El mundo del vino a sorbos

En esta semana del mes de junio le hemos pedido a nuestro buscador que nos localice diferentes entradas que nos hablen de los elementos esenciales del vino o dicho de otra forma, hoy nos fijamos en el producto y, guiados por nuestra curiosidad, vamos a descubrir lo que seguramente no llega a los consumidores de vino.

Texto: Antonio Egido

En ‘peruvianchef.com/Elementos-del-vino.html’ nos dicen que “los elementos principales en el proceso del vino son: el clima, el suelo, la cepa y el hombre y la tecnología”, indicándonos que “la calidad del vino está amarrada a estos cuatros elementos”, para seguidamente desarrollar todos y cada uno de estos conceptos.

En ‘casadellibro.com’ nos recomiendan el libro “El vino y los elementos minerales: efectos sobre la salud y utilidades para el consumidor” firmado por Marcos Pérez López del que nos ofrecen el siguiente resumen: “El vino es una parte esencial de la cultura Mediterránea. A través de su ingesta, distintos elementos minerales esenciales para los seres humanos pueden incorporarse en la dieta, ayudando al desarrollo de importantes funciones en nuestro organismo. Pero también pueden incorporarse elementos tóxicos, como el plomo y el cadmi o. En el presente trabajo se analizan estos aportes y la reglamentación existente para asegurar la protección del consumidor, así como la adecuada calidad de los caldos comercializados”.

Y finalmente nos quedamos en “oni.escuelas.edu.ar” donde nos apuntan que “el número de calorías que aporta al organismo un litro de vino varía de 600 a 1.000 con una media de 600 a 700 para el vino tinto. Los vinos blancos licorosos (tipo Sauternes) ricos en azúcar, son más calóricos que los vinos blancos secos. Los vinos dulces naturales, los vinos de licor, a la vez cargados de azúcar y alcohol, son los vinos más calóricos. Ciertamente, en nuestros países de alto nivel de vida, esta fuente de calorías puede parecer de una importancia desdeñable, puesto que nuestro problema actual sería más bien el de tratar de disminuir una ración demasiado rica”.

Pero además nos habla de las vitaminas que contiene el vino: “El vino aporta al organismo todas las vitaminas contenidas en la uva, y aunque sólo fuera por esta riqueza vitamínica estimamos que no sería exagerado calificar al vino de «bebida viviente». Encontramos en nuestro vino cotidiano: La vitamina C cuya acción sobre el tonus general, la forma física, la resistencia a la fatiga y al frío, es bien conocida. Así el organismo de un deportista necesita de 2 0 3 veces más vitamina C que un individuo en reposo. La vitamina P (C2) factor de ahorro de la vitamina C, que aumenta la resistencia y produce un efecto real sobre ciertos estados de astenia con hipotensión. Lavollay y Sevestre atribuyen desde luego la acción tonificante del vino a su contenido en vitamina P. La vitamina B2 (riboflavina) considerada de utilización nutritiva. Interviene en el metabolismo de los glúcidos, de los prótidos, de las vitaminas A, Bl y PP y de las hormonas corticosurrenalianas. La vitamina B3 poderoso estimulante del funcionamiento de las células. Andross ha demostrado por otra parte que la productividad aumenta cuando se provee de una cantidad importante de estas vitaminas a ciertos grupos de obreros u otras personas que realizan grandes esfuerzos físicos continuados”.

No terminan aquí las cualidades del vino, pues también encontramos en él, sales minerales y oligoelementos: “El organismo humano no puede vivir sin ellos. Azufre, cloro, sodio, potasio, magnesio, calcio, hierro, etc, son indispensables para nuestra existencia. Ahora bien, el organismo, no puede asimilarlos más que bajo forma de sales orgánicas es decir, combinados con sustancias del reino animal o del reino vegetal; es incapaz de asimilarlos, bien sea bajo una forma simple, o bajo forma de sales minerales (aparte algunas excepciones, como, por ejemplo la sal de cocina). En el vino las sales minerales se encuentran incorporadas precisamente bajo su forma asimilable. Si la carencia absoluta en sales minerales es rara, la carencia relativa de ellas es bastante frecuente y el vino es por lo tanto, una fuente no despreciable de estas preciosas sustancias”.

Y como todo ha sido explicado de forma amena y entretenida hoy hemos conocido algo más de las virtudes del vino por lo que seguramente valoraremos mucho nuestra próxima degustación de este alimento en cualquiera de sus versiones.