Marqués de Riscal

El hotel de la bodega «no es solo un lugar para alojarse. Es una obra de arte a gran escala»

Cada mes, la prestigiosa revista Decanter, especializada en el mundo del vino, selecciona un destino de visita obligada para los viajeros del enoturismo. Y la bodega que destaca es el hotel bodega Marqués de Riscal, de la que afirma su redactora Alicia Miller “en las polvorientas afueras de la bonita Elciego, se eleva como un faro. Una maraña de metal y vidrio, una figura futurista explosiva entre hileras de viejas vides de tempranillo bien cuidadas. Marqués de Riscal, el hotel propiedad de la conocida bodega homónima de Rioja, no es solo un lugar para alojarse. Es una obra de arte a gran escala”.

Y se fija en Frank Gehry, -visionario que diseñó el Museo Guggenheim en Bilbao y la sorprendente Fundación Louis Vuitton de París-, al que define como “un arquitecto de estatura, y aunque el hotel abrió sus puertas en 2006, todavía se siente electrizante”.

Sobre Marqués de Riscal, Alicia Miller, recuerda que fue fundada en 1858, con sus primeros vinos embotellados en 1862, siendo uno de los nombres más importantes de Rioja. El fundador, Camilo Hurtado de Amézaga, llevó las tradiciones vinícolas del Médoc al soleado norte de España. De hecho, la propiedad todavía cosecha de algunas de las vides más antiguas de la región, incluidas las plantaciones anteriores a la filoxera, sin olvidar que la bodega “introdujo Sauvignon Blanc en la región y fue fundamental en el establecimiento de la DO Rueda en 1980”.

En la actualidad, la Botellería de Marqués de Riscal alberga más de 130.000 botellas conservadas en condiciones óptimas para su mantenimiento, a temperatura constante y con el nivel adecuado de humedad. Un legado que es punto de atracción para los curiosos y amantes del mundo del vino.

Sobre la «ciudad del vino» en que se ha convertido Bodegas Marqués de Riscal, incluye la bodega original, El Palomar, la bodega por su gama premium, y muchas instalaciones de hospitalidad. Y entre esas instalaciones, cita el hotel, “con 61 habitaciones que están vestidas con blancos nítidos y el rico tono rubí del joven Tempranillo. Sofás de cuero, maderas pulidas claras y baños de mármol se unen a terrazas y grandes ventanales”.

Sobre lo que rodea a la bodega, se fija en los verdes viñedos circundantes, colinas onduladas y, en muchos casos, la figura de piedra de miel de la histórica Iglesia de San Andrés en la distancia. “En una región que valora la tradición y al mismo tiempo impulsa la innovación, esta estancia de lo antiguo se encuentra con lo nuevo”, remata Alicia Miller.

Para el final del reportaje, se fija en el “excelente Spa Vinothérapie Caudalie, que pone las propiedades antioxidantes de la uva al frente y al centro”, y nos recomienda que, tras el baño en vino, nos dirijamos “a la terraza al aire libre del Restaurante 1860 Tradición para una comida perezosa al aire libre. O para un asunto gastronómico más serio, elija el restaurante Marqués de Riscal en su lugar. En este lugar con estrellas Michelin, obtendrá un desfile de varios platos de ingredientes locales enriquecidos, que incluyen queso Idiazábal, langostinos rojos y aceitunas negras”. Sin olvidar una fascinante lista de vinos entre los que destaca los más antiguos de Marqués de Riscal que incluyen Cosecha 1945 y Barón de Chirel Reserva 1994. Pero también puede elegir entre docenas de otros emocionantes Riojas, tanto rojos como blancos.

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