El mundo del vino a sorbos
Artículo de opinión. Texto: Antonio Egido
Las tractoradas comenzaron el 8 de febrero, es decir, se van a cumplir ya sus tres meses de mostrar a la sociedad las quejas que tiene el mundo de la agricultura nacional. Unas quejas, en forma de manifestaciones, para dejar sus tractores en el centro de la ciudad, o en las muy variadas carreteras de España que demostraron su gran potencia, pero ya advertí, en su momento, que deberían tener mucho cuidado para no poner en contra a una sociedad a la que se dirigían, para reclamar muchas y variadas posibilidades de cambio.
Las Organizaciones Profesionales Agrarias ARAG-Asaja, UPA Rioja y UAGR-COAG celebraron sus múltiples reuniones con los representantes políticos de toda España, en manera regional, aunque también tuvieron reunión con el ministro de Agricultura de España, Luis Planas. Destacaron en estas manifestaciones los llamados ‘chalecos amarillos’, que no siendo representantes de los OPA, en algunos casos se les negó su representación, de manera especial en las reuniones con el ministro.
No obstante, parece que todo ha ido correctamente para el mundo de la agricultura con un lema esencial, convertido en frase en muchas pancartas, “Si el campo no produce, la ciudad no come”, que en 9 palabras denunciaron lo que les pasaba.
En estos meses, no han sido pocas las reivindicaciones que han expresado el mundo de la agricultura, exponiendo la situación complicada que sufren los agricultores, de manera especial que están perdiendo dinero porque no se les paga por encima de sus propios costes, a lo que debemos añadir su excesiva carga burocrática, sin negar que las exigencias medioambientales eran muy intensas, junto a la revisión de los subsidios, ayudas para hacer frente a la sequía o inundaciones, al tiempo de promover la modernización, a través de las tecnologías, para que pudieran salir del bache en el que están, e intentar ser más competitivos.
Estas principales peticiones las tienen que marcar, de manera especial, la Unión Europea a la que pertenecemos y de la que parte la normativa general para su adaptación a cada uno de los 27 países que ahora mismo conforman la Unión Europea. El ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, Luis Planas, acudió a estas reuniones para poner en énfasis las peticiones de las tractoradas y poder dar respuesta a las demandas de los agricultores que se han movilizado.
Supimos que la Unión Europea se reunió con los ministros de sus países en el mes de marzo -aunque pendiente de votación antes de que termine esta legislatura, ya que el 9 de junio se celebrarán las elecciones para la Unión Europea- y estos ministros decidieron en una reunión definitiva que aliviarán las exigencias administrativas sobre la Política Agraria Común, conocida como PAC, de manera especial para las pequeñas explotaciones; así como una mayor protección de las indicaciones geográficas; una propuesta sobre nuevas técnicas genómicas para apoyar a los agricultores en la transición verde o un acuerdo para prevenir plagas en la agricultura y de manera especial, el comercio de productos de terceros países.
Es decir, siguen los agricultores pendientes de una solución de la Unión Europea, por lo que por ahora sigue ‘in albis’ sobre las muy variadas peticiones y tractoradas en España y en diferentes países de nuestro entorno. Por lo menos, espero que el ministro de Agricultura, se ponga a cumplir la legislación de la ley de la Cadena Alimentaria para que se cumpla en toda su totalidad, y que no vendan sus productos a perdida, además de las condiciones laborales, la cacareada sostenibilidad del sector agrícola, o que no les pidan excesivos datos administrativos. Todo lo que se pueda recortar, será bien venido.