El mundo del vino a sorbos
Texto: Antonio Egido

Retomamos la serie que este año estamos ofreciendo de los vinos monovarietales, dedicando esta colaboración al cabernet sauvignon, del que conocemos en primer lugar sus características.

En ‘unbuenvino.com’ nos dicen que “la variedad de uva cabernet sauvignon es una de las uvas tintas más conocidas del mundo. Crece en casi todas las grandes zonas vitícolas, en un diverso espectro de climas.

La cabernet sauvignon se hizo famosa por su presencia en el vino de Burdeos, concretamente en la zona de Medoc, donde vio la luz. Desde allí se exportó por todo el mundo adaptándose en muchas regiones vinícolas.

La cepa aparecida en el s. XVII, es el producto del cruce entre la cabernet franc y la sauvignon blanc. La clave de su éxito es que se trata de una variedad de fácil cultivo. Por ello, se adapta a una gran variedad de suelos, climas y latitudes. De hecho, desde Francia, la uva se ha extendido por Europa y por América.

Es una variedad vigorosa, de brotación medio-tardía. Presenta un pámpano de porte medio erguido. Las bayas de una tonalidad de profunda pigmentación oscura, son pequeñas y esféricas, con un hollejo grueso que le proporcionan al vino un marcado carácter tánico. En boca dan una fuerte sensación astringente.

Vinos de cabernet sauvignon

La variedad de uva cabernet sauvignon permite elaborar vinos de coloración muy intensa, muy ricos en tanino, de gran cuerpo. El vino tinto con cabernet sauvignon es de un tono rojo intenso. Presenta aromas frutales, florales y herbales que se vuelven más complejos con la crianza.

De hecho, los vinos elaborados con cabernet sauvignon, al envejecer, tanto en barrica como en botella, ganan mucho en finura, aroma y sabor. Cuando son jóvenes, son afrutados, aromáticos, se presentan como ligeramente herbáceos, de acentuado color rojo frambuesa y tonalidades violáceas. A menudo se suele mezclar en coupages con su “madre”, la cabernet franc, y también con la merlot.

La importancia de la madurez

El estilo de la cabernet sauvignon está muy influenciado por la madurez de las uvas en el momento de la cosecha. Precisamente, mientras menos maduras están pueden exhibir sabores pronunciados a vegetales.

Cuando es cosechada demasiado madura, los vinos pueden tomar sabores amermelados y pueden tener aromas a grosellas negras guisadas. Esta es una de las características más distintivas del cabernet Sauvignon (…).

Origen bordelés

Actualmente cerca de un ochenta por ciento de la región vitivinícola de Burdeos (la más importante de Francia, junto con Borgoña, en lo referente a los vinos tintos) está sembrada con esta cepa.

En el siglo XX, la cabernet sauvignon ha disfrutado de la popularidad de una “uva noble” en el mundo del vino. Por su éxito histórico en Burdeos y en regiones del Nuevo Mundo (como California y Australia) las plantaciones de esta uva se han considerado una opción sólida para todas las regiones vitícolas que son lo suficientemente cálidas. 

Maridajes con cabernet sauvignon

En maridajes de vino tinto con tipo de uva cabernet sauvignon es idóneo un vino crianza para carnes rojas a la brasa o asados. Mientras que para guisos de carne se recomienda un cabernet sauvignon más joven. También combina bien con los amargos, sabores por ejemplo de endivia y escarolas, así como con los aderezos con pimienta”.

En ‘blog.vinoseleccion.com’ podemos leer que: “En España la cabernet suavignon se ha instalado por toda la geografía. Incluso, en las pasadas décadas de 1990 y 2000 se hablaba de ‘la invasión de la moda del cabernet sauvignon’. Era la época en que aquel que no tomara un ‘cabernet’ no estaba a la última, y las bodegas veían en esta insigne variedad la llave que les abriría la puerta del mercado exterior. En nuestro país también se han creado esos cabernet faltos de madurez y duros al paladar, pero un buen trabajo en campo y en bodega ha hecho que, por lo general, el nivel sea bueno y podamos encontrar magníficos monovarietales y también ensamblajes perfectos donde la cabernet añade estructura a nuestras uvas autóctonas como la tempanillo.

