Encuesta de la UE sobre el consumo de vino, etiquetados y conocimiento del sistema de DOP/IGP entre consumidores europeos
El Observatorio Español del Mercado del Vino (OeMv) recoge una interesante encuesta que ha realizado la UE entre consumidores de vino en Francia, Alemania, Reino Unido y España, como parte del informe de evaluación de las medidas del vino en la PAC.
El OEMV destaca de esta encuesta que existen grandes diferencias entre los consumidores de los países netamente productores y los británicos, con los alemanes especialmente preocupados por cuestiones de etiquetado y seguridad alimentaria y los británicos bastante alejados del conocimiento o relevancia que otorgan a las indicaciones de origen típicamente europeas.
Otro aspecto que destaca el OeMv es la conclusión final, “derivada de éste y muchos otros estudios sobre criterios de consumo, compra y conocimiento por parte de los consumidores de diferentes mercados: lo que en los países productores como España es práctica habitual de consumo, no debe confundirse con las preferencias que tienen los consumidores en otros lugares y a los que, sin embargo, también queremos y debemos venderles. Para vender volúmenes relevantes de vino en esos mercados (más allá de nichos de expertos), no queda más remedio que conocer sus gustos, sus criterios de elección y su grado de conocimiento, y adaptarse a ellos”.
La encuesta, realizada en 2018 por el Instituto Frances de Opinión Pública (IFOP), por encargo de la responsable del estudio de evaluación de la PAC, Agrosynergie, divide el estudio en tres secciones: perfil del consumidor y hábitos del consumo; satisfacción del consumidor con las normas de etiquetado y sobre prácticas enológicas y conocimiento por parte del consumidor sobre el sistema de DOP e IGP
Entre otras interesantes conclusiones del estudio, destacan la inclinación de los consumidores británicos hacia los vinos varietales, muy por encima de las preferencias en países productores, más dirigidas hacia los vinos con indicación geográfica, así como su aparente desconocimiento sobre el sistema de indicaciones y su mayor inclinación hacia vinos de fuera de la UE.
Por ejemplo, franceses y españoles prefieren con claridad los vinos con DOP o IGP (38% y 43% respectivamente), mientras que en Reino Unido la preferencia es mayoritariamente (42%) por los vinos varietales, frente a apenas un 10% de consumidores que optan por vinos con DOP o IGP y un alto 28% de quienes “no saben” lo que consumen. En Alemania las preferencias están más equilibradas entre quienes prefieren vinos con DOP/IGP (33%) y quienes prefieren varietales (31%), con el mayor porcentaje de los 4 países en preferencia de vinos sin indicación geográfica (11%).
En la pregunta sobre si conocen las diferencias entre los vinos con DOP y con IGP respecto de otros vinos, un 37% de los españoles y un 36% de los franceses respondieron afirmativamente, frente a apenas un 25% de alemanes y un 17% de ingleses.
Y preguntados sobre características de estas indicaciones de calidad, la mayoría de los encuestados en los cuatro países contestaron que identifican un vino con una localización geográfica (cerca del 60% de españoles y franceses aunque apenas un 40% de británicos), mientras que menos de la mitad de encuestados los relacionan con limitaciones a la producción o gestión de las áreas geográficas y una pequeña minoría identifica estas figuras de calidad con reglas de presentación y etiquetado, control de contenido alcohólico, rendimientos por hectárea o características organolépticas de los vinos.
En el conjunto de los cuatro mercados el precio es el principal factor de compra (20% aunque no muy distanciado de otros como la variedad (17%), el origen del vino (15%), signos de calidad presentes en el etiquetado (12%) o recomendación de familiares o profesionales (11%). Hay ciertas diferencias según los países como que En Reino Unido el criterio principal es el precio, mientras en Alemania dicen preferir la marca, en Francia los sig- nos de calidad en las etiquetas y en España el origen del producto.
Sobre la información que se da en las etiquetas de los vinos, consumidores de los cuatro países se mostraron mayoritariamente conformes (muy o razonablemente conformes), respondiendo que es suficiente; con grado de satisfacción ligeramente mayor entre los ingleses (90%) y españoles (88%), que entre franceses (80%) y alemanes (81%).
Sobre aspectos concretos en el etiquetado, los alemanes son los más insatisfechos con las advertencias de salud (69%), mientras que la información nutricional y sobre contenido en calorías tiene a los consumidores de los cuatro países también relativamente insatisfechos, les preocupa relativamente poco la falta de información sobre ingredientes y prácticamente nada (salvo un poco a los británicos) la información sobre grado alcohólico.
Destaca también el desinterés de franceses y británicos sobre vinos de baja graduación, la alta preocupación de alemanes sobre las referencias a la salud en los etiquetados y el general desconocimiento que gran parte de los consumidores de los cuatro países muestran sobre lo que implica el sistema de indicaciones de calidad europeo.