EDA Drinks & Wine Campus impulsa en Labastida un encuentro clave para el relevo generacional en el sector vitivinícola
La IV edición del Encuentro de Jóvenes Talentos del Vino, organizada por EDA Drinks & Wine Campus, ha reunido en Labastida a más de un centenar de jóvenes profesionales menores de 40 años, procedentes de doce comunidades autónomas. La cita ha confirmado que una nueva generación está asumiendo el liderazgo del sector vitivinícola, impulsando su transformación desde tres pilares clave: la tradición, la sostenibilidad y la innovación.
Durante la jornada, quedó patente que el vino es percibido como un sector con futuro, en el que conviven el respeto profundo por el origen y las prácticas heredadas con nuevas formas de elaborar, comunicar y relacionarse con el entorno. Los participantes compartieron experiencias que evidencian una manera diferente de entender el oficio, basada en el arraigo, pero también abierta a la experimentación y al cambio.
Asimismo, el encuentro ha servido para consolidar una comunidad profesional joven, altamente cualificada, conectada y con vocación transformadora. Esta nueva generación no solo cuenta con herramientas técnicas y digitales, sino que también aporta una fuerte carga de valores, compromiso con el territorio y una visión de largo plazo.
Las claves que emergen de este foro apuntan a la necesidad de integrar de manera coherente la identidad de marca, el uso de canales digitales, el turismo enológico sostenible y una formación técnica sólida como herramientas esenciales para afrontar los retos del sector. En este contexto, la colaboración y la construcción de redes entre proyectos emergentes se presentan como factores determinantes para avanzar con fuerza.
Una jornada de reflexión, conexión y futuro
El programa incluyó tres mesas redondas en las que se abordaron los principales retos y oportunidades del sector. La primera de ellas, centrada en el negocio del vino y en cómo saber venderlo, puso sobre la mesa la importancia de contar con una estrategia alineada con los valores de cada proyecto. Mireia Pujol Busquets, de Alta Alella, defendió que la excelencia no es suficiente si no va acompañada de identidad y coherencia. Por su parte, Guillermo de Aranzabal Bittner, del Grupo La Rioja Alta, insistió en la necesidad de diversificar canales de venta y adaptarse a las nuevas formas de consumo. Amaia Argiñano, de Bodegas K5, subrayó el papel de las redes sociales como herramienta clave de comunicación inmediata, mientras que Manu Michelini, de Dominio del Challao, explicó cómo su experiencia internacional le permitió reinterpretar lo aprendido y desarrollar una propuesta única.
La segunda mesa se centró en el enoturismo y su papel como motor de desarrollo sostenible. María García, de María de La Recueja, reivindicó la importancia de ofrecer experiencias auténticas y cercanas, en las que el visitante se sienta parte de la familia. Jorge Méndez, de Viñatigo, explicó cómo han profesionalizado este ámbito dentro de su bodega, mientras que Paloma Rodríguez Moure, de Abadía da Cova, remarcó que el enoturismo también impulsa otras actividades, como la viticultura heroica. Por su parte, Víctor Janer, de Oller del Mas, señaló que la forma de entender el turismo del vino ha cambiado, alejándose del enfoque exclusivamente técnico para convertirse en una experiencia más emocional.
En la tercera mesa, dedicada a definir qué significa ser un buen viticultor, se puso en valor la relación íntima con la tierra. Gemma Miró destacó que el respeto por el viñedo es lo que da sentido a su forma de elaborar, mientras que Miguel Eguíluz, de Cupani, remarcó la importancia de estar presente cada día en la viña. Annabelle Borra, de Vinos de Bellite, defendió la necesidad de una formación técnica rigurosa, y Adrián Alonso, de El Serbal, recordó que, aunque la tecnología aporta datos útiles, hay factores impredecibles como el clima que solo se comprenden con sensibilidad y experiencia.
Más allá del debate y la reflexión, el encuentro sirvió también para tejer vínculos. La jornada culminó con una degustación de vinos elaborados por los propios participantes, en un ambiente distendido y de celebración que puso en valor la riqueza de miradas y enfoques que conviven en el nuevo panorama vitivinícola.
El evento contó además con una sólida presencia institucional. Noemí Aguirre, Diputada Foral de Agricultura, puso en valor el equilibrio entre la tradición y la innovación, y el esfuerzo de una generación que está construyendo el futuro del vino desde el conocimiento y el respeto por el origen. Raúl Pérez Iratxeta, Viceconsejero de Alimentación del Gobierno Vasco, destacó el espíritu emprendedor de quienes se atreven a ver oportunidades donde otros solo ven barreras, mientras que Joxe Mari Aizega, director general de Basque Culinary Center, subrayó que ha llegado el momento de impulsar una nueva narrativa del vino que ponga en el centro a las personas.
EDA Drinks & Wine Campus, impulsado por el Gobierno Vasco, la Diputación Foral de Álava y el Ayuntamiento de Vitoria-Gasteiz, en colaboración con Basque Culinary Center, reafirma con este encuentro su vocación de ser un motor de cambio para el sector. Desde sus sedes en Vitoria-Gasteiz, Laguardia y Donostia-San Sebastián, EDA trabaja para ofrecer formación de excelencia, impulsar el emprendimiento y fomentar el desarrollo de una comunidad de profesionales conectados, diversos y comprometidos con el vino como palanca de transformación.