Texto: Antonio Egido

Adriana Laucirica tiene una profesión, que es la Enología, que ejerce desde el 2003, siendo desde hace 5 años la directora técnica de Bodegas Tobelos… y una pasión, que es la lectura. Fruto de ella, y de una niña que no le dejaba dormir nada más nacer -aunque ahora ya tiene 8 años-, “se me ocurrió empezar a escribir un libro fruto de una época horrible porque la niña no dormía y cuando se quedaba dormida yo me desvelaba”.

Un libro que ha sido editado y que atiende al nombre de ‘La capa del cierzo’ fruto de un largo proceso que la autora ha vivido sin desesperanza. “Porque cuando lo terminé, necesitaba que alguien me aconsejara, que me dijera si era bueno o no. Entonces contacté con una agencia de Barcelona y el director me dijo que se lo enviara, al tiempo de advertirme que iba a tardar unos tres meses en leerlo, y que probablemente, porque así ocurría con el 95 % de los libros que le llegaban, que mi libro no valdría para ser publicado. Así quedó la cosa, pero iban pasando los meses y a mí no me llamaba nadie. Casualidades de la vida, pues las cosas pasan cuando no deben pasar, un día que me dejé el teléfono en casa, y precisamente no volví a por él, pues ya había llegado a Tobelos, cuando volví a casa tras toda la jornada, vi que tenía un montón de llamadas perdidas del agente y además un mensaje que me decía, “Adriana acabo de terminar la novela y me encanta, hay que trabajarla, hay que retocarla, pero tienes mucha imaginación”.

La autora Adriana Laucirica entró en una nueva fase y tuvo que recortar una obra inicial de más de 700 páginas, “y nos pusimos a trabajar y estuvimos prácticamente otro año entero él y yo, a distancia y por Skipe, corrigiendo la novela. Cuando terminamos, me dijo que la iba a presentar a una editorial fuerte en Barcelona que la iba a publicar seguro, y esperamos a ver. Pasaron las semanas, no había noticias, y mi representante llamó el jefe de la editorial y le dijo que le había gustado mucho pero que tenía que leerla su mujer. Cuando la leyó -volvieron a tardar muchísimo-, al final le dijeron que hace dos años la hubiéramos publicado, pero como tu clienta, es decir yo, no es famosa, no es instagramers, no es periodista, ni modelo, no vamos a apostar por ella, porque las ventas habían bajado mucho. Me llevé un chasco terrible y al final mi agente me dijo que la íbamos a publicar por Amazon porque está funcionado muy bien este tipo de mercado. Y así fue”.

De esta forma, ‘La capa del cierzo’ solo se puede adquirir a través de esta plataforma de comercio electrónico en dos versiones: en físico con tapa blanda o en electrónico. Una novela que en palabras de Adriana cuenta “la historia de una chica adolescente en Nueva York, Amanda, cuya madre desaparece sin dejar rastro y cuando ella se hace mayor comienza a buscarla, lo que la trae a La Rioja, porque su madre procedía de aquí. Hay muchos personajes y es complejo explicar esta historia aunque es muy sencilla de leerla y te aseguro que engancha mucho”.

Se trata de una novela negra en la que Laucirica ha recurrido a diferentes escenarios, todos ellos reales y visitados: Nueva York, Sudáfrica y el grueso del relato se desarrolla en La Rioja, de manera especial en Cenicero, en una chopera cerca del Ebro y la capa del cierzo está sobre la Sierra de Cantabria, que la ve desde la Bodega. “A pesar de ser una novela negra hablo de viñas, hablo de catas, pero he intentado no ser redundante porque puedo tener el defecto de que como a mí me apasiona no quería ser demasiado pesada, pero tampoco no podía evitarlo… El vino y el viñedo están muy presentes”.

La experiencia para esta ‘joven’ autora ha sido positiva “aunque me ha costado mucho la lucha de verlo publicado, pero bueno, yo no soy escritora, y tengo muy claro que no voy a dejar mi profesión porque me encanta. Con ello deseo expresar que tampoco me iba la vida en ello, y cuando lo intenté si me hubieran dicho que era una novela mala, la hubiera dejado en un cajón, pero al decirme que era buena, había que intentar publicarla. Todos lo comentarios que me hagan, me vienen regalados, y por eso he jugado sin la presión de alguien que quiere ser escritor y que quieren que le publiquen… no era mi caso. Todo lo que me va viniendo no es bueno, es fenomenal, todo un super-regalazo que realmente no lo esperaba”.

El periodista le pregunta a la autora si habrá nueva novela a lo que responde “que en cierto momento pensé en hacer una trilogía, pero mi experiencia como lectora, me ha indicado que no debo atar a nadie en ese sentido, pero cuando terminé esta empecé a escribir una nuevo, de la que llevo como 15 capítulos y de la que no sé si verá la luz porque la voy escribiendo porque a mí me gusta escribir. Le he cogido el gusto y el agente con el que trabajo me ha enseñado mucho y me gusta ponerlo en práctica. Me veo más fluida y segura e imaginación tengo bastante, eso sí, lo único que me falta es tiempo”.

Siendo consciente de que el mundo de la literatura, como el del vino, tiene sus peculiaridades y sus secretos, Adriana Laucirica dice haber tenido suerte “ya que caí con un agente que es un buen tipo y ya nos hemos conocido en persona y somos muy amigos. Le agradezco en el alma que confiara en el libro”, al tiempo de quedarse con una nueva sensación que ahora va descubriendo, como antes le ocurría con el vino. Y son esas personas que se acercan o le manda mensajes “Por ello me quedo con el buen rato que pasa el lector, que me encanta. Por La Laurel y la San Juan hace unos días me pararon dos personas y me hablaron del libro pues les había gustado mucho. Me entró, incluso, una emoción tremenda. Con esto me pasa como con el vino, que alguien prueba uno y me dice que está buenísimo, y me vengo arriba”.

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