El mundo del vino a sorbos
Texto: Antonio Egido
El mundo del vino, que tiene mucho de cultura, pero también mucho de negocio, no deja de sorprendernos porque en él haya también ciertas excentricidades que nos muestra nuestro buscador de Internet.
La primera que encontramos nos la muestra ´vinetur.com´ que nos habla de los récord del mundo del vino y en concreto de: “El mundo del vino no está a salvo de excentricidades, por eso hoy vamos a adentrarnos en un mundo que se aleja de lo cotidiano.
El vino más caro
Precio y calidad son dos variables que siempre tenemos muy presente a la hora de adquirir un vino. Seguro que recuerdas el día que por una ocasión especial te permitiste un caprichito más caro de lo normal. Pues bien, esa cantidad te parecerá ridícula al conocer el precio más elevado que nunca se ha pagado por un vino.
¿Quieres saber cuál es? Pues se trata del Château Lafite Rothschild, uno de los referentes mundiales de los vinos de Francia y más concretamente de Burdeos. Este glamuroso vino alcanzó en subasta un precio de 166.000 euros.
Prohibitivo, ¿verdad? Pues esa elevada cantidad la alcanzó este caldo que es obtenido casi en su totalidad de la variedad de uva cabernet sauvignon, que es completada con merlot, cabernet franc y petit verdot.
El vino más barato
La antítesis del Château Lafite Rothschild es más difícil de encontrar, pero hay varias teorías. Si un vino caro no tiene porqué ser sinónimo de calidad, un vino barato tampoco es sinónimo de un vino malo, y es que ya saben, en esto del vino no hay nada escrito.
El vino más barato deberíamos buscarlo en países con gran volumen de viñas y tradición, que les permita realizar un gran caldo con bajos costes, lo que les permitía venderlo a un bajo precio. Francia, España e Italia se ciñen a nuestra búsqueda, ya que muchos críticos valoran sus vinos baratos como muy honestos, en contra de vinos realmente “baratos” por su calidad que son degustados como vinos más “caros” por su precio.
El mundo necesita un buen vino barato, y en esta batalla por reducir costes y ofrecer calidad a buen precio, España parece que lleva las de ganar, y es que no hay muchos países que por 3-5 euros alcancen la aptitud de los vinos españoles.
Esta idea se ha mantenido durante mucho tiempo hasta que han llegado los australianos. Y es que en sus bodegas se almacenan millones de litros que no encuentran sitio en el mercado debido a la superproducción. De esta forma, los viticultores están dando salida a sus vinos a precios que desafían cualquier competencia, ya que su precio es incluso mejor al del agua embotellada.
Para vaciar los depósitos, los australianos están vendiendo sus botellas por poco más de un euro, por lo que se llevan la palma del vino más barato. Desde luego, es un buen momento para consumir vino australiano a un precio tirado por los suelos.
La botella de vino más grande
Si el contenido es importante, tampoco carece de ella el continente. En la botella finaliza la fase de oxigenación del vino, con su imagen se comercializa, se crea imagen de marca…y a veces nos encontramos con botellas que son descomunales.
Este es el caso de una botella que alberga 490 litros de Grande Cuvee TBA NV No.7 2005, del fabricante de vinos Austriaco Kracher. Esta botella contiene el equivalente a 640 botellas normales y con ella podrían servirse alrededor de 69.000 copas de vino.
Pero si esta botella no te parece suficiente para dar una fiesta, te presentamos la botella de vino más grande que jamás se ha creado, una botella de 1.850 litros de vino clarete de la productora de vinos china “Wang Chen”. La botella supera los cuatro metros de altura, lo que le ha valido a esta productora china para entrar en el Libro Guinness de los récords.
El vino más viejo
Muchos acaudalados amantes del vino pueden presumir de tener vinos que cuestan miles de dólares, pero ninguno de ellos puede fardar de poseer el vino más antiguo que hoy se conserva.
La fortuna quiso que en 1867, durante la construcción de una vivienda en la ciudad de Speyer, Alemania, se encontraran dos sarcófagos de piedra del año 325 a.C. Dentro se encontraron varias ánforas de vidrio y en una ellas había vino, ¡el abuelo de todos los vinos!
El debate sobre la posible apertura o no de la botella todavía colea, ya que no se conoce su sabor, ni cómo huele o de qué uva procede ese vino. De momento, este valioso tesoro reposa sus más de 2.300 años en el Museo Histórico de Pfalz”.
