Isabel Mijares, fallecida el pasado 11 de febrero en Madrid, participó en la III Jornada DIAM organizada por La Prensa del Rioja en Logroño en 2011.

In memoriam / Texto: Javier Pascual, director de La Prensa del Rioja

Si algo me resultó siempre admirable de Isabel Mijares fue su entusiasmo contagioso y su capacidad para transmitir la gran pasión que siempre sintió por el vino, al que describía con una riqueza expresiva inigualable, capaz de inventar metáforas que han pasado al acervo histórico-cultural del vino. A pesar de lo dicho, palabras con las que presenté su ponencia ‘Claves para ser un enólogo comunicador. Cómo comunicar, enseñar y transmitir el conocimiento sobre el vino” en la III Jornada Diam (septiembre 2011), ella afirmaba rotundamente al finalizar su exposición que “comunicar no es fantasear”. Pero si alguien consiguió despertar la imaginación y la fantasía de cuantos tuvimos el privilegio de escucharla cuando describía cualquier vino, fue precisamente ella.

Isabel Mijares (1942-2924) nos dejó un poco más huérfanos si cabe este pasado domingo 11 de febrero. Se ha ido uno de los grandes referentes del mundo del vino en este país, con la particularidad de que su condición de mujer propició que adquiriera un gran protagonismo en una época en que era testimonial el papel de las mujeres en el mundo del vino. Enóloga de referencia en el panorama nacional e internacional, pionera en la comunicación del vino, se convirtió en una de las profesionales más influyentes.

En su amplio e intenso currículo, que incluye haber sido presidenta del Consejo Regulador de la Denominación de Origen Valdepeñas, secretaria General de la Unión Internacional de Enólogos, vicepresidenta de la Unión Española de Sumilleres, asesora técnica en Proyectos Vitivinícolas de la ONU, presidenta de INTERVIN (Salón Internacional del Vino), presidenta en el Congreso ‘El Vino y La Mujer’, jurado de los más importantes concursos de vino nacionales e internacionales… por lo que me atañe, destaco su dedicación a la comunicación del vino a través de la empresa Equipo TEAM (colaboró con el Consejo Regulador de Rioja en la celebración del 75 aniversario de la DO organizando dos de los eventos más importantes: el I Simposio Internacional sobre el Tempranillo y ‘La Cata del Siglo’). Fue también fundadora y presidenta muchos años de la Asociación Española de Periodistas y Escritores del Vino y vicepresidenta de la Federación Internacional. Entre otros reconocimientos, recibió el de ‘Chevalier’ de la Orden del Mérito Agrícola del Gobierno de Francia.

No dudó ni un momento en dar una muestra más de su generosidad cuando le invité a participar en la Jornada DIAM 2011, cuya temática se centró en la figura del enólogo como personaje clave para trasmitir la forma de entender el vino en cada bodega y para comunicar con éxito las iniciativas de enoturismo. Fue un lujo poder contar con la figura pionera y más representativa del mundo de la enología en su faceta de comunicadora. Ella misma nos facilitaba estas líneas que reproducimos a continuación como resumen de su conferencia.

“Estos últimos años, en plena era de la comunicación en todas su formas, se oye con frecuencia que “los enólogos no comunican” y esto que a primera vista no parece grave, los es y mucho. Aparece en la prensa el crítico, criticando un vino con más o menos conocimiento para hacerlo. El chef diciendo con qué armoniza. El sumiller que describe extremadamente el vino y también aventura con qué debe tomarse. Pero ¿dónde está el auténtico autor? Aquel que sonó el vino, lo diseñó, lo llevó paso a paso hasta la botella, cuidó su guarda y a veces incluso hasta que llegó a la copa. Conoce las uvas de las que dispone y la tecnología que le permite llevarlas a buen puerto. Domina ese mágico camino entre la “cepa y la copa”. Pero en general el enólogo no comunica. Unas veces no quiere, otras no sabe y a veces no puede. Comunicar es transmitir de forma ágil, fácil y concisa todo el mundo cultural, gastronómico, anímico, comercial, etc. del vino y en el caso del enólogo, de sus vinos, de sus obras. El enólogo es un técnico y a veces cree que le basta con elaborar el mejor vino que puede y sabe con las uvas que le dan, los conocimientos que tiene y la tecnología de la que dispone. Se equivoca. Su misión es comunicar a toda la cadena compradora, incluido al comunicador, lo que hace, por qué lo hace y a qué le lleva. Comunicar no es fantasear». (Isabel Mijares. Conferencia ‘Claves para ser un enólogo comunicador’. III Jornada DIAM, Logroño 2011)