Es un tipo de turismo en un entorno de naturaleza, al aire libre e inmerso en el medio rural, destinos escasamente masificados, realiza sus desplazamientos en coche particular, visitas en pequeños grupos, autenticidad, relajado y vinculado a la gastronomía. El enoturismo presenta las condiciones de seguridad necesarias tras el escenario que la COVID-19 nos ha decorado.
Las bodegas de Rioja han ido reabriendo sus puertas para recibir visitas y ofrecer actividades adaptadas a las nuevas condiciones de higiene y seguridad que exige la nueva normalidad. Reducir los grupos de visita, potenciar las actividades al aire libre o incorporar terrazas a sus wine bar son algunas de las opciones con las que Rioja ha preparado su oferta en el primer verano del coronavirus.
Según el Consejo Regulador de la DOCa. Rioja, 195 bodegas articulan la propuesta de la Denominación -aunando los esfuerzos de las Rutas del Vino de Rioja Alta, Rioja Alavesa y Rioja Oriental- que se suman a los de otras iniciativas privadas para posicionar a Rioja como destino referente dentro y fuera de nuestras fronteras. Rioja ratifica su posición de liderazgo como primera región de España en cuanto a número de visitas con casi 860.000 visitas en 2019 a las bodegas que integran el conjunto de la DOCa. Rioja. El Monitor de Enoturismo de la Denominación arroja un crecimiento sostenido del 6 % en la región, frente al incremento del 4 % en el conjunto de rutas del vino del país según los datos publicados en el informe sobre la Demanda Turística en las Rutas del Vino de España.
Turismo de calidad, pilar estratégico de la Denominación
Los resultados evidencian cómo el turismo de calidad se consolida como uno de los pilares estratégicos para el desarrollo de la Denominación. El conjunto muestra un crecimiento del 5,9% con respecto al año anterior, superando significativamente la media nacional y cifra sus visitas a bodega en casi 860.000 en 2019.
El Consejo Regulador de Rioja recuerda que el enoturismo genera casi 700 puestos de trabajo directo en las bodegas de Rioja y se traduce en un impacto económico en la región vitivinícola en torno a 173,2 millones de euros, de los que casi 60 millones corresponden a los ingresos obtenidos a través de las visitas a bodegas y el gasto del visitante en la tienda de las mismas, así como otros servicios enoturísticos. Se registra en la generación de ingresos un ascenso del 4,4 % respecto al año anterior, dato que muestra el crecimiento sostenido de la actividad turística, que es fruto de la actividad de un gran número de bodegas y otros agentes.
El informe de ACEVIN refleja un gasto del turista del vino que tiende a estabilizarse en torno a los 160 euros de media diarios frente a los 176 que vienen a gastar en Rioja, con un precio medio de la visita de 10,12 euros frente a los 12,68 de Rioja. Además, el gasto en tienda ronda los 20 euros en el resto del país frente a los 34,66 euros de las vinotecas de las bodegas de la región. Se destaca el elevado nivel de estancia y gasto de los viajeros a la DOCa. Rioja en comparación con otros destinos: la estancia media es de 3,21 días (frente a 2,40 en el ámbito estatal) y el número de bodegas visitadas asciende a 2,7 (frente a 1,93 en el resto de las rutas).
Cabe destacar el considerable aumento del turismo internacional en Rioja, que pasa de representar un 30,5 % en 2018 a tener un peso específico del 36,8 % en 2019. Este avance resulta especialmente importante si se tiene en cuenta que el turista extranjero realiza de media un mayor gasto y mayores compras en las tiendas de las bodegas; el dato supera la media estatal (30,1 %) y la de regiones referente como Napa Valley (19,2 %), cifra que se acerca mucho a la de nuestros vecinos de Francia (42 %). Los orígenes del turista extranjero en Rioja más importantes son, por este orden, Estados Unidos, Reino Unido, Francia y Alemania.
Turismo enogastronómico clave para la reactivación económica
En las semanas más duras de la crisis, la Asociación de Sumilleres de Rioja mostró su confianza en el gran potencial del enoturismo y la gastronomía. En palabras del presidente de la Asociación, José Félix Paniego, “el camino que nos toca recorrer ahora va a ser muy duro, pero en La Rioja contamos con un potencial enorme, tanto desde el punto de vista del enoturismo como de la gastronomía”. “Hay que confiar en nuestras fortalezas y ponernos a crear el marco más idóneo posible para todo lo que venga”.
Paralelamente, la Academia Riojana de Gastronomía recordaba en un comunicado, que el auge del turismo enogastronómico ha situado a La Rioja en las posiciones de liderazgo que tradicionalmente ha ocupado con su producción agroalimentaria, muy especialmente con el vino. “El objetivo más deseable para este nuevo tiempo de recuperación sería mantener el rumbo emprendido, con la calidad, la profesionalidad y la innovación como elementos diferenciadores y principales factores de competitividad de nuestra oferta gastronómica”.