Dámaso Navajas, de ‘La Posada del Laurel’, que ha sido el último Sol recibido en La Rioja.

La oferta gastronómica de La Rioja continúa recibiendo reconocimientos que respaldan e impulsan el buen momento que vive y el talento que hay en las cocinas riojanas, que convierten a la comunidad en una potencia gastronómica reconocida. Desde ahora, cuenta con un nuevo restaurante con 1 Sol Guía Repsol: ‘La posada del Laurel’, en Préjano.  Con esta incorporación, La Rioja suma un total de 18 ‘Soles’ en 12 restaurantes galardonados: 1 con Tres Soles, 4 con Dos Soles y 7 con Un Sol.

  • El Portal de Echaurren (3 Soles). Es un espacio luminoso y elegante, Francis Paniego (Premio Nacional de Gastronomía 2011) sirve varios aperitivos y presenta los menús degustación. Según la Guía Repsol, la gran sinfonía de técnica, inspiración y sabor armonizado con la gran bodega, y atención en la sala.
  • Venta Moncalvillo (2 soles). Los hermanos Echapresto además de tener una extraordinaria bodega armonizan los vinos con la temporada de huerta, caza y setas que coronan con postres caseros como la cuajada con miel y nueces. Se puede tomar el aperitivo en la huerta o la vinoteca. Todo invita a volver, afirma la Guía.

  • Alameda (2 soles). Ubicado en el corazón de Fuenmayor, en el centro bodeguero de La Rioja, este emblemático restaurante continúa fiel a su filosofía, trabajar sólo con la mejor materia prima. La Guía Repsol destaca que la calidad en la cocina se transforma en asados impecables de pescados y carnes, sin olvidar los guisos y las legumbres.
  • Ikaro (2 soles). Carolina Sánchez e Iñaki Murua funden en cocina influencias de Ecuador (ella nació allí), de Euskadi (él es de Laguardia) y de La Rioja, en cuya capital dan rienda suelta a su creatividad. Por eso han acuñado la expresión “cocina a tres bandas”, explica la Guía Repsol, para presentar propuestas pulcras y sabrosas que apelan a lo emocional y tienen incluso un matiz de exotismo cuando salen a escena ingredientes y preparaciones americanas que en muchas ocasiones entroncan con la culinaria más popular. Matices y homenajes a sus respectivos orígenes se suceden en un espacio confortable y de aire urbano, donde el servicio no escatima explicaciones y la bodega no se limita a ensalzar los vinos de Rioja.
  • Kiro Sushi (2 soles). Es el sueño de Félix Jiménez, un riojano que ha consagrado su vida a perfeccionar el arte del sushi y en 2015 tuvo el atrevimiento de abrir en Logroño un restaurante ceñido al formato tradicional japonés. Solo diez comensales por servicio y nigiris en manos de un discípulo de Yoshikawa Takamasa, que utiliza diferentes sales como aderezo y en su entorno fue un adelantado a la hora de trabajar maduraciones de pescado. Asomado a su barra, deleita contemplar la delicadeza del movimiento del abanico sobre el fragante arroz koshihikari y los cortes de sus cuchillos.
Terraza de Casa Masip
  • Casa Masip (1 Sol). Casa Masip’ es uno de los negocios de la familia Masip en Ezcaray, junto con el bar, el hotel y el asador de pollos en Zorraquín. El restaurante, en los bajos del hotel, nació en agosto de 1995 debido a las inquietudes por la gastronomía de Pedro Masip. Inspirado por su madre Vicenta Pérez, sigue creyendo que la cocina tradicional con matices modernos es la que mejor se adapta al entorno. Trabajan las setas con excelencia en toda su época y en invierno aparece la caza. Ragout de venado, Liebre royal, perdiz roja o lomo de ciervo. Buen punto y buena atención, destaca la Guía.
  • Echaurren Tradición (1 Sol). El mismo equipo culinario dirigido por Francis Paniego versiona la cocina riojana de producto con el recetario de su madre Marisa (Premio Nacional de Gastronómia en 1987). Allí se disfrutan sus emblemáticas croquetas de de pollo y jamón, la jugosa merluza a la romana o los caparrones a la riojana y el delicioso pastel de requesón con crema helada al licor Valvanera. Todo bien servido y en su punto de sabor, técnica y tradición, explica la Guía.
  • Juan Carlos Ferrando (1 Sol). El chef Juan Carlos Ferrando presta nombre y apellido a este despacho de cocina atrevida y gustosa. Según la Guía, sentado a la mesa se aprecian el ánimo de eludir los caminos más transitados y algún ligero guiño al origen argentino del anfitrión, bien sea una empanada en el aperitivo, bondiola como guarnición o molleja de ternera como ingrediente principal. La profusa decoración de espíritu pop llama la atención y entretiene a quien cruza el discreto umbral de un restaurante que anuncia cocina riojana actual y cumple su palabra con preparaciones de espárrago, alcachofa o pimiento.
Juan Carlos Ferrando
  • La Cocina de Ramón (1 Sol). Muy bien ubicado en plena calle Portales de Logroño, destaca la Guía Repsol, y de decoración elegante y acogedora, ofrece una cocina basada en el producto riojano. Destaca su tratamiento de las verduras y la incorporación de ingredientes y elaboraciones tendentes a buscar una mayor sofisticación en algunos de sus platos.
  • La Galería (1 Sol). José Félix Rodríguez se apoya de modo muy especial en la magnífica huerta riojana que cocina con máximo respeto y realzando sus sabores con inspiración, explica la Guía. La temporada manda en todo.
  • Nublo (1 Sol). Según la Guía Repsol, es un espectacular proyecto comandado por tres ex ‘Mugaritz’ que dejaron huella en el restaurante de Andoni Luis Aduriz: Miguel Caño, Dani Lasa y Llorenç Segarra. El trío comanda ahora un restaurante en una casa palacio de Haro (ciudad natal de Miguel) fantásticamente reformada, acondicionada y decorada para tal fin, con sus diferentes espacios embellecidos y el patio central convertido en comedor. A un paso se encuentra la cocina donde se doma el fuego (parrilla, cocina económica…), principal protagonista de una propuesta esencialista plasmada en bellos emplatados y un despliegue de técnica que no obvia el protagonismo del sabor.
  • La Posada del Laurel (1 Sol). El enorme laurel bicentenario que vecinos y visitantes se encuentran a la entrada de Préjano da nombre al restaurante donde oficia el chef Dámaso Navajas, que ha sido el último Sol recibido en La Rioja. De hecho, ‘La Posada del Laurel’, cuenta la Guía Repsol, se encuentra prácticamente a la sombra de dicho laurel, en las faldas de Peña Isasa y Peñalmonte, en un enclave con preciosas vistas. La calma invade así un establecimiento dotado con porche, terraza, jardín y huerto, además de chimenea para cuando hace falta, donde se arriman a la brasa verduras, pescados y carnes, donde el vino cobra protagonismo y donde saben estupendamente bocados tan sencillos como los caracoles a la sartén y los pimientos a la leña.

