Pablo Hermoso de Mendoza, alcalde de Logroño: “Queda mucho por hacer, pero vamos incorporando recursos turísticos de primer nivel para poder desplegar e integrar esta oferta”
‘Logroño Enópolis’ busca posicionar a la capital riojana más allá de un destino turístico enológico. El proyecto persigue, a través de una ambiciosa estrategia y un plan a largo plazo formado por múltiples acciones y actividades, también reconvertir la oferta turística de la ciudad mediante la creación de nuevos productos; regenerar su centro histórico; convertir Logroño en un Destino Turístico Inteligente; mejorar su capacidad operativa para hacer frente a la evolución de la demanda turística y coordinar los planes y actuaciones con las políticas turísticas regional y nacional. Su principal impulsor, Pablo Hermoso de Mendoza, alcalde de Logroño, reflexiona para La Prensa del Rioja sobre el potencial de desarrollo del enoturismo en la capital.
P- ¿Qué recuerdo le trae la cifra de ‘cuatro millones de cepas’?
R- Logroño es una ciudad rodeada de vides, de cuatro millones de cepas de vid, en el término municipal. Esta vinculación de lo urbano con lo rural, la cercanía de una suculenta huerta metropolitana, la experiencia acumulada de nuestras bodegas logroñesas, y nuestra mejora y evolución gastronómica nos hace ser una ciudad especial con un claro potencial de desarrollo en torno al enoturismo y al buen vivir. Un espacio de atracción de inversiones. La vid es nuestro paisaje, nuestro territorio, una forma de vivir.
P- El concepto ‘enópolis’ está construido sobre el que los economistas llaman ‘cluster industrial’. ¿Es esa misma idea la que subyace en el proyecto que usted está impulsando desde la alcaldía?
R- Enópolis es una marca que implica la asunción de un liderazgo en el desarrollo en España del enoturismo como vía de crecimiento económico, social y cultural. Logroño es una ciudad vinculada al vino desde nuestros ancestros. Todo el desarrollo patrimonial, paisajístico, económico y social que implica debe ser impulsado por la cooperación público privada. Además, no debemos olvidar que en la cadena de valor de este sector los datos que se generan están todavía por cartografiar, integrar, modelizar y explotar de una forma adecuada para impulsar su desarrollo, también, en el ámbito digital. Ahí contamos con la ayuda de SEGITTUR y del Ministerio de Industria, Comercio y Turismo.
P- Cuando piensan en un modelo de ciudad del vino que pueda servir de referencia al proyecto de la enópolis logroñesa, ¿en qué ciudad o ciudades en concreto están pensando? ¿Mantienen con ellas algún contacto e intercambio de conocimiento?
R- Logroño no se identifica de forma inmediata con el vino, hay que dar un salto, pensar en Rioja, y vincular la capital con ello. Burdeos y Oporto, por ejemplo, son ciudades caracterizadas por una vinculación directa con el vino, tanto en su marca internacional como en su estructura económica. Nosotros tenemos que situarnos en este esquema de ciudades del vino. La ruta Burdeos – Logroño – Valladolid – Oporto implica a tres países, cuatro grandes denominaciones de origen, un gran tour del enoturismo en el sur de Europa y puede ser un interesante estímulo para el desarrollo de productos turísticos que atraigan a un turista internacional interesado por el mundo del vino. Queda mucho por hacer, pero vamos incorporando recursos turísticos de primer nivel para poder desplegar e integrar esta oferta.
P-¿Con qué entidades de la sociedad riojana y logroñesa cuentan para implicarse en el proyecto ‘enópolis’? ¿Lo considera suficiente para que la enópolis logroñesa adquiera de esta forma la dimensión social y dinamismo que precisa o hay más recursos por incorporar?
R- Las bodegas de Logroño se han unido en el objetivo común de agregar con sentido su oferta, mostrarla de forma coordinada y ser capaces de presentar productos complementarios. La Asociación de Sumilleres apuesta por una formación de calidad para el sector. La Asociación de Hostelería, Hoteles y Agencias de Viajes, así como la Asociación de la Laurel y la Calle San Juan son atractivos claros para completar una oferta enoturística y gastronómica de primer nivel, con hoteles de 4 y 5 estrellas, restaurantes con estrella Michelín, campos de golf de calidad. Requerimos integrar a las entidades formativas, educativas para que el enoturismo tenga una mayor profesionalización y, al mismo tiempo, incorporar empresas tecnológicas que sean capaz de capturar el valor que existe en la cadena de datos que en esta actividad se generan.
P- Las bodegas de la capital están asociadas en una organización propia, lo que ya es un paso favorable. Pero el sector bodeguero es un tanto reacio a mantener actitudes colaborativas. ¿En qué medida mantiene sus expectativas al respecto tras la experiencia de estos años al frente de la alcaldía?
R- A todas las bodegas de Logroño les une el deseo de que la ciudad se identifique más claramente con una enópolis, con una marca de liderazgo en el enoturismo. Si la ciudad crece, y crea nuevas oportunidades e inversiones, si cuenta con un claro dinamismo económico, y si impulsa el Rioja desde su centralidad en el hospedaje y la experiencia enoturística, a las bodegas les irá mejor. No es sencillo, pero percibo un interés claro en seguir agregando valor con una oferta enoturística más amplia y con nuevas inversiones. Al Ayuntamiento le toca facilitar las cosas, como hemos hecho con el cambio de la normativa urbanística. Las bodegas ya no solo elaboran vino, generan actividades artísticas, culturales, gastronómicas y deben contar con un marco jurídico adecuado para hacerlo.
P- ¿Cómo ha impulsado el Ayuntamiento de Logroño el enoturismo en la ciudad?
R- Logroño asiste a ferias profesionales e internacionales sobre enoturismo como Fine, que se celebra en Valladolid. Asimismo, formamos parte de ACEVIN y hemos creado el producto de turismo enoturístico como Golf y Vino.
También hemos modificado el Plan General Municipal para que la actividad enoturística pueda desarrollarse en las bodegas de la ciudad.
Hemos abierto dos espacios temáticos vinculados al vino, como el Espacio Lagares, que además es un punto de información turística, y el Calado de San Gregorio, y abriremos el Centro de la Cultura del Rioja desde una visión centrada en ser la casa de todos aquellos agentes y colectivos que trabajan por y para el desarrollo vitivinícola en la capital
Y, además, hemos conseguido más de 3 millones de euros para el proyecto Enópolis, una financiación gracias a los Fondos Europeos Next Generation que nos permite, entre otras cosas, desarrollar e incorporar tecnología a nuestros espacios vinculados al vino para desarrollar mejor el marketing digital y la identificación del enoturista.
Por último, la puesta en marcha de una convocatoria de ayudas a proyectos turísticos hace que eventos como el MUWI, Murales encendidos o las rutas TurisTea puedan llevarse a cabo en Logroño.