Comedor de Ajonegro, un lugar cautivador que fusiona la cocina mexicana y la riojana en una propuesta innovadora

Logroño se ha ganado un lugar destacado en el mapa gastronómico gracias a su oferta culinaria diversa y de alta calidad. La combinación de tradición, creatividad y productos de calidad ha llevado a la ciudad a ser reconocida como un lugar donde la gastronomía alcanza su máxima expresión. Los sabores enraizados en la tierra y la cultura del vino se unen para ofrecer a los comensales experiencias memorables en cada bocado.

La escena gastronómica logroñesa se distingue por contar con una destacada presencia de restaurantes galardonados con estrellas Michelín y soles Repsol. Estos reconocimientos no solo avalan la excelencia de los establecimientos, sino que también reflejan la pasión y dedicación de los chefs locales por crear experiencias culinarias inolvidables. De las ocho Estrellas Michelín que iluminan el firmamento gastronómico de La Rioja, tres están en la capital:  Íkaro, Ajo Negro y Kiro Sushi, que, además, junto a Juan Carlos Ferrando, La Cocina de Ramón y La Galería, también han sido alcanzados por los rayos de los ‘Soles’ de la Guía Repsol.

Entre los rincones gastronómicos más destacados de Logroño, tres restaurantes brillan con luz propia al haber obtenido la prestigiosa estrella Michelín. Uno de ellos es Ajonegro, un lugar cautivador que fusiona la cocina mexicana y la riojana en una propuesta innovadora. Mariana Sánchez, de Cuernavaca (México), y Gonzalo Baquedano, logroñés de pura cepa, deleitan a los comensales con una carta y un menú degustación que sorprenden al reinventar los clásicos ‘tacos’ mexicanos. “La base de la cocina en Ajonegro, se basa en el respeto al producto de temporada. Cambios estacionales, donde encontrarás variedad de platos más mexicanos, platos más españoles y platos que unen ambas culturas en el mismo, buscando una identidad gastronómica única y diferente en la zona. Siempre fijándonos en una base tradicional a la que intentamos aportar nuestro toque personal diferenciador”.

Otro establecimiento que merece especial mención es Íkaro (una ‘Estrella’ y dos ‘Soles’), donde Carolina Sánchez e Iñaki Murua despliegan su creatividad en una cocina que combina influencias de Ecuador, Euskadi y La Rioja. Bajo el concepto de “cocina a tres bandas”, estos chefs logran sorprender con propuestas sabrosas y pulcras que apelan tanto a lo emocional como a lo exótico, gracias a la introducción de ingredientes y preparaciones americanas. “La nuestra es una cocina personal. Nuestros orígenes y nuestras vivencias gastronómicas se reflejan en todos y cada uno de nuestros platos. Cocinamos como somos. Y lo hacemos con todo el cariño y el mimo que se merecen los productos que utilizamos. Un poco tradicional, un poco moderna; un poco de aquí y un poco de allá. Humilde pero con un aire provocador que nos gusta. Cuidamos los detalles, nos importa mucho la técnica y adoramos el producto de temporada, el que de verdad nos define.”

Por su parte, Kiro Sushi (una ‘Estrella’ y dos ‘Soles’), el sueño hecho realidad de Félix Jiménez  fruto de sus viajes a Japón, un periplo cargado de sentimiento, conocimiento y producto. Con este local tanto riojanos como visitantes pueden vivir de cerca un mundo gastronómico tan singular y bello como es el del sushi. Ofrece una experiencia única para los amantes de la gastronomía japonesa. Con un enfoque tradicional, este restaurante limita su capacidad a diez comensales por servicio, permitiendo una atención personalizada. Frente a ellos se realiza la calmada y precisa ceremonia de elaboración del sushi, un juego de manos, movimientos concretos, cortes exactos y devoción por grandes materias primas. Los nigiris preparados por un discípulo de Yoshikawa Takamasa son una auténtica delicia, y la maduración del pescado y el uso de diferentes sales como aderezo añaden un toque distintivo a esta propuesta culinaria.

Pero la oferta gastronómica de Logroño va más allá de las estrellas Michelín. Juan Carlos Ferrando, reconocido con un Sol Repsol, ofrece una cocina atrevida y sabrosa en su restaurante homónimo. Aquí se pueden degustar platos que evitan los caminos más trillados y que incluyen guiños sutiles a las raíces argentinas del chef. “Proponemos un recorrido por la cocina riojana actual. Una cocina del sabor y del tiempo. Una cocina fina, delicada y elegante. Queremos hacer una cocina fina, elegante, delicada. Una cocina del tiempo. Del tiempo justo para alcanzar cocciones adecuadas al producto central del plato y del tiempo necesario para que el resto de ingredientes que lo componen se encuentren en perfecta armonía”.

La Cocina de Ramón, también con un Sol Repsol, se encuentra ubicada en el corazón de Logroño y destaca por su elegante decoración y ambiente acogedor. Su propuesta culinaria se basas en el uso del producto local de La Rioja, con especial atención en el tratamiento de las verduras y la búsqueda de sofisticación en cada plato. “Tenemos la Plaza de Abastos de San Blas a la vuelta de la esquina, por eso cada día la visitamos para buscar productos frescos y de temporada para darles forma y cocinarlos para ti. Directamente del mercado a nuestras cocinas”. Inaugurado en 2011, es el primer restaurante del chef Ramón Piñeiro en Logroño, donde en 2020 abrió su segundo restaurante, La Parrilla Riojana.

Finalmente, La Galería, liderada por José Félix Rodríguez y también galardonada con un Sol Repsol, se enorgullece de utilizar los productos de la magnífica huerta riojana. Con una cocina inspirada y respetuosa con la temporada, este restaurante realza los sabores locales y ofrece una experiencia gastronómica única. Cocina creativa y moderna de autor basada en materias primas riojanas de máxima calidad, creciendo y evolucionando a lo largo de las cuatro estaciones: elaborando los productos típicos de cada temporada para los paladares más exigentes. Los platos cubren una gran selección de la rica huerta riojana y diferentes productos de la sierra y montaña.

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