OPINIÓN

Leo y releo artículos donde nos indican por donde han de caminar los insondables caminos del enoturismo. Segway con cata, maridaje con globo, encuentros de solteros en bodegas o jazz y reservas del 94, mezclas interesantes, en algunos casos curiosas, en otras de complicado ensamblaje. En Rioja tras años de experiencia en el sector tengo el convencimiento que el tema de la combinatoria lo tenemos bien desarrollado. Entonces, ¿cuál es el siguiente paso? ¿haciadónde vamos? ¿estamos acertando?

Texto: Carlos Martínez Armas / CEO de Grupo Empresarial Criteria (www.gcriteria.com)

 

Antes de meternos en harina me van a permitir definir tres conceptos desde los que parto y que no pretenden ser popularmente consumibles pero si operativamente provechosos. Rioja: dícese del territorio al amparo del Ebro que discurre desde las Conchas de Haro hasta Alfaro y donde se produce vino. Para que me entiendan algunos políticos territoriales y sus seguidores incluye Navarra, La Rioja y Álava. Equipo: dícese de un grupo de gente que en afán de lograr un todo común es capaz de superar la visión individual. Por simplificar, lo tuyo de los dos, lo mío también de los dos. Ojo en este punto, hay muchos que se definen como equipo y cuando llegan las dificultades salen del barco antes que el capitán Schettino. Plan: dícese de un proyecto que busca un objetivo ideal y deseable a lograr en un horizonte a largo plazo y que todas las acciones a medio y corto van dirigidas a su consecución, en consecuencia habrá determinadas acciones que vistas a corto plazo no tengan mucha razón de ser, pero a largo estarán plenamente justificadas.

Entendida mi particular visión de estos tres puntos, permitan seguir con mi exposición y mencionar la Cata del Barrio de La Estación como la base filosófica del futuro de Rioja. La Cata celebrada el 17 de septiembre en Haro se ha convertido con tan sólo dos ediciones en uno de los eventos más importante del mundo del vino. Y así lo pueden atestiguar los cerca de 150 periodistas acreditados, una figura tan esencial en este sector como es Pedro Ballesteros, que impartió una master class innovadora a la que asistieron 400 profesionales, y 5.000 personas que disfrutaron de una jornada deliciosa por el privilegiado Barrio de la Estación. Pero este no es el hito. Lo que rompe el paradigma clásico es que siete bodegas que compiten en el mercado por vender su producto deciden compartir clientes, proveedores, periodistas y deciden explicar al mundo el secreto de cómo hacen sus vinos. Deciden unirse.

Estamos ante un magnífico ejemplo para el mundo de los negocios y la empresa. El Barrio de la Estación lo tuvo claro desde el principio y no me queda más remedio que tirar del tópico pero es una clara demostración de que “La Unión hace la Fuerza”. Parece una falacia pero nuestro país de Quijotes siempre se ha movido mejor en las individualidades, una de las razones por las que otros lugares como Napa o Burdeos nos han rebasado a toda velocidad. Estas siete bodegas riojanas han demostrado visión, compromiso y amor por esta tierra. Su unión ha encendido una luz de esperanza. La cuestión es ¿cuántos vamos a ser capaces de recoger la antorcha y qué acciones debemos emprender para materializar un PLAN que desarrolle un EQUIPO que ponga a RIOJA a la cabeza del enoturismo mundial?