Dentro del Espacio Saborea España, el Ayuntamiento de Logroño participó en Madrid Fusión’, con una interesante oferta basada en los vinos de Rioja, las cervezas artesanas y las propuestas culinarias de la ciudad.
Durante tres días, ‘Madrid Fusión’ se convirtió en el mejor escaparate para conocer la gastronomía logroñesa y los vinos de Bodegas de Logroño, cuyos integrantes aportaron sus propuestas para englobar todo un amplio abanico de posibilidades, como monovarietales, reservas, grandes reservas, moscatel, crianzas y también vinos de autor, todo ello acompañado por dulces, quesos y embutidos de la región.
Logroño estuvo presente dentro del Espacio Saborea España, la primera plataforma nacional destinada a potenciar el turismo y la gastronomía y formada por 20 destinos turísticos, entre los que se encuentra la capital de La Rioja.
En el escenario de este espacio, el chef Carlos Durán, del Restaurante Kabanova de la Calle Laurel, ofreció un interesante show cooking en el que cocinó en directo un tartar de vaca madurada con crema de huevo frito y una propuesta gastronómica creada con alegrías riojanas y trufa negra.
Este mismo escenario acogió un taller de elaboración de pan sobado de La Rioja a cargo de Eduardo Villar, propietario de Horno Arguiñano y vicepresidente de la Unión Internacional de Panaderos y Pasteleros (UIBC), organización que acoge a 45 asociaciones nacionales de 43 países y que representa a más de 300.000 panaderías y pastelerías.
En el auditorio de IFEMA, Félix Jiménez, chef del restaurante logroñés Kiro Sushi, impartió una masterclass titulada ‘La vida de un shokunin a través del sushi edomae’.
El espacio contó también con el protagonismo de la oferta de cerveza artesanal que se elabora en Logroño de la mano de La Rúa Brewery, una marca joven y con una gran proyección que ofrece varios estilos, como su IPA Lupus, su Belgian Strong Ale Mercury, su Imperial Stout Babylon o las recientes incorporaciones de la Trippel o la Helles. También tuvo lugar un show cooking centrado en las típicas torrijas, protagonizado Paco Álvarez, de la Pastelería Papín de la Calle San Juan.
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