Con un formato de cocina in situ, los hermanos Echapresto, propietarios del restaurante Venta Moncalvillo reconocido con una estrella Michelin, ofrecen una gastronomía y servicio de calidad en el lugar donde el cliente desee celebrar su evento.
Su iniciativa parte de la idea de que no hay nada como cocinar allá donde se va a servir el menú o el aperitivo incluso aunque no exista, físicamente, una cocina. Para ello han diseñado y fabricado, en la estructura de un contenedor, una cocina profesional que cuenta con todos los registros sanitarios.
“En el mundo actual teníamos que adelantarnos al futuro –afirman Carlos e Ignacio Echapresto– y ofrecer la idea de la cocina en destino, un servicio gastronómico a medida, llevando si hace falta nuestra propia cocina a la misma ubicación donde se va a ofrecer la comida, para lo que hemos metido, literalmente hablando, una cocina en un contenedor que cuenta con agua caliente, electricidad y todo el equipamiento de una cocina de restaurante. Este contenedor lo trasportamos allá donde se requieran nuestros servicios para realizar eventos efímeros pero que dejen huellas en los comensales”.
Con-tenedor –nombre como será conocido este tipo de servicio– con el que han dado una vuelta de tuerca más al servicio completo de restauración, yendo más allá de la idea de catering, “aquí todo es cocinado al momento”.
Una nueva experiencia dirigida a ofrecer un servicio de gastronomía de alta calidad, elaborando el menú en directo allí donde el cliente desee celebra su evento. Simplemente hay que fijar el escenario –bodega, viñedo, finca…– y olvidarse luego del resto pues Con-tenedor pone el mobiliario, la vajilla, la cristalería, y por supuesto la materia prima para elaborar el menú contratado. Un menú, que solamente tendrá el límite de comensales por el número de platos que lo conforme.
De esta forma, Con-tenedor se convirtió en uno de los principales protagonistas de la celebración de los 125 años de Bodegas Riojanas, donde 200 invitados disfrutaron, en el aperitivo, de la flor de manzana con foie; piedra de queso trufado; pan de cristal con jamón; perdiz en escabeche con mostaza; bacalao el caserío; cornete de atún con pimiento y mejillón con verduras y tomatito confitado en aceite con albahaca, mientras se reservaron para el menú, estas delicatesen: corcho de foie gras al vino dulce y uvas pasas; vieira con coliflor de Calahorra y ajada gallega; migas de otoño con castañas y setas; pichón de Tierra de Campos con pera de Rincón para cerrar el menú con la barrica de chocolate en texturas y las golmajerías riojanas.
Una comida para el recuerdo gustativo que no hubiera sido posible sin el nuevo proyecto de Con-tenedor, cuyo mayor atractivo está el poder cocinar in situ, es decir, allá donde se va a degustar un menú de excelente calidad.