El mundo del vino a sorbos
El pasado domingo terminaron en Río de Janeiro, las que han sido las últimas Olimpiadas, que buenos resultados han dado al deporte español, y que nos ha servido para pedirle al buscador resultados con la combinación “vino y Olimpiadas”.
Texto: Antonio Egido
El primer resultado que encontramos con esta combinación de palabras nos lo ofrece ‘puentederus.com/blog’ donde se pregunta si es bueno el vino para los deportistas siendo ésta la respuesta: “El vino contiene alcohol y por tanto, todo lo que aquí hablamos a continuación se basa en un consumo moderado, (una copa de buen vino al día, a ser posible tinto). Es decir, tomado “con #moderación” #Wineinmoderation, en su justa medida, como todo en la vida…
En un informe al congreso internacional del estudio científico del vino, el doctor Charles Jones llegó a la conclusión de que no hay que suprimir completamente de la alimentación del deportista el consumo de vino. Si el alcohol puro es enemigo del deportista, el vino en cambio puede ser su apoyo durante un esfuerzo prolongado y duro y su reconstituyente después del esfuerzo.
El atleta muy entrenado cuya integridad física debe de ser salvaguardada, no debe tomar ninguna bebida alcohólica, pero en el vino encontrará la bebida ideal para el mantenimiento de la forma, el control de sí mismo y el desgaste energético.
El vino tiene un notable valor energético algunos especialistas lo recomiendan en dosis moderadas, como integrante de la dieta de los deportistas.
Ya sabéis, una copita de Bodegas Puente de Rus y… ¡¡Como atletas!!”.
Además nos detenemos en una información de ‘elviajero.elpais.com’ cone lque nos vamos de vinos por Río de Janeiro, un reportaje en el que nos recuerdan que “Durante mucho tiempo, tomar una simple copa de vino en los bares y restaurantes de Río de Janeiro era una epopeya. O solo se servía por botellas enteras (y carísimas) o ni siquiera se ofrecía en la carta. Pero algo está cambiando en la ciudad carioca. Loswinehouses (bares de vino) empiezan a surgir en cada esquina, las ferias de cerveza artesanal se ocupan también de los vinos y hasta los restaurantes tradicionales han ampliado su bodega con sangrías, espumosos y vinos brasileños dirigidos sobre todo a los comensales más jóvenes.
Un ejemplo informal de esta enorevolución es el bar Canastra, en Ipanema, en cuyo menú solo cuenta con referencias brasileñas (incluyendo sangrías) y a buenos precios. Para acompañar, quesos de la Sierra de la Canastra (Minas Gerais), producto 100% brasileño. Los dueños, franceses, abrieron el local hace un año y medio con una selección de referencias que demuestra su pasión por los vinos elaborados en Brasil, y que incluyen exploraciones en busca de nuevas marcas. La última, por la región sur del país. «Queremos que se valore el vino brasileño y crear un concepto que no existe en Río: un boteco (bar) de vino”, dice Salomé, que ha estudiado sobre el tema en Francia.
Una línea parecida sigue WineHouse, en Botafogo, a cargo de sus socios Dominic y Selene. La idea de abrir un bar dedicado al vino se les ocurrió después de llevar un año viviendo en la ciudad, cuando degustaron un buen tinto fuera de casa. “Llegamos a la conclusión de que en Río había un mercado potencial para el consumo de vino, ya que muchas personas lo tomaban en casa, sobre todo en invierno, pero no tenían un buen lugar para salir y disfrutarlo en un ambiente relajado, pero sin pagar mucho”, explica Dominic. «Luchamos contra la asociación que se hace en Brasil entre vino y lujo», añade”.
Poco más, porque Internet tampoco nos ofrece muchos más resultados. Por ello nuestro deseo de que tenga una semana deportiva, que es además la última del mes de agosto.