El presidente de la Asociación Cultural Sumilleres de La Rioja, ha ofrecido a sus asociados una cata muy especial, que se inició con lo que para Alfredo Selas debería ser una nueva guía para la realización de este tipo de actividades, en la que no faltaron las innovaciones, el poner en duda parte de lo que podemos considerar ya como las catas tradicionales, sin faltar sus aportaciones muy particulares en todo lo que es y significa el mundo del vino.

De esta forma y partiendo de lo que es el vino, “que no debemos olvidar que el 85% es agua”, desgranó lo que para él son palabras utilizadas en la cata como el equilibrio, o la armonía  “una combinación de fruta, alcohol y acidez”, los componentes de la cata: azúcares, salados, acidez, amargor, temperatura y la parte ardiente del vino; lo que Selas denominó como “fuente del placer sensorial”,  desarrollando su teoría de que frente a los que siguen dibujando en la lengua las diferentes zonas en donde nos dicen que detectamos los distintos sabores, “yo defiendo que es en toda la superficie de la lengua en donde descubrimos los diferentes sabores”; las funciones de protector tóxico, farmacológico y nutriente que tiene el vino; el análisis de los cinco sentidos que intervienen en la cata que los diferenció entre los racionales, la vista y el oído y los emocionales, entre los que se encuentran el olfato, tacto y gusto; para concluir indicando que la cata es una apreciación sensorial que tiene un final que es la interpretación de aquellos vinos que se catan, que no debemos olvidar que las circunstancias del catador es transcendental y finalmente que debemos trabajar en lo denominado por Alfredo Selas como la “cultura de la atención”.

En resumen una teórica con mucho contenido que si cala en los sumilleres puede ofrecer una nueva forma de acercarse a las catas de vino que sirvió para el intercambio de opiniones y  tuvo su desarrollo final con el descorche de cinco diferentes vinos que fueron catados por los participantes en esta sesión.