El mundo del vino a sorbos
Texto: Antonio Egido
En contacto con el buscador –somos uña y carne en esta sección– esta semana nos ha lanzado una pregunta que no esperaba y que vamos a resolver indagando en las páginas que el mismo buscador nos ofrece. La pregunta es “¿Cuáles son los viñedos más exclusivos?”
La respuesta la encontramos en ‘cronicaglobal.elespanol.com’ donde nos responden que “Viñas centenarias, asentadas sobre terrenos en los que, siglos atrás, han vivido los romanos. Lugares muy especiales que han hecho de la pasión por el vino su principal seña de identidad. En España, por su tradición vinícola, es posible disfrutar de la presencia de algunos de los viñedos más exclusivos del mundo. Desde La Rioja hasta la región de Álava, pasando por Lanzarote y sus tierras volcánicas. Estos son los espacios que un buen amante del vino no se puede perder.
Lanzarote
Lanzarote es una de las regiones españolas en las que la conservación de las viñedos presenta un mayor reto, como consecuencia de la presencia de lava, los diferentes vientos que se concentran en la isla y la escasez de lluvia. Tres factores que hacen que las bodegas que se asientan en estas tierras tengan que realizar un cuidado especial en el momento de llevar a cabo el trabajo de conservación y cuidado de las viñas.
Una de las bodegas más destacadas que se asientan en este territorio es El Grifo, famosa por ser pionera en la elaboración de vinos blancos de malvasía secos. El sabor de sus propuestas es muy llamativo, pues aúna sabores tan dispares como los aromas frutales y el fondo de madera tostado, debido al contacto con la tierra a altas temperaturas.
Álava
A mil metros de altitud, en la sierra de Gredos, se encuentra otra de las bodegas con mayor notoriedad de España, Telmo Rodríguez. El principal aspecto que destaca de este viñedo, y que convierte cada una de sus propuesta en un sabor único, es que su cepa es sometida a la aridad de sus suelos, soportando unas condiciones que no siempre son favorables para la elaboración de este tipo de caldos.
No obstante, Telmo Rodríguez siempre se ha caracterizado por el máximo cuidado de sus uvas. Uno de sus vinos más destacados es el blanco de crianza, convertido en una de las principales referencias del sector por el aroma, el sabor y la textura que ofrece en el paladar, con pequeños toques a frutos rojos, hierbas del monte y a las especias que rodean al lugar en el que se asientan.
La Alpujarra
La Alpujarra es una región que se encuentra situada en Andalucía y que actúa como línea divisoria entre Granada y Almería, al sur de Sierra Nevada. En un territorio que soporta condiciones climáticas muy notables durante todo el año, parecía impensable que un viñedo pudiera proporcionar uno de los vinos con mayor sabor de España.
La bodega Manuel Valenzuela es conocida por tener el viñedo más alto de Europa, a más de 1.368 metros, proporcionando una esencia única a cada una de sus creaciones. Está especializado en la elaboración de tinto de crianza y cada una de sus botellas tiene un precio que ronda los 25 euros. Su sabor es muy especial, como consecuencia de las dificultades climáticas a las que tiene que hacer frente durante todo el proceso de crianza.
La Rioja
La Rioja Alavesa se asienta sobre diferentes poblaciones que en el pasado fueron ocupadas por los romanos, formando parte de los centros neurálgicos sobre los que se desarrollaba su día a día. Actualmente, esta zona de España es conocida por su vertiente gastronómica. Su orografía también permite regalar a este espacio un microclima privilegiado que permite el cultivo de vino del más alto nivel.
Los viñedos de Contino son conocidos por la elaboración de vino Rioja, proporcionando un aspecto, un color, una sensación y un sabor únicos en el paladar. Sus viñedos ocupan una extensión de seis hectáreas, con creaciones alabadas a nivel mundial por la industria vinícola.
Ribera del Duero
El río Duero refresca, en su paso por Burgos, las altas temperaturas de las laderas, ofreciendo un entorno incomparable para el cuidado de los 115 kilómetros de viñedos que existen en esta zona. Desde plantaciones jóvenes hasta otras de mayor edad residen en unos espacios que trabajan para ofrecer uno de los mejores vinos que se encuentran no solo en la región, sino en toda España”.
Efectivamente, las viñas centenarias que deberían ser las más buscadas y sus uvas las mejor pagadas, porque si algo atesoran es, precisamente, calidad, la calidad que necesita el buen vino. De hecho en ‘mivino.es’, leemos a Diana Fuego que nos dice: “Abundancia, destrucción, resistencia… Las vides guardan en sus raíces historias fascinantes; y cuanto más viven, más cuentan. En España todavía dan fruto algunas supervivientes prefiloxéricas. Su rendimiento es bajo, pero trasladan a los escasos racimos una sabiduría extraordinaria.
El viñedo de Canarias, ese baluarte antifiloxera salpicado de exóticas cepas ancestrales, está plantado en pie franco, lo cual es muy poco frecuente. Como explican en la bodega lanzaroteña El Grifo, la más antigua de las Islas Canarias (1775), «la acción de los portainjertos americanos [la cura de la filoxera] daña el sistema vascular de la planta y acorta su vida». En su zona de chabocos (agujeros en la lava) tienen «plantas de Moscatel de Alejandría del siglo XIX». La tinerfeña Bodegas Monje también afirma que es muy común ver viñas de entre 150-250 años en su zona, La Hollera (de variedades autóctonas como la Listán Negro): «La particularidad de su longevidad radica en el no injerto, y no dejan de producir por muy viejas que sean». Lejos de las islas, también hay pequeños reductos de resistencia en Murcia, Galicia –Bodegas Gerardo Méndez elabora Do Ferreiro Cepas Vellas con vides centenarias–… y especialmente en la meseta castellana: Valladolid –Javier Sanz y su elocuente 1863–, Zamora o Segovia. Precisamente una localidad segoviana, Nieva, actuó de cortafuegos con sus suelos arenosos, donde «se caían los caminitos de la filoxera», según nos cuentan en Ossian (bodega de la zona), recuperadores de viñedos viejos abandonados: «Tenemos la responsabilidad de mantener ese patrimonio vitícola que se estaba perdiendo». En esta misma región también está el ejemplo de Blanco Nieva, pero hay más vestigios de aquella valiosa resistencia aquí y allá”.
Y una nota final, la que aporta ‘efeagro.com’, donde nos recuerdan un ‘crowdfounding’ de hace ya dos años con la campaña ‘Recuperemos Adrados’ cuya objetivo era: “La idea no solo es hacer un vino de “alta expresión”, sino que este proyecto se convierta en “punta de lanza” para llamar la atención sobre una zona que ha sufrido el éxodo rural y que cuenta con una población envejecida, para revitalizar su economía, según Muñoz, también gerente de la empresa de distribución de vinos Grupo Sergio Muñoz.
El enoturismo (para mostrar cómo se hacía el vino a través de la visita de los lagares del pueblo segoviano de Adrados, de unos dos siglos), la gastronomía (potenciar los servicios de restauración de la zona), el turismo rural, pero también el geoturismo (explicar por qué las tierras marcan el paisaje agroganadero) son otros de los aspectos derivados del proyecto que tiene como fin último dar vida al medio rural.
En este sentido, ha hecho hincapié en que el objetivo de esta iniciativa es mucho más amplio, porque se trata casi de un trabajo de divulgación, de transmitir las tradiciones, para acercar a los visitantes a la tierra, a lo que es capaz de dar”.
Si es posible brindemos esta semana por un vino de calidad y además elaborado de un viñedo centenario al tiempo de pensar en el paso del tiempo.
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