46 Establecimientos ‘soletes’

Además de estos 12 restaurantes reconocidos con ‘soles , otros 46 establecimientos riojanos han merecido la distinción de ‘soletes’, la calificación de Guía Repsol para esos sitios que tienen ‘un no sé qué’ , que gustan a todos y seducen por su propuesta apetecible y asequible. Su objetivo es reconocer a esos bares, mesones, terrazas, barras, sidrerías, chiringuitos, tabernas… que son un punto de referencia en nuestros pueblos, barrios y ciudades por lo rico de sus tapas, raciones o menús, su encanto y ambiente.

 ¿Cómo se otorgan los Soles Guía Repsol?

Según Guía Repsol, profesionales de distintos ámbitos laborales, sin vinculación directa con el sector de la hostelería, pero con amplios conocimientos en gastronomía y un placer común: descubrir aquellos lugares donde hay una cocina que merece la pena para compartirlos con todo el mundo. Para esta labor en la edición 2023 hemos contado con más de sesenta inspectoras e inspectores, perfectos conocedores de la oferta gastronómica de cada una de sus regiones. Este equipo se ha guiado por un renovado sistema de calificación que se desarrolló con el asesoramiento del Basque Culinary Center, y que tiene la ambición de valorar la experiencia global del cliente, con una base gastronómica clara, pero observando todos los aspectos que la condiciona, desde el mismo momento de la reserva hasta que el comensal sale por la puerta y decide cuándo va a repetir a quién se lo va a recomendar.

El sistema de calificación Soles Guía Repsol, explican, incorpora parámetros vinculados a la sostenibilidad, el kilómetro cero, la integración, la economía circular o la esencial coherencia de los proyectos, que debe dejarse ver tanto en sus cocinas como en el local, la puesta en escena y la bodega.

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