Nos pasamos a ´lavanguardia.com´ que nos habla ya del vino naranja con el titular de “‘Ni tinto, ni blanco’, el boom de los vinos naranja”, y la explicación que es como sigue: “No son nuevos, ni tampoco una excentricidad más en el mundo de la enología, pero los vinos naranja sorprenden por su color. Ahora viven un buen momento, ya no es extraño que el sumiller o camarero nos los ofrezca en el restaurante. Aunque todavía falta mucha información al consumidor no especializado. ¿Qué son exactamente los vinos naranja, y por qué tienen ese color?
“Se trata de vinos elaborados con uva blanca y fermentados con las pieles de la uva”, explica a Comer desde Requena Mariano Taberner, de Bodegas Cueva, elaboradores del Orange 2016, un vino natural, sin sulfitos, con las variedades tardana y macabeo. “Esa fermentación es lo que confiere el color dorado. Igual que pasa con el vino tinto, si tienes un blanco y le quieres dar crianza en barrica, puedes dar esta maceración más larga con pieles”.
Janina Rutia es sumiller y propietaria del restaurante Monocrom de Barcelona, donde los vinos naturales, y los orange wine -como se los denomina- tienen un espacio destacado. “El vino naranja no es ni vino blanco ni vino tinto, porque se hace con uva blanca, pero se elabora como un tinto. Es una categoría diferente”, matiza.
“Se trabajan a la antigua y buscan la expresión de la viña con ese tipo de maceración; muy adecuada para variedades aromáticas como la muscat, o variedades mediterráneas. De esta forma se evita un perfume insulso, se le da una visión más completa a la variedad”, apunta Joan Valencia, distribuidor de Cuvée 3000”. En fin…
Y finalmente nos detenemos en ‘elmundo.es´ donde nos habla de “vinos bajo el mar”, un relato que es contado así: “¿Por qué hay vinos que se envejecen bajo del mar? Hay vinos descubiertos en naufragios, a menudo con cientos de años, que se han encontrado en muy buen estado de conservación. Lo que nos lleva a preguntarnos: ¿el mar guarda el secreto de cómo envejecer grandes vinos?
Tradicionalmente, envejecer el vino requiere de bodegas bajo tierra, en silencio y oscuridad, con humedad y temperaturas frescas constantes. Sin embargo, en los últimos diez años un pequeño pero creciente grupo de bodegas a lo largo del mundo han comenzado el reto de envejecer sus vinos en el lecho del océano, donde son objeto de movimiento, temperaturas frías y cambios de presión.
Asistí recientemente a una cata de la Bodega Crusoe Treasure Underwater, presentada por Francesc Ricart y el enólogo Antonio Palacios, en el hotel Palau de la Mar en Valencia. Su bodega bajo el mar está en la Bahía de Plentzia, en el mar Cantábrico. Incluyen un Albariño, un Garnacha de Campo de Borja, Tempranillos de Ribera del Duero y Rioja Alta. Después de haberse producido y embotellado como los demás vinos, son llevados bajo el mar.
Los vinos son almacenados en cestos a una profundidad de 18 metros, por un periodo que va de los cuatro a los nueve meses. A esta profundidad la temperatura del agua está entre 9ºC y 14ºC, a 3 atmósferas de presión. El mar Cantábrico tiene muchas corrientes y olas, lo que da como resultado que los vinos estén siempre moviéndose y sujetos a los cambios de presión del agua. Piensa en una tempestad con olas de 10 metros y te podrás imaginar cómo son sacudidos en el lecho marino.
Antonio Palacios explicó que, en su opinión, la energía creada por el constante movimiento hace que los vinos tengan mayor vitalidad y frescura. En lugar de que estos vinos reflejen el «terroir», la palabra francesa cuyo significado es la percepción o sensación del lugar donde se cultivan, sus vinos expresan «marrior», también llamado por algunos «aquaoir», nuevos términos para utilizar en tu vocabulario de vinos.
Hay otras bodegas bajo el mar en Francia, Italia, Grecia, Sudáfrica y sin duda habrá más. Algunos nombres muy conocidos que están experimentando con bodegas bajo el mar son el famoso viticultor español Raúl Pérez. Él tiene un proyecto, un Albariño envejecido durante 60 días bajo el mar. Louis Roederer (productores del Champagne Cristal) y Veuve Clicquot están envejeciendo Champagne en las frías aguas del norte de Francia. Igualmente, Gaia, una bodega bajo el mar en Santorini (Grecia).
Algunas bodegas están experimentando el envejecer barricas enteras bajo el mar, con la idea de que el movimiento constante del océano agita el vino con sus lías, una práctica que se hace de manera manual en las bodegas tradicionales”.
No obstante cualquier excentricidad sea bienvenida si al final cumplimos con el objetivo, que no es otro que disfrutar del vino.
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