La cabernet sauvignon llegó a España de manos de Marqués de Riscal, bodega histórica de Rioja que ya comenzó a cultivarla en 1858; y de Eloy Lecanda, de Vega Sicilia, quien adquirió en 1864 sarmientos de cabernet sauvignon en Burdeos. La nefasta plaga de la filoxera fue un acicate para la expansión de la cabernet sauvignon por la Península Ibérica. Los dos primeros grandes ‘cabernet’ españoles fueron Jean Leon Gran Reserva Vinya La Scala 1969 (B. Jean Leon) y Mas La Plana 1970 (B. Torres); ambos elaborados en la D.O. Penedès, una región convertida en un campo de experimentación vitivinícola, con mucha extensión de uvas internacionales.

Es importante destacar que, como uva viajera que es, la cabernet sauvignon se expresa de manera propia en los diferentes puntos del globo: en EE.UU. da vinos muy corpulentos, con fruta madura y golosos; en Chile, vinos muy frutales; en Sudáfrica, muy fragantes y con mucha acidez… En Australia se empezó a plantar en 1980 y mantiene el carácter de uva secundaria, ya que la syrah es la gran protagonista. Italia comenzó a cultivar cabernet sauvignon en 1820 en la zona de Piamonte, pero es a finales del siglo XX y principios del XXI cuando se extiende por todo el país, y sobre todo, por la región de la Toscana, donde esta uva forma parte de los famosos ‘Súper Toscanos’, complementando a las uvas locales como la sangiovese.

Volviendo a nuestras fronteras, entre los mejores cabernet suavignon españoles -monovarietales o en vinos de ‘coupage’ – encontramos las mencionadas marcas del Penedès Mas La Plana y Jean Leon Gran Reserva Vinya La Scala; Blecua y Enate Reserva Especial, estos dos de la D.O. Somontano; Abadía Retuerta Pago Valdebellón (V.T. Castilla y León), El Nido (D.O. Jumilla) y un largo etcétera. No podemos terminar sin mencionar la gran cantidad de vinos que incluyen en su compasión de manera minoritaria esta noble uva, como los grandes prioratos y muchos ‘Riberas del Duero’ e incluso riojas”.

En ‘el correodelvino.com’ descubrimos el vino Vidure que “es el resultado de un proyecto innovador de Bodega Pago de Cirsus al convertirse en el primer vino mono varietal de uvas tintas que elabora la bodega Navarra. Se compone exclusivamente de uva Cabernet Sauvignon de la añada 2018, pertenece a la D.O. Protegida Pago de Bolandín y su producción se limita a 5.177 botellas.

Este vino es la consecuencia de un año de características climatológicas excepcionales, que permitieron una maduración lenta, completa, pudiéndose alargar su recolección. Así se consigue este cabernet tan singular, bien maduro, con estructura de polifenoles y una boca equilibrada y sedosa. La totalidad de las uvas provienen de la parcela #4 de la Finca Bolandin, una ladera cuya exposición en sur oeste, de textura arcillosa y cuya producción no supera los 4.000 kilos/hectárea. El resultado, un vino con fruta, armónico y profundo.

Alejandro Gómez Sigala, propietario de la bodega, lo define como vino repleto de calidez, con carácter y alma de terroir, que personaliza la innovación y la originalidad de una bodega como Pago de Cirsus. Asimismo, mantiene su apuesta por la elaboración de unos vinos modernos y su firme compromiso por la calidad.

La palabra Vidure es uno de los más de 60 sinónimos que posee la palabra cabernet y proviene del término francés “Vigne dure” (Viña dura), que sin duda es un perfecto sobrenombre para esta variedad. Desde Pago de Cirsus le rendimos nuestro particular homenaje al darle su nombre a nuestro nuevo vino”.

Brindamos esta semana con un vino de calidad, pero de esta variedad de uva que seguro que nos acaba de emocionar. Feliz final de mes.

 

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