Ruta en bici entre viñedos (Bodegas Izadi)

Estás a tiempo de llenar de sabores, aromas y paisajes inolvidables tu Semana Santa y formar parte de los afortunados visitantes que se acercarán a Rioja deseosos de descubrir sus encantos enológicos y gastronómicos.  Es un momento ideal para desconectar y disfrutar de planes sin preocupaciones y Rioja brinda una excelente oportunidad de sumergirse en una experiencia única que combina la belleza de los paisajes de viñedos con la riqueza cultural y la excelencia enogastronómica de la zona de España.

1 – Visitar bodegas y disfrutar del vino
Las bodegas de Rioja son auténticas catedrales del vino que no solo ofrecen experiencias sensoriales únicas, sino que combinan a la perfección vino, gastronomía, arte, cultura, aprendizaje y diversión para permiten a los visitantes conocer de cerca el proceso de elaboración de los vinos de Rioja. Más de 200 bodegas ofrecen una variedad de planes tentadores, como catas de vino y maridajes, sesiones de spa, visitas a museos o experiencias educativas, entre muchas otras opciones para disfrutar de una experiencia enoturística inigualable.

La arquitectura de estas bodegas es igualmente cautivadora, con edificaciones que abarcan desde lo contemporáneo hasta lo centenario, incluyendo calados subterráneos, cargados de historia, que añaden un toque de magia a cada visita.

¡Y por supuesto, disfrutar del vino! La pluralidad de terruños, municipios y zonas pluralidad garantiza diferentes tipologías de vinos, que ponen en valor el origen singular y la diversidad, siempre con una alta calidad garantizada.

2 – Senderismo entre viñedos
Si el tiempo lo permite, los días de Semana Santa son una oportunidad perfecta para disfrutar de la naturaleza que se despierta en primavera y para sumergirse en el paisaje del vino. No olvides tus zapatillas de deporte o la bici para recorrer los caminos del vino.

La Rioja Alta cuenta con decenas de kilómetros que nos permiten ir recorriendo no solo los viñedos, sino el resto del paisaje, sus vistas hacia el norte y el sur de La Rioja, con la Sierra de la Demanda, así como las localidades que nos encontramos en el camino: los recorridos circulares de Rivas de Tereso, la Ermita del Toloño, Montalbo o por los chozos y lagares de la Sonsierra; un recorrido de 20 kilómetros a lo largo del Río Ebro; el paseo del Canal, la Choza, Davalillo, El Prado o La Laguna desde San Asensio, el amplio itinerario entre pinares y viñedos de Cenicero, el camino minero entre viñedos de Briones hasta el Castillo de Davalillo; la ruta de los dólmenes y ermitas en San Vicente de la Sonsierra o el recorrido del río Tirón entre Casalarreina y Tirgo.

Recorrer Rioja Alavesa a pie o en bicicleta te hará experimentar sensaciones únicas al disfrutar de un entorno increíble con recorridos que se pueden consultar en el Mapa de Rutas de Senderismo por Rioja Alavesa. Hay rutas de largo recorrido como:  GR-38 Ruta del Vino y el Pescado; GR-99 Camino Natural del Ebro o el Camino Ignaciano o la variante del Camino. También puedes disfrutar de rutas específicas en la mayor parte de los pueblos: Ruta verde cultural de Rioja Alavesa, que transcurre por Elvillar/Bilar, Kripan, Lanciego/Lantziego y Viñaspre; Senda verde Bercijana en Yécora; la Ruta de las Lagunas en Laguardia; las Rutas verdes en Navaridas (incluye Leza-Samaniego); los Paseos entre Viñas en Elciego; las Rutas con encanto en Samaniego y Villabuena o Rutas Nordic Walking en Labastida

En Rioja Oriental podrás disfrutar de recónditos parajes de montaña, visitar reservas de la biosfera y admirar animales tan especiales como las cigüeñas o los buitres. Es un lugar que se presta para pedalear por cómodos senderos, o caminar hasta el anochecer, admirar desde las alturas los viñedos… Se puede recorrer el Camino Verde del Alhama; la Ruta de las Ermitas en Lagunilla del Jubera; el Carrascal de Villarroya; las antiguas minas de plomo en el Valle del Jubera; el Cañón del Leza; La Degollada, Pantano de da Estanca-Perdiguero o los Senderos de la Verdura en Calahorra; el Camino de Grávalos, el Ordoyo o los Corrales del estrecho en Autol y alrededores o la Vía Verde de Cidacos.

3 – Un homenaje gastronómico
Además, los turistas podrán deleitarse con la variedad de propuestas gastronómicas que van desde la cocina de autor de reconocidos chefs hasta la tradicional oferta de pinchos, que concentra en miniatura los sabores y texturas más auténticos de la región.

Puedes darte un homenaje en sus restauranes con estrella Michelín –Venta Moncalvillo, El Portal de Echaurren, Íkaro, Nublo, Kiro Sushi y Ajonegro- o en los ‘soles’ de la guía Respsol –a los que se unen La Vieja Bodega, Lumbre, Aitor Esnal, La Galería, Juan Carlos Ferrando, La Cocina de Ramón, Casa Masip, Echaurren Tradición y La Posada del Laurel-.

4 – De procesiones y otras tradiciones
Si eres de los que quieren vivir una Semana Santa más tradicional, los pueblos de vitivinícolas de Rioja también viven estos días sus procesiones y otras manifestaciones religiosas que se suman a su atractivo habitual. Son fiestas de Interés Turístico Nacional por ejemplo en Haro, Logroñoo o Calahorra donde la esencia romana de la antigua Calagurris se funde con la tradición cristiana de una de las ciudades más antiguas de España. En Rioja Alavesa son famosas las procesiones de subida al Calvario en Labastida, el juicio a Judas Iscariote en Samaniego, el descendimiento de Cristo en Laguardia o La Quema de los Judas en Moreda de Álava. Pero quizá lo más con conocido de la Semana Santa riojana sea la Procesión de los Picados en San Vicente de La Sonsierra en Jueves y Viernes Santo.

 

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