengo presente: «la experiencia no es lo que te sucede, la experiencia es lo que haces con lo que te sucede». Estamos en un año difícil para todos, con incertidumbre, enfermedades, pérdidas, estrés, cambios… Está bien, esto ya lo sabemos, ahora hay que ver qué hace cada uno en ésta situación. Qué tipo de papel representas en esta película. ¿Eliges ser derrotado? ¿Eliges sobrevivir? ¿Aprovechas la situación para crecer?…
Yo, una malagueña de 36 años afincada en La Rioja desde hace casi 4 años, camarera de nacimiento, aprendiz de sumiller y profesional en pasar buenos momentos, me encuentro en ERTE, como muchos que tenemos la suerte de tener un contrato indefinido y, al menos, tenemos la seguridad de un sueldo cada mes. Yo, como cada trabajador de hostelería, me veo en la obligación de no poder seguir con mi día a día en mi puesto de trabajo. ¿Y ahora qué hago? Es lo primero que pensé en voz alta. Tuve una respuesta inmediata: «vamos día a día, para y disfruta de lo que tienes alrededor, apriétate el cinturón, adáptate y sobrevive, pero no te olvides de sonreír, de transmitir y de darte».
Tenemos facturas, miedos, dudas; pero también tenemos tiempo, amor, sabiduría. Yo elegí la situación para crecer, personal y profesionalmente, yo elijo leer, estudiar, disfrutar del café por la mañana con mi familia, disfrutar de un paseo con la brisa marinera refrescando mi cara, yo elijo ayudar a la gente de mi entorno, les ayudo con una sonrisa, con mi tiempo escuchando qué tal se encuentran hoy, les ayudo contando mis historias divertidas, algunas ciertas, otras sacadas de mi fantasía, y sonrío al ver la cara de mis padres cuando me miran sorprendidos de la cantidad de tonterías que hago y digo al día, sólo para entretenerlos y que se rían.
No hay más, eso es lo que está en mi mano hoy. Hacer feliz a los míos y seguir a un ritmo más relajado en lo laboral. Hay que seguir y hay que seguir bien. Yo elijo este «Soplo de aire fresco» para seguir en el camino con una sonrisa. Y si ayudo, aunque sea, a una sola persona a que cambie el chip por un día y pueda ver algo más claro, con esto soy feliz.
La película terminará. Elije tu final y disfruta la trama. Mientras tanto, ¡¡¡¡ sonríe!!!!